En la última semana de ese mes se firmará el acta de inicio del megaproyecto, cuyas intervenciones concluirían en el 2027
Al igual que sucedió en los cronogramas de algunos de los más importantes proyectos de infraestructura del país, la pandemia desatada por el coronavirus también obligó a la Empresa Metro de Bogotá a correr el momento de arranque del que es, sin duda, una de las iniciativas de transporte masivo más esperadas de los últimos 80 años en Colombia.
Aunque la firma del acta de inicio de obras del metro de la capital estaba pactada para hacerse al cierre del mes pasado, la pandemia obligó a la Empresa Metro a reacomodar los tiempos. Su gerente, Andrés Escobar Uribe, dejó claro que este paso (catalogado como el más importante del contrato de concesión) se dará el 23 de octubre de 2020.
Por cuenta de la cuarentena, los impactos que tuvo que afrontar el proyecto del metro sumaron tres meses y fueron varios: el primero de ellos, radicó en las demoras en la compra de los predios necesarios (se requieren 1.440 en total); el segundo, los retrasos de 123 intervenciones para reubicar redes de servicios públicos; el tercero, las dificultades en el proceso de la licitación de la interventoría del proyecto; y el cuarto, las limitaciones para efectuar trámites de orden notarial.
Ahora bien, en cuanto al arranque de la obra, las cuentas que tiene la Empresa Metro muestran que tras la firma del acta de inicio las obras del metro de la capital arrancarán en el patio taller de Bosa el cual tiene una extensión de 32 hectáreas.
Esta parte del proyecto (que es del tamaño de un aeropuerto) es para el gerente una de las más complejas, pues tomará siete años en su ejecución. Y como antesala al arranque de obras, esta semana llegó al país un equipo de 20 ingenieros de nacionalidad china en un vuelo especial proveniente de Pekín. Este grupo de expertos, que ya obtuvo su visado de trabajo en Colombia, tendrá que acatar una estricta cuarentena antes de comenzar sus labores en el terreno.
Con el arranque de obras del metro en octubre de este año, los cálculos del gerente de la Empresa Metro apuntan a estas se concluyan en el año 2027.
En ese momento, tienen que haber quedado lista la totalidad de las intervenciones, que incluyen también componente eléctrico y electrónico para el rodaje de los trenes.
Entretanto, cuando esta fase concluya, empieza la fase de pruebas del sistema (conocida técnicamente como ‘marcha blanca’) la cual tardaría hasta 12 meses. Al concluirse esta etapa de ensayos, lo que tiene la Empresa Metro en sus cronogramas apunta a que el sistema empieza a operar formalmente en 2028.
INTERVENTORÍA, CERCA DE SU ADJUDICACIÓN
De forma simultánea, la Empresa Metro también adelanta la contratación del proceso de interventoría del proyecto. Este contrato, por cerca de $311.000 millones y que se suscribirá el 25 de agosto próximo, tendrá una duración de 9 años.
El contrato de interventoría cubrirá las obras, la fabricación de trenes y demás equipos, las pruebas de seguridad y los dos primeros años de operación. Al interventor también le corresponderá aprobar los diseños de detalle de cada componente, antes del inicio de obras.
En el listado de candidatos a ser interventores se encuentran: el consorcio Integral-Ineco-Idom, de España; el consorcio Supervisor PLMB, de México; y el consorcio LBR-Peyco_SEG-SMZ-CJC-OTZ, de Brasil.
Hace poco más de una semana, la Empresa Metro abrió los sobres de las ofertas para la interventoría, un proceso que comenzó en 2019 y que por cuenta de la pandemia -y de limitaciones en trámites- se retrasó más de dos meses.
LA EMISIÓN FINANCIADORA
En la última semana de julio, la Empresa Metro dio a conocer los resultados de la primera emisión de Títulos de Pago por Ejecución. Sus recursos se usarán para financiar parte de la construcción de la primera línea del metro.
Andrés Escobar, gerente de la Empresa Metro, dijo que se pusieron 2,4 millones de títulos por $1 millón cada uno, lo que permitirá obtener recursos por $2,4 billones para ejecución de la primera línea.
Los Títulos de Pago por Ejecución (TPE) son un instrumento creado para complementar la financiación en dólares aprobada por tres entidades multilaterales: el Banco Mundial (BM), el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Fuente: Revista Portafolio
Imagen: Revista Portafolio
