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Peajes en Colombia: entre la infraestructura y el malestar social

Peajes
Crédito Imagen: ANI

Los peajes en Colombia, concebidos como una herramienta legítima y necesaria para financiar la infraestructura vial, no dejan de estar en el centro del debate público. Cada aumento en las tarifas o la instalación de nuevas casetas genera tensiones sociales, cuestionamientos sobre la equidad y desafíos para el desarrollo de las carreteras del país.

El papel de los peajes en la financiación vial

La ministra de Transporte, María Constanza García, explicó en entrevista con SEMANA que los peajes se administran bajo dos esquemas: el del Instituto Nacional de Vías (Invías) y el de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI). Invías, a cargo de 10.200 kilómetros de carreteras nacionales, cuenta con solo 31 peajes, que generan ingresos anuales de 750.000 millones de pesos, insuficientes frente a los 4 billones de pesos que se requieren para mantener esta red vial. Esto implica que Invías depende en gran parte del presupuesto nacional.

Por otro lado, la ANI gestiona 7.700 kilómetros de carreteras concesionadas y administra 118 peajes. Este modelo utiliza los peajes como fuente principal de financiación, complementada con vigencias futuras del presupuesto nacional. Sin embargo, aún hay 25 peajes adicionales que deberán implementarse a medida que se entreguen nuevas unidades funcionales en proyectos viales en marcha.

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Inconformismo social: ¿por qué los peajes generan rechazo?

El descontento social en torno a los peajes se origina en varias razones. Algunos están ubicados cerca de centros urbanos, afectando a quienes deben transitar diariamente por estas rutas. Otros presentan incrementos tarifarios desproporcionados, como el caso del peaje de Supía en el proyecto Pacífico 3, donde la tarifa pasó de 10.000 a 23.000 pesos de un día para otro. Este tipo de aumentos, conocidos como “tarifas contractuales”, se derivan de acuerdos establecidos en los contratos de concesión, pero generan indignación entre los usuarios.

Además, el impacto de los peajes no se limita al bolsillo de los conductores. Casetas como la de Papiros en Bolívar han provocado problemas de congestión vehicular debido a un flujo de tráfico superior al estimado originalmente, multiplicándose por cuatro desde su instalación.

Tarifas diferenciales: un intento de aliviar la carga

Como respuesta al malestar social, el gobierno ha implementado tarifas diferenciales en 83 peajes del país. Estas reducciones buscan mitigar el impacto económico en comunidades locales que dependen de estas vías para sus actividades diarias. Por ejemplo, en los peajes de la salida de la calle 13 en Bogotá y en La Calera, miles de usuarios se benefician de estas tarifas especiales.

Sin embargo, estas medidas no siempre solucionan el problema. En casos como Papiros, aunque se redujeron las tarifas para ciertas categorías de vehículos, el aumento en el flujo vehicular ha generado nuevos desafíos, como represamientos y demoras significativas.

El futuro de los peajes en Colombia

A pesar de los desafíos, los peajes son indispensables para la construcción de infraestructura moderna, como carreteras de doble calzada, túneles y viaductos. Proyectos emblemáticos como el de Popayán-Santander de Quilichao incluyen la instalación de nuevos peajes como parte del financiamiento de estas mejoras.

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Sin embargo, la falta de penetración del recaudo electrónico (actualmente entre el 20% y 25%) y la necesidad de negociar incrementos graduales en las tarifas son aspectos que exigen atención inmediata para minimizar el impacto en los usuarios.

Fuente: Revista Semana