Las fases II y III de la Avenida Regional Norte sacarán de la glorieta de Niquía, una zona de alta congestión, más de 20.000 vehículos. Así operará.
Poco a poco se va despejando el panorama vial en el norte del Valle de Aburrá, que por años ha tenido en la glorieta de Niquía (Bello) un nudo en la movilidad que origina retrasos, en muchos casos excesivos, para la llegada de los viajeros a sus destinos.
Hoy precisamente se ponen en funcionamiento las fases II y III de la avenida Regional Oriental Norte, que constituyen un nuevo hito en el plan de conectar el norte y el sur del Aburrá a través del río como eje estructurante de ese gran proyecto vial, consistente en tener un corredor en sentido sur – norte en el costado oriental del afluente, y otro en sentido norte – sur en el costado occidental.
Las fases II y III que hoy entregan al servicio el Área Metropolitana y la Gobernación de Antioquia, que aportaron los recursos, se calcula que sacarán de la glorieta de Niquía al menos la mitad de los cerca de 70.000 vehículos que confluyen a diario en este punto, donde también hay una estación del metro.
“Los vehículos que vienen del sur por la vía Solla-Niquía ahora podrán tomar un desvío cerca al parque Tulio Ospina y conectar con el puente de La Seca sin tener que llegar hasta la glorieta”, lo que significará un descanso para la habitual congestión en este punto, explicó Alejandro Quijano, director Financiero y Administrativo de Hatovial, la concesión que construyó ambos proyectos (fase II y fase III) y que ahora pasan a ser propiedad del Estado, en este caso el municipio de Bello, que se encargará de su operación y mantenimiento.
Los proyectos
La mejor prueba del impacto que tendrán estas obras para la movilidad del Aburrá se vivió ayer, pues hacia las 11:00 de la mañana, por la Autopista Norte, había una congestión vial de cerca de 8 km en sentido sur-norte entre el barrio Caribe y el acceso a Bello, todo porque los domingos se habilita la ciclovía en el tramo Solla – Niquía. Cuando no hay ciclovía, en días de semana, suelen vivirse situaciones similares, pues la carga vehicular es tanta que la glorieta se queda corta parta evacuarla con agilidad. Los nuevos proyectos eliminarán en parte esta dificultad.
Ambas fases suman 4.5 kilómetros de vía nueva. La fase II comprende 2.7 kilómetros de vías con tres carriles nacionales, entre la Universidad Uniminuto y el sector de Fontidueño de Bello.
La fase III se conoce como el Intercambio Vial La Seca y es un proyecto de 1.2 kilómetros de ciclocaminabilidad y 750 metros de vía, incluido un puente metálico para conectar la actual variante Solla–Niquía, cuyo objetivo es descongestionar el tráfico vehicular hacia el Norte, evitando el paso por la glorieta para quienes van hacia Copacabana, Girardota, Barbosa, el norte del departamento y la Costa Atlántica.
“Estas obras garantizarán la competitividad del territorio y las condiciones de vida de los ciudadanos, que ya van a poder llegar de manera más rápida y oportuna a sus sitios de trabajo y sus hogares. Es un proyecto vial con tres carriles, berma y espacios amplios para la ciclocaminabilidad, luminarias y señalización propias de una vía de alta competitividad”, indicó Juan David Palacio, director del Área Metropolitana, la mayor aportante de recursos a la obra.
Las inversiones
En efecto, estas dos fases integradas entre sí terminan conectadas a la fase IV, recién inaugurada en Copacabana, para conectar con la Doble Calzada Bello – Hatillo, que es una vía también de altas especificaciones técnicas.
El proyecto inició construcción en 2019 y pese a las dificultades de la pandemia por la covid-19, logró construirse en un tiempo récord de menos de dos años.
“Esta fue de las primeras obras de infraestructura en reactivarse, cumpliendo con todos los protocolos de bioseguridad exigidos durante la pandemia, e incluso estuvo afectada por las protestas sociales de mitad de año, que fueron muy fuertes en la zona norte”, recordó Mónica Ochoa, directora técnica de las obras. Laboraron 545 personas.
Los peatones y ciclistas también disfrutarán 5.5 kilómetros de cicloinfraestructura integrada al proyecto vial y los alrededores del lago Tulio Ospina, de Bello.
Según el director Palacio, la inversión total fue $179.000 millones: en fase II, $39.000 millones aportados 100 % por el Área Metropolitana; y en fase III, $140.000 millones, de los cuales $70.000 los puso el Amva y $70.000 millones la Gobernación con recursos propios y de los peajes recaudados por Hatovial.
Alejandro Quijano destacó que la celeridad de las obras fue posible gracias al apoyo del Idea (Instituto para el Desarrollo de Antioquia), que aportó un crédito de $60.000 millones antes de que se concretara el uso de los recursos de los peajes Trapiche, Cabildo y Niquía (cuando este estuvo en uso) para el proyecto .
Fuente: El Colombiano
Imagen: El Colombiano
Add Comment