El Metro de Bogotá, una de las obras más esperadas por los capitalinos, promete ser la solución definitiva para el caos de movilidad que ha “sacado canas” a más de un bogotano. Tras años de polémicas y controversias, la construcción está en marcha y ya se vislumbran indicios de cómo será este crucial transporte público.
La línea de metro planificada abarcará una longitud total de 23,9 kilómetros, situándola como una de las más largas en el continente. Actualmente, el progreso de la construcción supera el 30%, lo que permite anticipar que los trenes estarán funcionando para el primer trimestre de 2026. Se prevé que el servicio comience a operar a principios de 2028, con las primeras pruebas realizadas a lo largo del viaducto para asegurar la seguridad de los ciudadanos de Bogotá que utilizarán este nuevo medio de transporte.
Las labores de construcción, iniciadas en 2021 con la creación del patio taller, están destinadas a albergar hasta 60 trenes que conectarán el norte y sur de la ciudad en tan solo 27 minutos. Por ahora, las obras continúan y las estaciones de Marly, Calle 26, Calle 63 y Calle 72 están siendo intervenidas para avanzar en la construcción de las columnas que sostendrán las vías.
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Aunque quedan varios años para que el metro comience a rodar por las vías, muchos ya se preguntan en cuánto quedará el pasaje y si será similar al de TransMilenio. La empresa del Metro de Bogotá respondió a estas inquietudes a través de su página web, indicando que “la tarifa del Metro se adoptará el año de su inauguración. Sin embargo, la aspiración y el objetivo es que el valor del pasaje del Metro sea igual al de TransMilenio”.
Asimismo, explicaron que el metro elevado planea reducir sus costos operativos al eliminar la necesidad de sistemas de ventilación mecánica, iluminación diurna y extracción de agua subterránea. Este enfoque busca generar un ahorro significativo, estimado en alrededor del 4% del costo total de operaciones. Además, al minimizar el número de paradas, se pretende aumentar la velocidad de los trenes, resultando en tiempos de viaje más cortos y una mayor eficiencia en la movilización de pasajeros.
La integración del Metro de Bogotá con TransMilenio es otro aspecto clave, ya que se busca distribuir los costos operativos entre un mayor número de pasajeros, logrando así una reducción en el costo individual del viaje para los usuarios del transporte público en Bogotá.
El Metro de Bogotá no solo promete transformar la movilidad en la capital, sino que también se perfila como un proyecto de infraestructura que optimizará los costos operativos y mejorará la eficiencia del transporte público. Con cada avance, los bogotanos se acercan más a una solución tangible y efectiva para los problemas de movilidad que han enfrentado durante tanto tiempo.
Fuente: RCN Radio