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Cierre total de la Av. Calle 3 entre la carrera 66 y la transversal 53A

Cierre
Crédito Imagen: Movilidad Bogotá

El transporte en Bogotá enfrenta un nuevo desafío con el cierre total de la calzada en sentido occidente-oriente de la Av. Calle 3, entre la Carrera 66 y la Transversal 53A, para realizar actividades de tratamiento forestal. Esta intervención, autorizada por la Secretaría Distrital de Movilidad (SDM), se llevará a cabo en cuatro etapas no simultáneas durante el domingo 18 y lunes 19 de agosto de 2024. Aunque el cierre es una medida necesaria para cumplir con el contrato de obra desarrollado por ENEL COLOMBIA S.A. E.S.P., su impacto en la movilidad de la ciudad no debe subestimarse.

La SDM ha detallado un Plan de Manejo de Tránsito (PMT) que incluye desvíos para los vehículos particulares y del transporte público. Los peatones, por su parte, no verán afectada su movilidad, ya que se les garantiza el acceso a la infraestructura existente. Sin embargo, la implementación de este PMT en una ciudad ya de por sí congestionada como Bogotá, plantea interrogantes sobre la eficiencia de la planeación vial en la capital.

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Una ciudad en constante construcción

Bogotá es una ciudad que parece estar en constante construcción, con cierres de vías que se repiten con preocupante frecuencia. Aunque se justifican por la necesidad de mejorar la infraestructura, la realidad es que estos cierres temporales suelen convertirse en un dolor de cabeza para los ciudadanos. En este caso, los desvíos propuestos obligarán a los conductores a realizar recorridos alternativos que, en muchos casos, no están diseñados para soportar el volumen de tráfico que se desviará hacia ellos. Esta situación podría generar cuellos de botella y prolongar los tiempos de viaje, afectando no solo a los usuarios particulares, sino también al transporte público y al comercio local.

¿Planeación vial o soluciones temporales?

La pregunta que surge es si estos cierres y desvíos son realmente una solución o simplemente un parche temporal en una red vial que muestra signos de agotamiento. Bogotá necesita una planificación vial a largo plazo que no solo contemple la ejecución de obras, sino también la minimización del impacto que estas tienen en la vida diaria de los ciudadanos. El cierre de la Av. Calle 3 es solo un ejemplo más de cómo la falta de previsión y coordinación puede agravar los problemas de movilidad en lugar de solucionarlos.

Recomendaciones que no siempre se cumplen

La SDM ha hecho un llamado a la prudencia, recomendando a los conductores y peatones que sigan las señales de tránsito y las indicaciones del personal encargado de la obra. Sin embargo, en una ciudad donde el caos vehicular es la norma, estas recomendaciones suelen caer en saco roto. Los conductores, acostumbrados a los constantes cierres y desvíos, tienden a buscar rutas alternativas que, en muchos casos, no están preparadas para recibir un mayor flujo de vehículos. Esta situación genera un efecto dominó que afecta la movilidad en otras zonas de la ciudad, provocando un caos aún mayor.

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El transporte público en la encrucijada

El cierre de la Av. Calle 3 también afectará a los usuarios del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), que deberán adaptar sus recorridos a los desvíos autorizados. Aunque la SDM ha previsto rutas alternas, no se puede ignorar que cualquier cambio en los recorridos del transporte público suele generar confusión y malestar entre los usuarios. Además, en una ciudad donde la oferta de transporte público es insuficiente, cualquier alteración en el servicio puede tener un impacto desproporcionado en la vida de quienes dependen de él.

Fuente: Gov.co