Estudio señala que se reduciría polución y se evitarían colapsos en varias vías de Bogotá.
Tienen más de dos ejes y pesan más de 17,425 toneladas, muchos circulan con todas las normas de seguridad y en los horarios permitidos, otros dejan al descubierto irregularidades como ladrillos o arena que se salen de las estibas, conductores que protagonizan accidentes y otros que obstaculizan importantes vías.
Según cifras de la Secretaría de Movilidad, hay un flujo diario de 43.000 vehículos de carga que entran y salen de Bogotá con toda clase de materiales y afectan, sobre todo, los corredores de la avenida calle 13, la autopista Norte, la calle 80, la avenida Boyacá y la Ciudad de Cali. Solo en el año 2015 estuvieron involucrados en 4.659 accidentes de tránsito.
No solo es normal ver a estos vehículos soltando enormes humaredas negras que podrían ser la causa de una revisión técnico- mecánica mal hecha o la inexistencia de la misma, sino que se ha detectado a los mismos transitando enormes cargas con escasas medidas de precaución, contempladas en el Código Nacional del Tránsito Terrestre (769 del 2002) y si no por el Decreto 520 y 620 del 2013 del Distrito.
Lo otro es que colapsan, a cualquier hora, pequeños corredores viales cuando realizan la carga y la descarga de los productos, si de proveedores se trata.
Por eso, la Secretaría de Movilidad realizó un piloto que contó con la asesoría del grupo Sociedad, Economía y Productividad (Sepro), de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional, sobre la incidencia que tendría la logística urbana si este tipo de vehículos realizara su trabajo en horas de la noche. Pero no lo hicieron solos, en este proyecto participó la Cámara de Comercio, Invest in Bogotá, Andi, Fenalco, Colfecar, la Gobernación de Cundinamarca y empresarios que se unieron a la causa, desde junio del 2015, cuando se quiso analizar la problemática de sectores como Puente Aranda y sus zonas de influencia.
En el piloto participaron 17 empresas, todas conocidas, como Bavaria, Nutresa y Alkosto, que manejan volúmenes grandes de carga en la ciudad. Todas tuvieron que movilizar mercancía solo entre las 7 de la noche y las 5 de la mañana. “Este ejercicio demostró que al hacer los cruces entre los costos de operación y los ahorros de combustible y tiempo la inversión se justifica”, explicó el ingeniero y docente de la Universidad Nacional Wilson Adarme, quien participó en el estudio. Hacer la misma entrega de noche resulta 35 % más barato que de día.
Resultados
Como era de esperarse, la velocidad aumentó un 100 por ciento y, en promedio, los vehículos mejoraron sus tiempos de recorrido en un 45 %. Eso se detectó en 22 viajes. “El piloto reflejó datos concluyentes en movilidad, dimensión socioambiental, productividad y competitividad de lo que podría representar la carga y la descarga en Bogotá en horas de la noche”, dijo Ana María Zambrano, gerente de la Unidad de Logística Bogotá-Región.
Por ejemplo, en uno de los recorridos experimentales, desde las afueras de Fontibón hasta el barrio Ricaurte, uno de los sectores que más padece por esta problemática, el tiempo del trayecto se realizó en 157 minutos; es decir, casi dos horas y media en horario diurno. Al hacerlo en la noche, el tiempo se redujo a 40 minutos.
Este tipo de experimentos, según el estudio, ya se han realizado en otras ciudades del mundo.
En Nueva York, donde hoy 400 empresas de logística, les están apostando a la carga y descarga nocturna, se ahorran 10 días de recorrido promedio para todo el parque automotor de la ‘capital del mundo’, donde se hacen 45.000 viajes al día, con respecto a los horarios diurnos. “La experiencia estadounidense da cuenta que la disminución de la polución se ha movido entre el 20 % y el 70 %”, dijo José Holguín Veras, de Sepro, del Politécnico Rensselaer (Nueva York), instituto pionero en materia de estudios de logística y transporte en el mundo, quien acompañó todo el proceso.
Este mismo instituto concluyó que en Bogotá podría haber una disminución de monóxido del 42 %, lo que muestra el impacto positivo en material ambiental.
Ruido
Una de la grandes dudas era si el ruido iba a causar molestias en la noche. Lo que se concluyó fue que el impacto socioambiental resultó beneficioso, pues los sonidos no implicaron mayores perturbaciones en el entorno. Según expertos, la sonoridad de la carga y la descarga estuvo dentro de los límites, es decir, no se alteraron zonas
residenciales en el horario nocturno. También disminuyeron el estrés y la fatiga de los operadores que participaron.
