El sector transportador colombiano se encuentra en una situación crítica. Los constantes aumentos en los precios del combustible y los peajes, sumados a una demanda en declive, están asfixiando las finanzas de las empresas de transporte de carga y pasajeros.
Un reciente acuerdo con los transportadores de carga estableció un incremento en el valor del ACPM de $800, pero este valor, aunque menor al inicialmente pactado, sigue representando una presión significativa sobre los costos operativos. A esto se suma el aumento acumulado de los peajes en un 20,46% en lo corrido del año.
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“Es como si a cualquier negocio le aumentaran los costos de sus insumos básicos en más de un 20% en un año, mientras que los ingresos se mantienen estancados o incluso disminuyen”, afirmó José Yesid Rodríguez, presidente ejecutivo de Aditt.
Impacto en los precios y la demanda
Esta escalada de costos está generando una presión al alza en los precios de los tiquetes de transporte y los fletes. Sin embargo, las empresas se muestran cautelosas a la hora de trasladar estos incrementos al consumidor final, temiendo un impacto aún mayor en la demanda, especialmente en un contexto de desaceleración económica y disminución del turismo.
Nidia Hernández, presidente de Colfecar, advirtió sobre la preocupante situación del transporte de carga, donde los volúmenes se han contraído significativamente y los márgenes de ganancia se han reducido drásticamente. “El combustible representa el 40% de nuestros costos y los peajes el 11,8%. Los constantes aumentos en estos rubros están poniendo en riesgo la sostenibilidad de muchas empresas”, señaló.
Un Futuro Incierto
El panorama para el sector transportador se presenta aún más desafiante. Se espera que los peajes sigan incrementándose en los próximos meses y, si se aprueba la ley de financiamiento, el impuesto al carbono sobre el diésel se dispararía, lo que sumaría una presión adicional a los costos operativos.
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El Gobierno se comprometió a realizar ajustes estructurales en el sector para mitigar el impacto de estos incrementos, pero los transportadores temen que estos cambios puedan generar nuevos desequilibrios en el mercado y afectar la inflación.
¿Cuáles son las consecuencias de esta situación?
- Mayor costo de vida: Los aumentos en los precios del transporte se trasladarán inevitablemente a los precios de los productos y servicios, generando una mayor inflación y erosionando el poder adquisitivo de los consumidores.
- Desempleo: El cierre de empresas de transporte y la reducción de la actividad económica en el sector podrían generar pérdida de empleos.
- Disminución de la competitividad: Un sector transportador debilitado podría afectar la competitividad de la economía colombiana al encarecer la logística y dificultar la distribución de bienes y servicios.
- Deterioro de la infraestructura vial: Si las empresas transportadoras no cuentan con los recursos suficientes para renovar sus flotas y mantener sus operaciones, se podría generar un deterioro de la infraestructura vial.
Fuente: Portafolio