En los últimos años, desplazarse desde Bogotá hacia los municipios vecinos de la Sabana se ha convertido en una odisea diaria para millones de ciudadanos. Las largas filas de vehículos que se extienden desde la madrugada hasta la noche en los nueve corredores viales de acceso y salida de la capital son la norma, no la excepción. Este congestionamiento no solo retrasa la vida diaria de los habitantes de la región, sino que también genera un impacto ambiental significativo, con emisiones de CO2 cercanas a 11 millones de toneladas al año, según estimaciones recientes.
Ante esta situación, el gobierno y diversas instituciones han implementado medidas para mitigar el caos vial. Desde hace dos años, se estableció el Pico y Placa regional para regular el ingreso a la ciudad durante los puentes festivos. Sin embargo, esta medida parece no ser suficiente, por lo que desde este fin de semana también se aplicará la restricción de salida los sábados, en una operación éxodo que busca mejorar la fluidez vehicular.
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A pesar de estos esfuerzos, el problema persiste. La Encuesta de Movilidad 2023 revela que más de 20 millones de viajes se realizan cada día en la región metropolitana de Bogotá, y que en promedio, las personas gastan 50 minutos en desplazamientos. Esta pérdida de tiempo afecta la calidad de vida de los ciudadanos y subraya la necesidad urgente de mejorar la infraestructura de transporte regional.
En respuesta a este desafío, se han planteado más de una decena de proyectos de infraestructura con el objetivo de aliviar la congestión vial y reducir la contaminación. Sin embargo, muchos de estos proyectos, aunque están en curso, no han avanzado al ritmo esperado o enfrentan serias dificultades que ponen en riesgo su culminación. Este es el caso de iniciativas como el Regiotram de Occidente, la ALO Sur, la ampliación de la autopista Norte y la carrera 7a., entre otros.
Para abordar esta problemática, las universidades de Los Andes y La Sabana, en colaboración con EL TIEMPO, han organizado el foro “Una década de Bogotá desconectada” como parte de la alianza Diálogos de País. Este evento, que se llevará a cabo en el auditorio Mario Laserna de la Universidad de los Andes, reunirá a destacados expertos en transporte, movilidad y medioambiente, junto a figuras clave como la ministra de Transporte, María Constanza García, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, y el gobernador de Cundinamarca, Jorge Rey. Junto a ellos, los rectores de Los Andes y La Sabana, y el director de EL TIEMPO, Andrés Mompotes, participarán en la discusión sobre los retos y alternativas para los grandes proyectos de infraestructura que podrían transformar el futuro de la conectividad en la región.
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Juan Pablo Bocarejo, director del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de los Andes, enfatizó en la importancia de recuperar y avanzar en los proyectos de conectividad vial que han estado estancados durante años. “Hay una agenda muy grande de planes y proyectos que se vienen trabajando desde hace muchos años en diferentes niveles de avance, pero las obras no se ven”, señaló Bocarejo. Además, alertó sobre el impacto de la falta de infraestructura adecuada, mencionando que “muchos niños se demoran más de 3 horas al día en el transporte público”, una situación insostenible que requiere atención inmediata.
Entre los proyectos prioritarios se encuentran el Regiotram de Occidente, que ha sorteado obstáculos como la licencia ambiental, y la ampliación de la troncal de la Calle 13, cuya adjudicación aún está en proceso. No obstante, otros proyectos, como el Regiotram del Sur y la ampliación de la troncal de TransMilenio, enfrentan retrasos significativos que afectan directamente la vida diaria de los habitantes de la región.
La desconexión entre Bogotá y la Sabana no solo es un problema de movilidad, sino también un desafío que afecta la competitividad y sostenibilidad de la región. Es imperativo que las autoridades y el sector privado trabajen juntos para agilizar los proyectos de infraestructura y ofrecer soluciones que mejoren la calidad de vida de millones de personas que dependen de una red vial eficiente y moderna.