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Industria editorial está en alerta por posible IVA a los libros

La medida está contemplada en el informe de la Comisión de Expertos Tributarios. Como el peor momento para pensar en poner un IVA del 5 por ciento a los libros calificaron varios voceros de la industria editorial la propuesta de la Comisión de Expertos Tributarios que hizo las recomendaciones de lo que debe ser la […]

La medida está contemplada en el informe de la Comisión de Expertos Tributarios.

Como el peor momento para pensar en poner un IVA del 5 por ciento a los libros calificaron varios voceros de la industria editorial la propuesta de la Comisión de Expertos Tributarios que hizo las recomendaciones de lo que debe ser la próxima reforma impositiva, y que, de darse, consideran un golpe al corazón del sector y a la meta de fomentar la lectura en el país.

El debate se da en medio de la Feria Internacional del Libro, en donde año a año se aprecia que los libros siguen siendo un producto caro, inaccesible para el promedio de la población colombiana. También se da en medio del arranque del proceso de construcción, por parte del Gobierno y el Congreso, del proyecto de ley que se tramitará en la segunda mitad del año, porque la intención, según expresó Erick Rincón, gerente general de Editorial Legis, es alertar para que no se llegue a acoger esa medida, la cual “causaría un impacto gravoso sobre toda la industria –ya de por sí golpeada– y sobre los colombianos”.

 

El IVA para los libros, que tiene en vilo a unas 174 empresas, entre editoras, distribuidoras e importadoras, se desprende de la sugerencia de la comisión, según la cual se tumban todos los beneficios tributarios que, en el caso del libro, han sobrevivido a varias legislaciones durante décadas.

En su reemplazo, todo lo que tenía beneficio se grava con el 5 por ciento, pues, según el argumento de los expertos tributaristas en el informe, “estas exenciones tienen un costo de 5 billones de pesos anuales, y no todas son ya justificables”.

Para la industria, entre tanto, el objetivo de esta exención aún persiste.

“Estos beneficios no han sido un privilegio caprichoso; se dieron inicialmente, en 1973, para fomentar la edición de libros de carácter científico y cultural”, recuerda Rincón.

Por medio de varias normas posteriores, la medida continuó, porque “se consideró que ese tipo de alivio tributario incentivaba directamente la cultura, el desarrollo de conocimientos, la publicación de los contenidos, el desarrollo mismo de los autores en un país que tiene todavía un nivel de lecturabilidad bastante bajo”, agregó el vocero editorial y empresario.

Por el lado del fomento a la lecturabilidad, el cambio no es notorio, pero se ha dado. Según las estadísticas de la Cámara Colombiana del Libro (CCL), los ciudadanos leen hoy un promedio de 1,9 libros por año, mientras que hace una década era menos de un libro por persona. Ahora, la meta del Gobierno, en el contexto de llegar a una ‘Colombia más educada’, es de 3,2 libros por persona por año, lo que se podría ver afectado con un incremento en el precio de los libros, vía IVA del 5 por ciento.

“El libro es un producto sensible. Hoy un libro cuesta 40.000 pesos (promedio), lo que ya implica muchas horas de trabajo para un colombiano de ingresos medios y bajos que desee leer”, advierte Enrique González, director de la CCL.

Al respecto agrega Rincón: “Lo que más nos preocupa es que se retroceda en un terreno que se ha ganado desde 1973 y, lo que es peor, que se ponga en juego el fomento a la cultura y el conocimiento”.

La industria editorial colombiana, si bien ha crecido ligeramente, solo representa el 3 por ciento de la gran venta de productos en el país (si se mide con los textos escolares). “En Colombia se compra poco para dotar bibliotecas públicas. El sector se soporta con la compra privada”, expresa González.

Alternativa digital

Con el mercado electrónico y todos los demás subsectores, las ventas de libros representarían un 5 por ciento del total de ventas, agregó, y recordó que solo en la dictadura de Pinochet, en Chile, se gravó un producto como este.

Además, en la actualidad, esta industria también está impactada por el alto precio del dólar porque, según el gerente de Legis, “los insumos son básicamente papel y tinta, que representan casi el 50 por ciento de los costos de producción de un libro. Estos insumos son dolarizados, por lo que el impacto de la devaluación ha sido del 40 por ciento en los costos”.

Para el exdirector de la Dian Juan Ricardo Ortega, la situación es otra: “La mayoría de libros valiosos para la humanidad ya no están sujetos a derechos de autor. En Europa, el subsidio se ha focalizado en la publicación, tecnología e investigación para publicar en formatos digitales. Esto es lo que abre el mundo de los libros a todas las personas. El IVA se debe quitar, no en los libros, sino en los servicios de internet a hogares de ingresos bajos y a los celulares para datos”.

 

Fuente: El tiempo 

Fotografia: El tiempo 

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