Las movilizaciones laborales tienden a la baja en el negocio logístico, pese a que algunas protestas hayan ganado visibilidad y notoriedad
Los conflictos laborales en el sector del transporte y el almacenamiento están acumulando las cifras más bajas de la serie histórica desde que existen registros y sin contar con los datos de 2020, año de pandemia y confinamientos. Especialmente a la baja se sitúa el número de trabajadores participantes en las huelgas. En todo caso, la precariedad, las reivindicaciones salariales y la subcontratación se mantienen como las principales batallas de los trabajadores, según los sindicatos. Pese a dirigirnos a diversas patronales del sector logístico, han declinado de forma mayoritaria pronunciarse sobre estas cuestiones.
El desglose que ofrece el ministerio de Trabajo y Economía Social permite deducir que, si bien puede existir algún aumento puntual en la cantidad de jornadas no trabajadas, dependiendo del mes, por lo general son menos los trabajadores que forman parte de los días de paros. Hasta diciembre de 2022, se han contabilizado un total de 73 huelgas en el sector del transporte y la logística, frente a las 63 de 2021, lo que supone un aumento del 15,8%.
Sin embargo, ambas son cifras muy alejadas de las más de 100 huelgas registradas en 2019 ó 2016 y no llega a la horquilla de datos de los que se tiene constancia desde que el ministerio realiza esta recopilación, que comienza en 2014. Todo ello pese a que progresivamente determinadas protestas han ganado visibilidad y 2023 haya empezado con protestas mediáticas en varios centros logísticos españoles. El gigante del ecommerce Amazon anunciaba en enero el cierre de su almacén de Martorelles (Barcelona) y la apertura en marzo de un centro sustitutivo en Zaragoza, lo que provocaba las movilizaciones de los 800 empleados que serían trasladados. Por otro lado, el centro logístico de Galicia de la cadena de alimentación Lidl permaneció parado tres meses por la huelga de sus trabajadores por exceso de horas extra. También el mes pasado los empleados de los centros logísticos de la cadena de supermercados Covirán iniciaban dos jornadas de huelga. Tampoco ha escapado el grupo Inditex: la plantilla del almacén madrileño de Zara también se encuentra inmersa en protestas para exigir las mismas condiciones salariales que en Arteixo (A Coruña).
Cuestionados por un posible aumento de la conflictividad, desde la sección de Transporte de Comisiones Obreras (FSC CCOO) afirman que “no tenemos identificado ningún dato significativo determinado en empresas de logística de nuestro sector a este respecto”, más allá de los casos mencionados. Coincide con esta visión la secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de la Federación de Servicios de Unión Sindical Obrera (USO), Fernanda Correia, que sí señala que “se reciben muchas quejas por parte de nuestros delegados y afiliados debido a las malas condiciones laborales en los centros de logística”. Las principales quejas, según señala Correia, se dan por “los incumplimientos de los convenios sectoriales, incumplimientos en los tiempos de descanso, los tiempos de espera en las cargas y descargas de camiones y la exigencia de cumplir objetivos sin tener en cuenta la prevención de riesgos laborales“.
En lo que llevamos de año, un total de 4.324 trabajadores han participado en una huelga relacionada con algún grupo de actividad logística o de transporte. El total de jornadas laborales no trabajadas entre enero y marzo ha sumado más de 9.000. Estas cifras suponen un descenso del 11,6% y el 10,8%, respectivamente, de las cifras del mismo periodo del año anterior, que se quedó con 4.891 participantes y 8.477 jornadas no trabajadas. Los datos de marzo de este ejercicio también son menores a los del mismo mes del año pasado, aunque las reivindicaciones son esencialmente las mismas que el sector lleva muchos años reclamando: el cumplimiento de los convenios colectivos, la conciliación de vida laboral y familiar, especialmente en el caso de la carretera, y la falta de nuevos profesionales en ámbitos donde ya se están dando las primeras jubilaciones.
Fernanda Correia (USO) emplaza a la negociación colectiva más pronto que tarde “si queremos tener un relevo generacional en el transporte”. Como recuerda, “según el ministerio de Transportes, dentro de unos seis años se jubilarán alrededor del 40% de los trabajadores”, apunta la representante sindical. Precisamente el sector del transporte y el almacenamiento es de los pocos que presenta participantes en parones de actividad tanto en el transporte público como en el privado, a tenor de los datos oficiales. En el primer caso, los trabajadores participantes entre enero y diciembre de 2022 se cuantificaron en 3.961 y en el segundo, fueron más de 5.000 personas. “Siendo conocedores del sector, la situación no puede ser de otra forma, lamentablemente. Las empresas basan su competencia en costes, y principalmente sobre los laborales”, señalan desde FSC CCOO.
Pese a ello, los actores muestran cierta satisfacción por la evolución de las negociaciones a lo largo de estos dos últimos años, cuando la normativa en materia de transporte comenzó a poner coto a prácticas como el trabajo a pérdidas y la carga y descarga realizada por transportistas de mercancías por carretera. “Celebramos la reconducción de las medidas por el Gobierno actual, que primero han supuesto derogar o corregir el ataque a derechos de los trabajadores”, señalan desde CCOO. Sin embargo, apuntan que en la ley faltan puntos como “una mayor profundidad de regulación en la norma laboral aplicable a empresas de subcontratación” o evitar la competencia desleal.
Por su parte, desde el ámbito asociativo empresarial y de autónomos, la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) afirman que el nuevo estado de las conversaciones “ha permitido tener una situación de paz y una cierta suavidad en la conflictividad laboral”. Reconocen una mayor presión del sector de la carretera por subir salarios y renegociar el convenio colectivo y la federación es consciente de que “no hay que bajar la guardia”, pero también afirma que “los pactos alcanzados han resultado mejores de lo que se esperaba”. El sector del transporte de mercancías por carretera es, de muy lejos, la actividad con más cantidad de movilizaciones, más trabajadores participantes en las mismas y más jornadas laborales no trabajadas. Uno de los picos de mayor actividad reivindicativa de este ámbito se produjo el año pasado, coincidiendo con los paros patronales organizados por la Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte de Mercancías por Carretera.
En el extremo opuesto se sitúa el transporte marítimo y por vías navegables interiores, que apenas ha acumulado paros en la actividad desde que el ministerio lleva registros. La mayoría de ellos han tenido como protagonistas a los estibadores, siendo 2017 el ejercicio con mayor afluencia de trabajadores, con un total de 4.000 personas. Actualmente, el Acuerdo Marco de la Estiba sigue siendo un punto de fricción y de constantes conversaciones en el sector. Aun así, la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar, sindicato mayoritario en el sector de la estiba, afirma tener “un talante de diálogo y negociador ante la defensa de los derechos laborales de los trabajadores, pero ello no quita que se ejerza el derecho de huelga las veces que sea necesario”. Hoy día, las reivindicaciones del sector, afirma el sindicato estibador, pasan por el cumplimiento de las normativas en materia de seguridad y salud, así como la formación de manera continuada y la seguridad jurídica, detalla la Coordinadora.
Fuente: El Mercantil
Imagen: El Mercantil