Temas del día Transporte Terrestre

El transporte ilegal sigue expandiéndose

Cuando el ciudadano prefiera el transporte público legal sobre el ilegal, habremos empezado a solucionar este problema, de lo contrario, nos quedaremos en el estéril trabajo de contar los lugares donde se concentra el transporte ‘pirata’. Pero, ¿qué estamos haciendo para eso?

En lo que parece ser otro intento por comprender el problema del transporte ilegal en el área metropolitana, las autoridades han fijado en la cifra de 156 las llamadas ‘terminales’ desde las que se ejerce esta actividad que viola las normas en frente de quienes deberían hacerlas cumplir y, que, además, es hoy una de las causas principales por las que el proyecto de establecer un Sistema Integrado de Transporte Masivo parece más parte de una pesadilla interminable que de un proyecto para garantizar calidad de vida a los ciudadanos y progreso al conjunto de municipios conurbados.

No se entiende muy bien de qué puede servir a las autoridades haber fijado un número más bien caprichoso de sitios en los que se concentra la oferta de ‘mototaxis’ y otros vehículos que prestan ilegalmente el servicio de transporte público en el área metropolitana, si estamos hablando de una actividad que se ha diversificado asombrosamente en los últimos años, de la que participan miles, que ha creado todo tipo de estrategias para burlar a la autoridad o enfrentarla a golpes cuando es necesario, y que se rehace con suma facilidad después de que recibe algún esporádico golpe en su contra.

Tampoco es comprensible la utilidad de tales estudios y cálculos, si, como está probado con cifras esas sí exactas, el número de motocicletas (para no hablar de carros también ‘piratas’) crece a un ritmo insuperable, mientras la respuesta institucional a la anarquía del tránsito en el área metropolitana no solo se estancó hace varios años, sino que decrece con cada administración. Es insólito que para los alcaldes, el del tránsito sea un problema marginal y se le de tratamiento de tercera, cuarta o quinta prioridad, cuando en realidad es un problema transversal a la vida de nuestras ciudades.

Antes que calcular caprichosamente el número de estaciones de transporte pirata, lo que los municipios necesitan es hablar del estado de la infraestructura vial, de los presupuestos de las direcciones de tránsito y sus programas de agentes y equipos para regular el tráfico, del planteamiento nuevo y realista para establecer en la conurbación un sistema de transporte público que sí funcione, que sí cubra todas las zonas de cada municipio, que sea económico y que preste un servicio oportuno, seguro y suficiente para el conglomerado metropolitano. Cuando el ciudadano prefiera el transporte público legal sobre el ilegal, habremos empezado a solucionar este problema, de lo contrario, nos quedaremos en el estéril trabajo de contar los lugares donde se concentra el transporte ‘pirata’. Pero, ¿qué estamos haciendo para eso?

Fuente: Vanguardia

Imagen: Pixabay

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