Infraestructura le aportaría hasta 5,3% al PIB de Colombia
Quizá no existe hoy en Colombia una vía nacional que no esté siendo construida, mantenida o intervenida, aspecto por el cual las regiones del país ya vienen recibiendo el dividendo económico que trajo consigo el programa de vías de Cuarta Generación (4G).
Esta iniciativa, que viene siendo ejecutada por el Gobierno Nacional, junto con operadores privados, alcanzó –entre el año pasado y lo que va corrido de este– su punto máximo de aporte al PIB nacional, durante este etapa de construcción, operación y mantenimiento.
Lo anterior, si se tiene en cuenta que el flujo de inversiones, en esta materia, está concentrado en el periodo 2014-2020, pero del 2015 al 2017 es donde estas cifras más se incrementaron, registrando aportes al PIB nacional de 1,1%; 1,6% y 1,5%, respectivamente.
No obstante este foco, el perfil de inversiones hasta el 2020 sigue siendo representativo y, según cuentas del Departamento Nacional de Planeación (DNP), durante el periodo de construcción, este programa tendrá un efecto multiplicador que aumentará en 1,5 por ciento el PIB del país. Igualmente, en el largo plazo, se proyecta que cuente con un efecto sobre el crecimiento de este indicador por los lados de 4,6% a 5,3%.
La cuestión no es menor y ha llevado a que el Gobierno desembolsille $50 billones (entre el 2011 y el 2016), los cuales no fueron solamente a las concesiones de 4G, sino a 10 asociaciones público – privadas (APP), de inversión privada; la intervención de los corredores férreos nacionales; 55 puertos y a la modernización de 16 aeropuertos.
Para Jorge Eduardo Rojas, ministro de Transporte, “con este grupo de obras le estamos entregando al país conexiones vitales y de gran envergadura, además que estas cuentan con estándares muy altos, que, a futuro, ayudan a reducir los tiempos de viaje, aumentar los promedios de velocidad, mejorar inclinaciones y curvaturas de las carreteras, entre otras cosas”.
Y es que, a su término, estas conexiones llevarán a que se reduzcan los tiempos de desplazamiento entre los centros productivos y los puertos en 30 por ciento,aspecto que disminuirá los costos de operación vehicular en 20 por ciento, según datos de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).
Esta entidad va más allá y destaca –según reza en el Conpes 3760– que, entre Bogotá y Medellín los tiempos de recorrido tendrán un ahorro de 28,2%, cifra similar para las que tendrán autopistas como Bogotá-Cali y Bogotá Buenaventura, que tendrán ahorros de 26,8% y 27,2%, respectivamente.
Luis Fernando Andrade, presidente de la ANI, destaca que el impacto que reciben las regiones por estos proyectos, pues “representan el cordón umbilical del desarrollo del país y, a través de estos, evolucionamos en los diferentes tipos de infraestructura, necesarios para el bienestar de la comunidad, tales como servicios públicos, vivienda, salud y educación, entre otros”.
Incluso, desde la ANI celebran la caída que ha tenido el índice de desempleo en las regiones, a la par que aumentan este tipo de obras. Un informe de esta entidad señala que los macroproyectos “están llevando desarrollo y trabajo a 24 departamentos, que a su vez permiten rebajar la tasa de desempleo durante la etapa de construcción en 1%”. Además, se estima que, con los primeros 30 proyectos de vías, se estén generando hasta 120.000 plazas nuevas (ver nota anexa).
No obstante, desde el mismo Gobierno señalan que no se ha logrado consolidar esta dinámica en vías terciarias o “de posconflicto”, las cuales –en palabras de Andrade– tienen una realidad muy distinta, que deberá priorizarse en el corto plazo (ver ‘Así serían las vías para el posconflicto’).
Fuente: Portafolio
Imagen: Archivo Portafolio