Los plazos de entrega se han disparado, en algunos casos hasta más de un año y los precios de las tractoras han subido hasta un 50%
La Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) alerta de las enormes dificultades que están encontrando sus empresas para renovar sus flotas de camiones con plazos de entrega que superan el año y precios hasta un 50 % más caros que en 2020. Una situación que está afectando seriamente a su habitual dinámica de renovación de vehículos. Eso es al menos lo que denuncian desde Astic, la principal organización de transporte internacional por carretera, que ha realizado una encuesta entre sus empresas afiliadas, la inmensa mayoría flotas de gran tamaño, que suelen renovar sus vehículos cada tres o cuatro años.
En relación a los plazos de entrega, la encuesta muestra que algo más de la mitad de las respuestas refieren que son muy cambiantes e inciertos y que no hay plazo firme para entregarlos en una fecha concreta y, en otros casos, cuatro de cada diez reflejan que, si bien dichos plazos de entrega están fijados por contrato, son muchos más dilatados que los de anteriores ejercicios, superando con frecuencia el año de espera.
¿Cuánto cuesta un camión hoy?
La crisis de materias primas y los cuellos de botella en las cadenas de producción y logísticas, además de distorsionar por completo los calendarios de renovación de los vehículos pesados, también ha provocado un aumento brutal de sus precios. La encuesta realizada por ASTIC muestra que un tercio de las respuestas refleja subidas de entre el 30 % y el 50 %, respecto a la situación anterior a octubre de 2020 y con perspectiva de nuevos incrementos inmediatos. ¿Y eso como se traduce en precios? Según sus datos, el precio de una cabeza tractora de tipo medio se situaba entre 85.000 y 100.000 euros antes de octubre de 2020 y un remolque, alrededor de 27.000 euros para carga general, 50.000 para frigorífico y 70.000 una cisterna. Actualmente esa misma cabeza tractora cuesta por encima de 130.000 euros, a lo que hay que añadir más de 35.000 euros del semi-remolque general, por no hablar de los frigoríficos que superan los 65.000 euros o los 100.000 euros de las cisternas.
En opinión de Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de ASTIC, “la situación actual, además de afectar a la eficiencia operativa de cara a los cargadores y exportadores, daña el compromiso de nuestras empresas con la sostenibilidad del transporte y provocará tensiones muy acusadas en los precios del mismo para combatir la erosión de las cuentas de resultados”. Valdivia señala además como otras partidas de coste “como los seguros, peajes, componentes, combustibles o personal también están experimentando encarecimientos de doble dígito desde hace más de un año”.
Fuente: autónomos en ruta
Imagen: Irasshai