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Un mes del cierre en la vía al Llano: consecuencias económicas en Cundinamarca y la región

Un mes del cierre en la vía al Llano: consecuencias económicas en Cundinamarca y la región
Credito Imagen: El Nuevo Siglo

Un mes del cierre en la vía al Llano: economía y vida diaria en crisis en el oriente de Cundinamarca

Cundinamarca, octubre de 2025. Un cambio silencioso comenzó a transformar la vida en los campos del oriente de Cundinamarca hace un mes. Lo que antes era un trayecto corto hacia el mercado, hoy se ha convertido en un recorrido largo, costoso y lleno de incertidumbre. La razón: el cierre de la vía al Llano por un derrumbe en el kilómetro 18+600, jurisdicción de Chipaque, que ha dejado a toda la región en una especie de aislamiento forzado.

Lo que parecía una emergencia momentánea se convirtió en una crisis prolongada sin solución a la vista. Cada día transcurre entre maquinaria pesada, desvíos que alargan los viajes y lluvias constantes que impiden avances significativos en las obras de remoción.

Agricultores, los primeros en sentir el golpe

Los productores agrícolas de la región, particularmente de papa criolla, mazorca, hortalizas, tomate, limón y cilantro, enfrentan un aumento del 30% al 50% en los costos de transporte. Esto ha reducido significativamente sus márgenes de ganancia, mientras que los compradores en Bogotá y otras ciudades regatean precios a la baja. Además, los insumos agropecuarios y alimentos para animales han subido entre un 20% y un 30%, poniendo en riesgo la sostenibilidad de muchas fincas familiares.

Comercio paralizado y cierre de establecimientos

Cerca de 800 negocios locales han reportado caídas graves en sus ventas. Tiendas, restaurantes y estaciones de servicio ubicados cerca de la vía, que antes se beneficiaban del flujo constante de viajeros, hoy muestran mesas vacías y estanterías intactas. Algunos han cerrado temporalmente, mientras otros lo han hecho de manera definitiva.

Transporte de carga y avicultura en alerta

Según datos del sector, el transporte de carga ha dejado de realizar unas 95.000 operaciones. La Federación Nacional de Avicultores (Fenavi) advirtió que los envíos de carne blanca y huevos podrían reducirse hasta en un 40%, lo que tendría un impacto directo en los precios al consumidor. La región produce a diario 26 toneladas de carne de pollo entre Guayabetal y Cáqueza, y más de 850.000 huevos en municipios como Fosca, Quetame, Chipaque y Gutiérrez.

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La salud, otra víctima del bloqueo

El Hospital San Rafael de Cáqueza ha suspendido un 25% de sus citas médicas por la imposibilidad de movilizar tanto a médicos como a pacientes. Las cirugías de mediana y alta complejidad han disminuido en un 35%, y las especialidades de cardiología, gastroenterología y neurocirugía están temporalmente cerradas. Los costos de operación del hospital han aumentado en un 30%, debido al mayor gasto en combustible y al desgaste de vehículos que deben tomar rutas alternas.

Educación interrumpida

En las aulas, el panorama también es preocupante. Niños y niñas de las zonas más afectadas han perdido hasta quince días de clases, una interrupción que afecta no solo el calendario escolar, sino también el ánimo de las familias, muchas de las cuales enfrentan dificultades para garantizar el transporte y la asistencia regular a las escuelas.


Una región atrapada por una sola vía

Cada semana que pasa deja más claro que la emergencia no es solo vial, sino social, económica y humana. El derrumbe no solo partió la montaña: partió la rutina de toda una región, evidenciando la fragilidad de depender de una sola vía para conectar territorios enteros con el resto del país.

Mientras no haya una solución definitiva, el oriente de Cundinamarca seguirá pagando el precio de la desconexión, en una crisis que avanza sin pausa, pero con poco ruido.

Fuente: Periodismo Publico