Para el experto en logística mundial José Holguín, el paso a seguir es “saber explotar el éxito del piloto”. Un cambio de semejante envergadura requerirá transformaciones desde lo laboral hasta lo familiar. En Norteamérica, por ejemplo, se cambiaron procedimientos y comportamientos en los trabajadores.
Las compañías tuvieron que firmar códigos de conducta en el que sus operarios se volvieron más sutiles para disminuir el ruido al cerrar las puertas y descargar las plataformas en el pavimento. Incluso, muchas empresas adecuaron sus vehículos con ruedas de caucho para no perturbar en zonas donde hay residentes durmiendo.
Todo esto funciona muy bien con empresas robustas, pero en el caso de Bogotá serán necesarios otros pilotos, que consideren a pequeños empresarios o incluso tenderos, muchos de los cuales también propician operaciones de cargue y descargue y ponen su cuota en el caos del tráfico de Bogotá. Con ellos también habrá planes de concertación y oportunidad.
‘Hacer la misma entrega de noche resulta 35 % más barato que de día’: Wilson Adarme docente de la Universidad Nacional.
Expertos avalan la propuesta, pero dicen que con buena planeación.
Isabel Agudelo, directora de investigación de la empresa Logyca y del Centro Latinoamericano de Innovación en Logística (CLI), reconocida conferencista en los temas de estrategia, sostenibilidad e innovación en logística en Latinoamérica, habló con EL TIEMPO sobre la propuesta del Distrito. Al respecto, aseguró que con buena planeación la idea es viable.
¿Qué opina de la propuesta piloto de la Secretaría de Movilidad?
Yo creo que es una alternativa interesante. Las entregas nocturnas de carga se hacen en las grandes ciudades del mundo.
¿Por qué las grandes ciudades han considerado esta opción?
El sentido común nos dice que se estaría aprovechando la disponibilidad de unas vías que a esa hora no están siendo utilizadas por vehículos particulares ni de transporte público. Es una buena forma de distribuir la carga en toda la ciudad. A mí como idea me parece súper interesante, lo que pasa es que se tiene que tener cuenta el ecosistema en el cual operará esa decisión. Es diferente una entrega nocturna en Nueva York que realizar una entrega nocturna en Bogotá.
¿Estamos hablando de la seguridad?
Esa es una de las consideraciones, no lo digo como barrera, sino como algo que hay que tomar en cuenta. El mover vehículos de carga en la noche es fácil si uno se mueve en zonas seguras; no pasa lo mismo en sectores de conflicto. Habría, en esos casos, un extracosto si la carga tiene que ir escoltada.
Hoy la gente de Bogotá se queja por el ruido que hacen los camiones de basura en la noche. ¿No pasaría lo mismo con estos vehículos?
Sí, ese es otro tema que hay que analizar. Cuando hablas de entregas urbanas, si se trata de una tienda de barrio, o entregas a pequeños supermercados, hay que analizar que muchos de estos están en zonas residenciales y por más de que se haga la distribución en camiones pequeños, bajar cajas y demás puede generar la inconformidad de los residentes. Esas son cosas que hay que saber manejar para provocar el menor impacto.
La grandes empresas tienen la capacidad de reorganizar sus despachos, pero ¿qué habría que hacer con los pequeños empresarios?
No es solo implementar la entrega nocturna, es saber que el que te despacha está preparado para esa actividad y que quien espera la mercancía está preparado para recibirla, con todo lo que el cambio de horarios contempla. Todo eso implica tener mano de obra, pagar horas extras o nocturnas, bodegas, tecnología, terminales. Todo el proceso debe estar preparado. Le dijo sí a la entrega nocturna, pero el ecosistema debe estar preparado para resolver los retos en seguridad, ruido y extracostos para que el tema sea un éxito. En Colombia ya hay algunas empresas que trabajan en el piloto. Todo es posible con planeación.
¿Qué hacer con los tenderos o pequeños comercios?
Un tendero, por ejemplo, tendría que alargar muchos sus tiempos de trabajo si tiene que esperar a la noche para recibir la mercancía. Esa es una inquietud que hay que explorar.
¿Las entregas diurnas son eficientes hoy?
Eso tampoco ocurre en la actualidad. Muchas eficiencias están entre el 50 y el 60 por ciento. Eso hay que solucionarlo.
FUENTE: Noticias El Tiempo
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