Logística Puertos Temas del día

El Caribe colombiano avanza hacia una mayor competitividad logística

El Caribe colombiano avanza hacia una mayor competitividad logística
Crédito Imagen: Portafolio

El Caribe colombiano avanza hacia un modelo logístico más competitivo

Expertos destacan el liderazgo de Cartagena como hub regional y señalan oportunidades y desafíos para el desarrollo portuario del país

Consolidar al Caribe colombiano como una región logística de clase mundial es posible, pero depende de decisiones estratégicas, inversión pública y alianzas sólidas. Así lo señaló Gordon Wilmsmeier, director del Centro de Transporte Marítimo y Logística Global (CSGL) de Hapag-Lloyd y profesor de la Universidad Kühne en Hamburgo, durante una conversación sobre el futuro de los puertos colombianos.

Según el experto, Cartagena es hoy el único puerto del país con las características necesarias para funcionar como un verdadero hub logístico y de transbordo en el Caribe. Su infraestructura avanzada, eficiencia operativa y servicios de valor agregado la convierten en un nodo clave del comercio internacional. De hecho, una porción significativa de su carga corresponde a transbordo: contenedores que llegan y salen sin tener a Colombia como destino final.

“Cartagena compite con puertos como los de Panamá, Jamaica y República Dominicana, pero tiene una ventaja diferencial: su área de influencia interna. Colombia tiene una base productiva y un mercado consumidor que no tienen otros países del Caribe”, explicó Wilmsmeier.

Empresas multinacionales como Decathlon ya utilizan las instalaciones del puerto para distribuir mercancía en América Latina, lo que refuerza su rol como plataforma regional de comercio.

También le puede interesar: Colfecar denuncia aumento en el hurto de vehículos de carga en el Cauca

Fortalezas y limitaciones de otros puertos

Santa Marta y Barranquilla cumplen funciones logísticas importantes, aunque con limitaciones estructurales que dificultan su evolución como hubs de gran escala. Santa Marta destaca por su especialización en carga refrigerada, especialmente productos agrícolas, pero enfrenta restricciones de espacio físico al estar enclavado en una zona urbana sin posibilidad de expansión significativa.

Barranquilla, por su parte, tiene un acceso fluvial que limita el ingreso de buques de gran calado, reduciendo su capacidad para competir en el mercado internacional de contenedores. Aun así, ambos puertos cumplen roles relevantes dentro del sistema portuario colombiano, especialmente para cargas específicas o rutas regionales.

Una alternativa que podría ganar relevancia en los próximos años es el Puerto de Antioquia, actualmente en construcción en el golfo de Urabá. Su cercanía a Medellín —uno de los mayores centros industriales y de consumo del país— podría convertirlo en un actor clave, aunque su éxito dependerá de la conectividad terrestre, el desarrollo logístico en la zona y su capacidad para atraer líneas navieras.

Tendencias globales y nuevos retos

Wilmsmeier advirtió sobre la necesidad de que los puertos colombianos se adapten a los cambios en la estructura del comercio marítimo mundial. Uno de los más significativos es la reciente disolución de la alianza 2M entre Maersk y MSC, lo que ha provocado una reconfiguración de rutas y puertos. Maersk, por ejemplo, ahora se alió con Hapag-Lloyd, lo que genera nuevas dinámicas competitivas.

En este contexto, resaltó que Cartagena ha logrado mantenerse como un puerto atractivo pese a no estar controlado por una multinacional. “Esto demuestra la eficiencia y confiabilidad del operador local”, subrayó.

Otro factor clave es la conectividad y confiabilidad. Las navieras no solo buscan costos bajos, sino también puertos con tiempos de atención rápidos, predecibles y servicios consistentes. Invertir en tecnologías que optimicen la operación será determinante.

Rol del Estado e innovación en logística

Para fortalecer la competitividad portuaria del Caribe colombiano, Wilmsmeier destacó que los gobiernos locales y nacionales deben asumir un rol más activo, especialmente en infraestructura vial. Esto incluye el desarrollo de corredores logísticos redundantes, redes de recarga para camiones eléctricos y la evaluación del río Magdalena como vía de transporte viable para ciertos tipos de carga.

Además, sugirió explorar soluciones innovadoras como el uso de dirigibles para flujos de mercancía específicos. “Lo esencial es asegurar que las inversiones sean económicamente sostenibles y alineadas con los nuevos patrones logísticos y ambientales”, concluyó.

Fuente: El Espectador