En los extramuros de Cartagena, donde la desigualdad y la pobreza aún son evidentes, se ha producido un milagro: la limpieza y transformación del Caño Juan de Angola, uno de los cuerpos de agua más extensos de la ciudad. Esta revitalización no solo representa una mejora ambiental, sino también una promesa de futuro y esperanza para las comunidades aledañas.
Este sábado, bajo un cielo que alternaba entre luz y sombra, el alcalde de Cartagena, Dumek Turbay, junto con el ministro de Transporte, William Camargo, recorrieron este renacido cuerpo de agua. La travesía fue más que simbólica, marcando un hito en la revitalización de un caudal que estuvo sofocado durante años por el abandono, los escombros y la basura. La limpieza y transformación del Caño Juan de Angola requirió el esfuerzo de más de 450 personas de las comunidades cercanas, un testimonio del poder del trabajo colectivo y la resiliencia.
Antes de esta intervención, el Caño Juan de Angola era un recordatorio sombrío del deterioro ambiental y social. Sin embargo, gracias a los trabajos de limpieza coordinados por la empresa del Distrito Edurbe S.A., con el apoyo de la EPA, la Escuela de Gobierno, Espacio Público y Cardique, el caño ha sido transformado en una arteria vibrante. Ahora conecta la Bahía de Cartagena con la Ciénaga de la Virgen, reintroduciendo un flujo vital a la región.
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La renovación del Caño Juan de Angola no solo mejora la calidad de vida de quienes viven a sus orillas, sino que también se proyecta como un componente crucial para el futuro del transporte público acuático de Cartagena. Esta ciudad, caracterizada por su estructura insular, podrá beneficiarse enormemente de un sistema de transporte que aproveche sus cuerpos de agua. El Caño Juan de Angola se perfila como uno de los corredores principales para este ambicioso proyecto, que busca integrar mejor las islas y reducir la congestión vial.
La transformación del Caño Juan de Angola es un ejemplo inspirador de lo que se puede lograr cuando se unen esfuerzos públicos y comunitarios. Este proyecto no solo limpia un cuerpo de agua, sino que revitaliza una comunidad y ofrece una visión de un futuro más sostenible y conectado. Es un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, el cambio positivo es posible. Cartagena, con sus contrastes entre el pasado y el presente, nos muestra que la esperanza y la acción pueden convivir, y que la revitalización ambiental puede ir de la mano con el desarrollo social y económico.
El renacimiento del Caño Juan de Angola es más que una mejora estética; es un símbolo de esperanza y un paso hacia un futuro más brillante para Cartagena y sus habitantes. Este esfuerzo colectivo es una prueba de que, con la voluntad y la colaboración adecuadas, incluso los desafíos más grandes pueden ser superados.
Fuente: ET