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Huila frente al reto energético: entre el alza de la gasolina y la sostenibilidad

Huila frente al reto energético: entre el alza de la gasolina y la sostenibilidad
Crédito Imagen: Pais Minero

El Huila se consolida como líder energético en medio del alza del precio de la gasolina en Colombia

Entre 2020 y 2024, mientras la gasolina subió cerca del 40% en el país, el departamento del Huila destacó por su alta cobertura de gas domiciliario y su participación estratégica en las reservas de hidrocarburos.

El sector energético colombiano ha atravesado transformaciones significativas entre 2020 y 2024, marcadas por un alza sostenida en los precios de los combustibles, una demanda creciente de energía y desafíos estructurales en la producción de hidrocarburos. En este escenario, el departamento del Huila emerge como un actor clave, gracias a su alta cobertura de gas domiciliario y su presencia en la reserva nacional de petróleo.

Gasolina: una subida del 40% que impacta a todo el país

El precio de la gasolina corriente en Colombia aumentó cerca del 40% en los últimos cinco años, afectando tanto a consumidores como al sector productivo. En enero de 2020, el galón de gasolina en ciudades como Bogotá y Villavicencio rondaba los $9.700; al cierre de 2024, superó los $15.900. Esta subida responde a factores como el retiro gradual de subsidios, los cambios fiscales y las fluctuaciones internacionales del petróleo.

Por el contrario, el precio del diésel subió de forma más moderada. En Bogotá, el aumento fue de poco más del 11%, al pasar de $9.456 en 2020 a $10.556 en 2024. Este comportamiento ha tenido menor impacto sobre el transporte de carga y la industria, que dependen en gran medida de este combustible.

El Huila: ejemplo de cobertura y gestión energética

En contraste con el encarecimiento de los combustibles, el departamento del Huila se posiciona como un referente en cobertura de gas domiciliario, con más del 80% de sus hogares conectados al servicio en 2023 y 2024. Esta cifra lo sitúa entre las regiones con mejor infraestructura energética, junto con Caquetá, Bogotá y Cesar.

Además, aunque solo representa el 2% de las reservas nacionales de petróleo, el Huila juega un papel estratégico en el sur del país como productor activo, con campos en operación y potencial para nuevas exploraciones. Su ubicación geográfica y avances en infraestructura le permiten tener una influencia creciente en el sector energético nacional.

Dependencia fósil y desafíos en reservas

A nivel nacional, el consumo energético sigue dominado por el transporte, la industria y el sector residencial, que suman el 83,4% de la demanda. Diésel, gasolina y electricidad representaron el 58,5% del consumo en 2023, lo que evidencia una fuerte dependencia de combustibles fósiles.

En cuanto a reservas de hidrocarburos, el Meta lidera con el 59% del petróleo nacional, seguido por Casanare y Santander. Huila figura en este mapa con un 2%, mientras que en reservas de gas natural destacan Casanare y La Guajira. Sin embargo, la producción y entrega de gas ha disminuido sostenidamente desde 2020, lo que representa una alerta sobre la sostenibilidad del suministro.

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Crecimiento de la demanda y transición energética

La demanda eléctrica alcanzó los 79.701 GWh en 2023 y se proyecta que llegue a 107.193 GWh en 2038, un crecimiento del 25% que exigirá inversiones significativas en infraestructura, generación y sostenibilidad. Este crecimiento debe ir acompañado de una transición energética clara, que reduzca la dependencia fósil sin comprometer la seguridad del suministro.

Perspectivas: equilibrio, inclusión y sostenibilidad

El caso del Huila refleja cómo una gestión energética eficiente puede equilibrar producción, cobertura y sostenibilidad. En contraste, regiones como Chocó apenas alcanzan el 9% de cobertura de gas domiciliario, lo que refleja una profunda desigualdad territorial en el acceso a la energía.

El futuro energético del país dependerá de tres factores clave:

  1. Sostenibilidad del abastecimiento, frente a la caída de reservas de gas.
  2. Avance en la transición energética, con foco en energías renovables.
  3. Equidad regional, para cerrar las brechas de acceso a servicios energéticos.

Conclusión: el Huila, un modelo a seguir

En medio de los retos del sector energético colombiano, el Huila se proyecta como un modelo de gestión equilibrada, con capacidad para contribuir tanto al abastecimiento energético nacional como al desarrollo de estrategias de transición y equidad. Su experiencia puede servir de guía para otras regiones que buscan fortalecer su infraestructura y cobertura, en un país donde el acceso a la energía sigue siendo una prioridad clave para el desarrollo.