La industria del transporte marítimo de mercancías en los Estados Unidos podría enfrentarse a una crisis sin precedentes si la huelga anunciada en los puertos marítimos de la Costa Este y del Golfo de México se lleva a cabo. A pocos días de que expire el contrato sindical que cubre a unos 45,000 estibadores en más de treinta puertos, desde Texas hasta Maine, el sector minorista y de importación ya está sintiendo los efectos del posible paro laboral.
Una huelga que amenaza la cadena de suministro
El contrato sindical, que vence el 30 de septiembre, ha sido motivo de preocupación para minoristas como Walmart y otros grandes importadores, quienes se han apresurado a adelantar sus envíos antes de que se cumpla la fecha límite. La Asociación Internacional de Estibadores, que representa a estos trabajadores portuarios, ha dejado claro que, de no firmarse un nuevo acuerdo, el 1 de octubre iniciarán una huelga que podría paralizar los puertos marítimos clave de la nación.
Expertos en transporte marítimo, como los analistas de Sea-Intelligence, advierten que incluso una huelga de un solo día podría tener consecuencias devastadoras para la cadena de suministro. Alan Murphy, director general de Sea-Intelligence, estima que una interrupción de un día podría traducirse en retrasos de cuatro a seis días para liquidar el atraso generado. “Esto significa que una huelga de una semana a principios de octubre no se resolvería hasta mediados de noviembre”, señaló Murphy. La situación es aún más alarmante si la huelga se extiende a dos semanas, lo que podría significar que los puertos no volverían a operar con normalidad hasta bien entrado 2025.
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Impacto en la economía y el comercio global
La preocupación no es infundada. La empresa A.P. Moller-Maersk, uno de los mayores proveedores de transporte marítimo del mundo, ha emitido un aviso en el que estima que un cierre de una semana podría requerir hasta seis semanas de recuperación. Este tipo de interrupciones no solo causaría un efecto dominó en la logística de las empresas, sino que también podría agravar los ya problemáticos retrasos y cuellos de botella en la cadena de suministro global.
El aumento en los costos de envío es otro factor que ya está causando estragos en las finanzas de los importadores. Según Peter Sand, analista jefe de la plataforma de precios Xeneta, el costo de enviar un contenedor de 40 pies desde Extremo Oriente a la costa este de Estados Unidos superó los $10,000 a principios de julio, un aumento drástico en comparación con los $2,100 que costaba a principios de abril. Este encarecimiento es, en gran medida, resultado de la estrategia de embarque anticipado adoptada por los importadores en un intento de mitigar el impacto de una posible huelga.
La estrategia de embarque anticipado
Los minoristas y otros importadores han apostado fuerte al adelantar sus envíos, pero esta estrategia no está exenta de riesgos. Además del impacto financiero directo debido a los altos costos de transporte, la llegada anticipada de mercancías podría causar una saturación en los almacenes, lo que podría resultar en problemas logísticos adicionales. La ventana para adoptar estas medidas se está cerrando rápidamente a medida que se acerca la fecha límite del contrato sindical, lo que añade una presión adicional sobre los actores de la cadena de suministro.
Peter Sand subraya que “el riesgo de huelgas en los puertos era algo que había que afrontar con medidas tempranas”, pero la incertidumbre persiste. Si la huelga se lleva a cabo, las consecuencias para la economía estadounidense y global podrían ser severas, afectando no solo a los importadores y minoristas, sino también a los consumidores que podrían enfrentar desabastecimientos y aumentos en los precios de los productos.
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La posible huelga en los puertos marítimos de la Costa Este y del Golfo de México no solo es un desafío para los actores involucrados, sino también un test de la resiliencia del sistema de transporte de mercancías de Estados Unidos. Con un impacto potencial que se extendería durante semanas o incluso meses, la industria se encuentra en una encrucijada crítica. La capacidad de las empresas para adaptarse y mitigar las consecuencias de una huelga de esta magnitud será crucial para minimizar el daño económico y mantener la fluidez en la cadena de suministro global.
En este contexto, es imperativo que las partes involucradas lleguen a un acuerdo antes de la fecha límite, ya que las ramificaciones de no hacerlo podrían ser catastróficas para el comercio y la economía en general. Las semanas previas al 1 de octubre serán decisivas, y el mundo estará observando de cerca cómo se desarrolla esta situación. ¿Será esta una crisis temporal o el inicio de un periodo prolongado de disrupción en el transporte marítimo? Solo el tiempo lo dirá.
Fuente: LR