La disputa entre el gobierno colombiano y los transportadores de carga sobre el precio del Aceite Combustible para Motores Pesados (ACPM) continúa sin una solución clara, generando incertidumbre en uno de los sectores más importantes para la economía del país. El pasado 16 de agosto de 2024, se llevó a cabo una reunión crucial entre ambas partes, pero las negociaciones fracasaron, dejando en el aire el futuro del combustible que mueve gran parte del transporte de carga en Colombia.
Un acuerdo postergado
El conflicto en torno al precio del ACPM no es nuevo. Desde octubre de 2022, cuando el presidente Gustavo Petro se comprometió a revisar la fórmula de cálculo del precio del combustible, los transportadores de carga han estado a la espera de una solución que les permita mantener su competitividad en un mercado cada vez más desafiante. Sin embargo, según voceros del sector, las reuniones con el Ministerio de Hacienda han estado más enfocadas en cómo aumentar el precio del combustible que en cambiar la fórmula, lo que ha generado un gran descontento.
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El líder gremial, Cuervo, expresó su frustración: “En la reunión con el presidente Petro se estableció el congelamiento para cambiar la fórmula del combustible del país, pero las reuniones posteriores se enfocaron en el aumento de precios, no en el cambio de la fórmula. Ese fue el gran problema”. Para Cuervo, el aumento de precios en las actuales circunstancias económicas sería inviable: “No podemos obligarnos a lo imposible, y hoy sería imposible aumentar el precio bajo circunstancias de decaimiento total en el sector de transportes y en la economía”.
La brecha de precios y el impacto económico
El debate sobre el ACPM se intensificó cuando el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, reveló que existe una brecha de $6.000 entre el precio del diésel en Colombia y el precio internacional de referencia. Esta diferencia, según el ministro, debe cerrarse entre este año y el próximo, lo que implica un aumento significativo en el precio del ACPM, que actualmente ronda los $9.000 por galón.
Para los transportadores, esta medida es preocupante. El vicepresidente del gremio recordó que, cuando era senador, Gustavo Petro advertía sobre las graves consecuencias de aumentar el precio de los combustibles. Ahora, como presidente, enfrenta el desafío de balancear su discurso con las realidades económicas del país.
Competitividad vs. Sostenibilidad
El aumento del ACPM no solo afecta a los transportadores, sino también a la economía en su conjunto. El transporte de carga es un componente esencial para el comercio y la producción, y un incremento significativo en el precio del diésel podría desencadenar una serie de consecuencias negativas. Desde el aumento en el costo de los alimentos hasta el impacto en la inflación, el riesgo de un desequilibrio económico es alto.
Para el gremio de transportadores, mantener los costos operativos bajos es crucial para su supervivencia en un mercado donde la competencia es feroz. Un aumento en el precio del ACPM podría poner en peligro su competitividad, afectando a toda la cadena de suministro y, en última instancia, a los consumidores.
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El desafío del fondo de subsidios
El gobierno enfrenta un dilema: financiar la diferencia entre el precio actual del ACPM y el precio objetivo de entre $15.000 y $16.000 por galón. El fondo que subsidia los combustibles en Colombia ya enfrenta un déficit, y los ajustes propuestos buscan reducirlo. Sin embargo, esto implica una carga adicional para los consumidores y, en última instancia, para la sociedad en su conjunto.
El aumento del ACPM que comenzó a aplicarse el 3 de agosto afecta principalmente a los grandes consumidores que utilizan más de 20.000 galones mensuales. A pesar de esto, la incertidumbre persiste para el resto del sector, que teme que este sea solo el primer paso hacia un aumento generalizado.
El futuro del transporte de carga en Colombia
La situación actual deja a los transportadores de carga en una posición complicada. Por un lado, necesitan que el precio del ACPM se mantenga bajo para poder seguir siendo competitivos. Por otro, el gobierno debe encontrar una manera de financiar el déficit en el fondo de subsidios sin causar un impacto negativo en la economía.
Las partes involucradas deberán encontrar un terreno común que considere tanto la viabilidad económica como la sostenibilidad a largo plazo. Si no se logra un acuerdo pronto, el sector del transporte de carga podría enfrentar graves consecuencias, afectando no solo a los transportadores, sino a toda la economía colombiana.
Fuente: Caracol Radio