En medio del caos generado por el paro nacional de transportadores de carga, Bogotá enfrenta una nueva ola de protestas. Este miércoles 4 de septiembre, motociclistas y conductores de aplicaciones anunciaron movilizaciones en la capital. Según un cartel difundido en redes sociales, estas manifestaciones surgen como respuesta a lo que consideran una “persecución” por parte de la Secretaría de Movilidad.
Los manifestantes, que incluyen a conductores de vehículos particulares y motociclistas, expresan su descontento con las políticas de tránsito actuales y denuncian el abuso de autoridad por parte de los agentes de tránsito. Un punto central de su protesta es la infracción D12, impuesta a vehículos que prestan servicios no autorizados, como las aplicaciones de transporte.
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Hace unas semanas, Diego, un representante de los conductores de aplicaciones, se encadenó en la oficina de Movilidad como señal de protesta tras la inmovilización de uno de los vehículos de su grupo. Este acto de resistencia se convirtió en un símbolo de la frustración generalizada entre los trabajadores de estas plataformas, quienes exigen un marco regulatorio justo.
Las protestas del miércoles prometen ser masivas, con concentraciones previstas en varios puntos clave de la ciudad, como los portales de Suba, Usme y el Sur, así como en la Biblioteca Virgilio Barco y la zona de Fontibón. Los manifestantes planean marchar hacia el Parque Nacional, lo que podría generar un impacto significativo en la movilidad de la ciudad.
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Este conflicto pone de relieve la necesidad urgente de una regulación clara para las plataformas de transporte en Colombia. Mientras tanto, los bogotanos enfrentan la incertidumbre de otro día marcado por bloqueos y protestas, en una ciudad ya paralizada por el paro camionero.
Las protestas son un síntoma del descontento profundo y generalizado que afecta a varios sectores del transporte. El Gobierno y las autoridades locales deben actuar rápidamente para evitar que esta situación se convierta en una crisis aún mayor, que impacte no solo la movilidad, sino también la economía y la calidad de vida de los ciudadanos.
Fuente: ET