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El dilema de los combustibles en Colombia

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Crédito Imagen: Pixabay

La Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP) presentó su balance del sector de combustibles líquidos en 2024, revelando datos clave sobre el comportamiento del mercado y sus implicaciones fiscales. Mientras que el consumo de gasolina registró una caída del 5,9%, el diésel y el combustible de aviación mostraron crecimientos importantes, impulsados por factores como el transporte de carga y el turismo. Sin embargo, detrás de estas cifras se esconde un problema creciente: el contrabando de combustible en las zonas de frontera, un fenómeno que amenaza las finanzas del país.

Según Andrés Bitar, vicepresidente de estrategia y asuntos corporativos de la ACP, el alza generalizada en los precios de la gasolina en 2023 incentivó el contrabando en departamentos como La Guajira, Putumayo, Vichada y Norte de Santander. En estas regiones, la gasolina proveniente de Venezuela y Perú ha ganado terreno, desplazando el consumo del combustible legalmente distribuido en el país.

“El contrabando empezó a aumentar y las regiones ahora acuden a otros países como Venezuela y Perú para satisfacer la demanda”, explicó Bitar. Esta problemática no solo representa una competencia desleal para el sector formal, sino que también implica una disminución en la recaudación fiscal, afectando la capacidad del Estado para financiar programas y obras públicas.

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A diferencia de la gasolina, el consumo de diésel aumentó un 5,2% en 2024, impulsado principalmente por la demanda del transporte de carga y la generación térmica, especialmente durante el fenómeno de El Niño. Este crecimiento refuerza la importancia del diésel como el motor de la economía colombiana, dada su relevancia en la logística y la movilidad de mercancías.

Por su parte, el combustible de aviación (jet fuel) experimentó el mayor crecimiento, impulsado por la posición geoestratégica del país y la llegada de nuevas aerolíneas. Según Frank Pearl, presidente de la ACP, el incremento en la conectividad aérea, sumado a un crecimiento del 14% en el flujo de pasajeros, ha convertido a Colombia en un punto clave para el tráfico aéreo en la región.

A pesar de los desafíos, el sector de los combustibles dejó una contribución fiscal de $9,1 billones en 2024, lo que representa el 75% de lo que se esperaba recaudar con la Ley de Financiamiento. De este monto, $5,2 billones fueron destinados a la Nación a través de impuestos como el IVA, el tributo al carbón y el impuesto nacional, mientras que $3,9 billones se canalizaron hacia municipios y departamentos mediante la sobretasa.

En términos de subsidios, la ACP destacó la reducción del déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc), que pasó de $38 billones en 2022 a $21 billones en 2024. De mantenerse las proyecciones, el déficit podría reducirse aún más hasta los $7 billones al cierre del año, siempre que las condiciones del mercado y la tasa de cambio se mantengan estables.

En cuanto a la demanda de combustibles, las proyecciones apuntan a un crecimiento moderado en los próximos años. La gasolina podría aumentar un 0,8% en el corto plazo y un 1,5% hacia 2030, mientras que el diésel crecería un 0,4% este año y un 1,7% en los próximos cinco años. En el caso del jet fuel, la demanda podría incrementarse un 6,3% en 2025 y un 3,3% en el mediano plazo.

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Las importaciones también jugarán un papel clave en el futuro del sector. Se espera que las compras externas de diésel aumenten del 8% en 2024 al 10% entre 2027 y 2030, mientras que la importación de jet fuel podría pasar del 2,4% al 16% en el mismo periodo. Por otro lado, la importación de gasolina, que en 2024 representó el 29% de la demanda nacional, disminuiría al 25% para 2030.

A pesar de la eliminación de los subsidios a la gasolina en 2022, Colombia mantuvo el sexto precio más bajo de la región en 2024, con un promedio de $15.994 por galón. En comparación, Uruguay registró el precio más alto con $29.555 por galón, mientras que Venezuela ofreció el precio más bajo con apenas $580. En el caso del diésel, Colombia ocupa el cuarto lugar con un precio de $10.556 por galón, solo por encima de Bolivia, Ecuador y Venezuela.

Fuente: LR