Las vacunas deben estar a -70° celsius; el hielo podría transformar en gas a -78° celsius
La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. advirtió a los operadores de aeronaves comerciales que transportarán vacunas, sobre el riesgo de llevar demasiado hielo seco en la bodega de carga, por ser la forma sólida de dióxido de carbono. El aumento del volumen de hielo seco puede presentar riesgos que las mitigaciones existentes no abordan adecuadamente, así lo informó el medio American Shipper.
La agencia indicó, en una alerta de seguridad, que “los operadores pueden planificar el transporte de cantidades de hielo seco mayores que las que pueden transportar durante las operaciones típicas. Este volumen de hielo seco puede presentar riesgos que las mitigaciones existentes no abordan adecuadamente”.
Los envíos de vacunas contra el COVID-19 se deben mantener a temperaturas ultra frías y requerirán más hielo seco para mantener la seguridad y eficacia en el transporte. Estas condiciones son especialmente para el producto desarrollado por Pfizer (NYSE: PFE) y su socio alemán BioNTech, que se deben mantener a -94° Fahrenheit (-70°Celsius). Un panel asesor de la Administración de Drogas y Alimentos recomendó el jueves que la agencia concediera la autorización de uso de emergencia de la vacuna Pfizer/BioNTech.
Además, una vacuna de Moderna Inc. (NASDQ MRNA) tiene requerimientos de temperatura de -4° Fahrenheit; en comparación, la típica vacuna contra la gripe se conserva de 35 a 46°F (1,6° a 7,7° grados Celsius).
Las vacunas que se transportan por aire suelen estar embaladas en grandes contenedores aislados con compartimentos para hielo seco, aunque algunos tipos de equipos utilizan sistemas de refrigeración a pilas en su lugar. El hielo seco se descompone y se transforma en gas a temperaturas superiores a los 108°F (42°C) bajo condiciones atmosféricas normales. A presiones reducidas como las de la cabina de un avión la tasa de sublimación del hielo seco aumentará. Por tanto, el riesgo es que el CO2 gaseoso reemplace al oxígeno en los compartimentos del avión e interfiera con la capacidad de la tripulación para respirar. Los altos niveles de dióxido de carbono pueden perjudicar la función cognitiva y conducir a la asfixia, lo que genera preocupación para los tripulantes de tierra.
El riesgo de condiciones peligrosas depende de la cantidad de hielo seco transportado, la tasa de sublimación y la cantidad de ventilación disponible. La FAA concedió recientemente a United Airlines (NASDQ:UAL) permiso para transportar cinco veces la cantidad normal de hielo seco cuando operan como carguero, así lo informó The Wall Street Journal.
Los reguladores surcoreanos flexibilizaron los límites de hielo seco, permitiendo a los operadores de aeronaves triplicar el número de contenedores de vacunas contra el coronavirus que pueden transportar, indicó Reuters.
Existe una aeronave en el mundo que puede transportar cantidades ilimitadas de hielo seco. Freight Waves informó que el carguero An-154 de construcción rusa tiene una bodega de carga cavernosa que permite que se disipe algo de CO2 y un sistema de ventilación especial que está separado del que se usa en los cuartos de tripulación. Al transportista de carga Volga-Dnepr le gustaría utilizar los aviones para apoyar la campaña mundial de vacunación, pero un avión resultó dañado en un accidente y el resto de la flota está en tierra mientras las autoridades investigan la causa del accidente.
La FFA dio recomendaciones para paliar el riesgo del hielo seco: Consultar con los fabricantes de aeronaves las cantidades máximas recomendadas de hielo seco que la ventilación de la aeronave puede acomodar, respecto a la tasa de sublimación; Determinar con precisión la rapidez con la que se descompondrá el hielo seco, lo que es esencial para determinar la cantidad correcta de hielo seco que puede transportarse a bordo de una aeronave, con la seguridad necesaria; Cuando el hielo seco se sublima, se pierde peso afectando al centro de gravedad del avión; Asegurarse de que todos los paquetes de aire acondicionados y las unidades de energía auxiliar estén operativos por completos para permitir una ventilación eficaz; Instalación de sensores de CO2 o hacer que la tripulación los use para detectar concentraciones peligrosas de gas.
Fuente: Mundo Marítimo
Imagen: Archivo Mundo Marítimo
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