Autopista Medellín Bogotá: por qué sigue cerrada
Múltiples anuncios de apertura aplazados, 200 personas trabajando, un muerto en la obra y 52.100 metros cúbicos de tierra removidos deja, hasta hoy, el derrumbe en la autopista Medellín – Bogotá.
La vía completa 16 días cerrada y varios sectores reportan millonarias pérdidas. De un lado los camioneros que -según Gustavo Montoya director de la Asociación de Transportadores de Carga, ATC- pierden un millón de pesos por cada viaje, hasta el consorcio Devimed, administrador de la vía, que dice dejar de percibir 500 millones de pesos por cada día de cierre.
Devimed, precisamente, completa tres días informando que ya está despejado un carril, pero que no dará paso hasta que se de “el visto bueno de las autoridades”. Según informó el consorcio, esa autoridad es el alcalde de Copacabana, Óscar Alberto Restrepo.
El mandatario local le dijo a EL COLOMBIANO que aunque él sí lidera el Puesto de Mando Unificado que se instaló en la zona, la responsabilidad de la toma de decisiones está en la Gobernación de Antioquia y la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI.
En la Gobernación, a través de Mauricio Parodi, director del Dapard, le trasladó la responsabilidad de la decisión a Devimed y la ANI.
Finalmente y luego de varias consultas, el ingeniero Daniel Tenjo, funcionario de proyectos Carreteras de la Agencia Nacional de Infraestructura, explicó que se han removido poco más de 52.000 metros cúbicos de los 100 mil que hay en la zona, y que aunque hay un carril despejado, las pruebas de resistencia con vehículos no han sido superadas.
“En la zona del derrumbe el concesionario Devimed ha emplazado un radar que detecta movimientos en el talud, y estaba (en la noche del jueves) en alerta naranja, lo cual permitía que se diera paso del vehículo, pero cuando transitaron algunos de los vehículos del concesionario para una prueba, el radar pasó de nuevo a alerta roja” explicó.
Tenjo dijo que ya se están haciendo intervenciones en los sitios donde hay movimiento de tierra, piedra o rocas. “La prioridad es la seguridad de las personas que transitan, por eso le hemos solicitado al concesionario que tenga en cuenta eso en sus actuaciones (…) hasta que esas condiciones de seguridad no estén aseguradas no se permitirá el tráfico”, agregó.
El cierre y los anuncios de apertura
El pasado 28 de diciembre el concesionario Devimed, que opera la autopista Medellín – Bogotá, detectó un movimiento de tierra en el talud ubicado en el kilómetro 13+350 de esa vía, en jurisdicción de Copacabana. Mientras lo estudiaban, decretaron el paso restringido, pero un par de horas después la situación los obligó a cerrar el tránsito por la zona.
Devimed informó, dos días después, que era necesario desprender 60 mil metros cúbicos de tierra que seguían aferrados a la montaña pero con un altísimo riesgo de desprendimiento y por eso, el 1 de enero a las 4:00 p.m., detonaron 150 kilos de Indugel sobre el talud. 84 familias tuvieron que ser evacuadas para llevar a cabo el procedimiento en el que participaron 262 personas de organismos de socorro, entidades estatales y la empresa privada.
La Gobernación de Antioquia informó entonces que en dos días se daría paso provisional a un carril, mientras se hacía la remoción de la tierra. Las familias evacuadas recibieron la autorización para volver a sus casas.
Pero llegó el 3 de enero, fecha estimada para la reapertura y el panorama se enredó nuevamente. En la mañana Devimed reportó que había nueva caída de rocas en la vía y que hasta que no tuvieran controlada esa situación, el paso seguía cerrado. Un día después, el 4 de enero, reconocieron que no tenían fecha estimada para la reapertura debido a que el radar instalado en la zona había emitido alertas por el movimiento de tierra.
Los planes de muchos viajeros que pensaban asistir a las fiestas en los diferentes municipios durante el puente de Reyes (7 al 9 de enero) cambiaron, pues la congestión en las vías Las Palmas y Santa Elena era casi permanente.
Entonces, cuando nadie tenía esperanzas, apareció el gobernador Luis Pérez. El domingo 8 de enero visitó la zona y anunció que para el día siguiente, en medio de la Operación Retorno, se habilitaría paso a un carril y que a partir del martes 10 de enero habría tránsito en ambos sentidos, durante horarios específicos.
Nuevamente la promesa fue incumplida. El lunes 9 de enero, desde primeras horas, Devimed detectó un nuevo agrietamiento en la montaña que representaba un riesgo para los viajeros.
El concesionario precisó que el radar instalado en la zona muestra una condición de alerta roja “con deformaciones progresivas y una aceleración del movimiento”, y por eso la vía seguiría cerrada.
El martes, Devimed dijo que ya se había despejado el carril de descenso y que estaban a la espera “del visto bueno de las autoridades para dar paso”.
La espera continúa.
Fuente: El Colombiano
Imagen: Archivo El Colombiano