En el municipio de Briceño, en el Norte de Antioquia, las autoridades locales y los habitantes continúan enfrentando las devastadoras consecuencias de una emergencia de grandes magnitudes que comenzó el pasado 27 de julio. Este lunes 5 de agosto se cumplen diez días desde el inicio de la crisis, y la maquinaria amarilla solicitada a la gobernación aún no ha llegado, a pesar de que el requerimiento se hizo de inmediato.
La espera desesperante por ayuda
El alcalde de Briceño, Noe Espinosa, expresó su frustración ante la demora en la llegada de la ayuda solicitada. “Nosotros, precisamente el mismo día que ocurrió la emergencia, inmediatamente nos comunicamos con ellos y ya el trámite está en sus manos. No entendemos por qué esta demora; ya será la parte logística que ellos manejan internamente. Nosotros estamos pendientes de poder articular y habilitar el paso a nuestras comunidades,” comentó Espinosa.
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Zonas afectadas y el impacto en la comunidad
La zona más afectada es la vía a la vereda El Pescado, que también conecta a las veredas La América, La Mina y La Molina. Cerca de 500 campesinos están incomunicados y sin poder comercializar sus productos de manera normal. Esto ha generado un impacto negativo en la producción local, ya que las rutas alternativas son más largas y requieren transbordos. El transporte de carga y pasajeros solo llega hasta ciertos puntos, obligando a los habitantes a realizar esfuerzos adicionales para mover sus productos.
“El transporte de carga y pasajeros llega hasta cierta parte, ahí posteriormente se reciben los alimentos y ya ellos vuelven y los pasan hacia el otro sector. Las personas que sacan leche han estado transformándola en queso o llevándola a otros acopios diferentes debido a la obstrucción de los pasos. La leche es el producto más delicado y es el renglón económico número uno,” agregó el alcalde Espinosa.
Soluciones de los mismos campesinos
Ante la falta de apoyo inmediato, los campesinos de Briceño han demostrado una resiliencia admirable, tomando medidas provisionales para superar la crisis. Espinosa destacó los esfuerzos locales: “Hoy precisamente estuvieron habilitando el paso a punto de pico y pala para tener un camino transitable para ellos, para motos y para pasar todos los alimentos a través de equinos.”
Promesas de ayuda en camino
Desde la gobernación, se ha indicado que la maquinaria requerida podría llegar entre el martes y el miércoles. Sin embargo, esta promesa llega después de diez días de espera, durante los cuales la comunidad ha tenido que valerse por sí misma para sobrevivir.
La necesidad de una respuesta rápida y coordinada
La situación en Briceño es un recordatorio contundente de la necesidad de una respuesta rápida y coordinada ante las emergencias viales en áreas rurales. La demora en la llegada de la maquinaria no solo afecta la economía local, sino también la moral y la calidad de vida de los habitantes. Los campesinos de Briceño han demostrado una admirable capacidad de adaptación y resistencia, pero no deberían tener que enfrentar estas dificultades solos.
Es imperativo que las autoridades locales y departamentales trabajen juntas para mejorar los tiempos de respuesta y la eficiencia en la gestión de emergencias. La comunicación fluida y la colaboración efectiva pueden marcar la diferencia entre una recuperación rápida y un prolongado sufrimiento para las comunidades afectadas.
Además, es crucial considerar la implementación de planes de contingencia que incluyan recursos y equipos disponibles localmente para una respuesta inmediata. Capacitar a las comunidades en manejo de emergencias y dotarlas de las herramientas necesarias puede reducir significativamente el impacto de futuros desastres.
Fuente: Caracol Radio