En Bogotá, más de 800.000 personas tienen la posibilidad de acceder a la tarifa preferencial del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) y TransMilenio. Este beneficio está dirigido a aquellos ciudadanos inscritos en el Sisbén IV y clasificados entre los grupos A1 y B7, que representan a las personas en condiciones de pobreza extrema y moderada en la ciudad. Sin embargo, a pesar de esta gran oportunidad, el acceso a este beneficio sigue siendo bajo: solo el 32% de los potenciales beneficiarios han activado y utilizan la tarifa preferencial a agosto de este año.
Este dato pone de manifiesto una realidad preocupante, especialmente en las localidades más vulnerables de Bogotá como Ciudad Bolívar, Bosa y Kennedy. Estas zonas concentran casi la mitad de los posibles usuarios del descuento en el transporte público, que tiene como objetivo reducir el costo de movilización diaria y facilitar el acceso a oportunidades laborales y educativas para quienes más lo necesitan.
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La Secretaría de Movilidad de Bogotá (SDM) ha puesto en marcha diversas estrategias para incrementar el acceso a este beneficio. Entre las acciones más destacadas se encuentran las jornadas de socialización de información en los barrios, la personalización de la tarjeta TuLlave y la comunicación directa con las comunidades afectadas. En estas localidades, el grupo de edad con mayor cantidad de beneficiarios potenciales se encuentra entre los 17 y los 28 años, un segmento de la población que depende del transporte público para llegar a sus trabajos o centros de estudio.
Además, es importante señalar que el 61% de los beneficiarios actuales son mujeres, muchas de ellas jefas de hogar que enfrentan serios desafíos económicos. Este dato refuerza la relevancia del incentivo no solo como un recurso de movilidad sostenible, sino también como una herramienta con enfoque de género que facilita el desplazamiento de quienes más lo necesitan.
¿Por qué no están aprovechando el beneficio?
Aunque las ventajas del descuento en el transporte público son evidentes, la baja activación del beneficio revela varios problemas. Algunos ciudadanos simplemente desconocen la existencia de esta tarifa preferencial, mientras que otros no saben cómo acceder a ella. La SDM ha intensificado los esfuerzos para llegar a más personas, pero sigue habiendo una brecha significativa.
El proceso para acceder al beneficio comienza por estar clasificado en los grupos mencionados del Sisbén IV (A1 a B7). Si un ciudadano no aparece registrado en este sistema, debe solicitar una encuesta de clasificación. Una vez cumplido este paso, el siguiente requisito es personalizar la tarjeta TuLlave en un punto autorizado y activar el beneficio.
El transporte público asequible no solo es un recurso económico, sino que también juega un papel crucial en la inclusión social. En una ciudad con tantas desigualdades, garantizar que más personas puedan acceder a este descuento es una forma de empoderar a los ciudadanos y mejorar su calidad de vida.
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El reto ahora es llegar al 68% de los bogotanos que aún no han activado el beneficio. Para lograrlo, la Secretaría de Movilidad necesita redoblar esfuerzos en la comunicación y acercamiento con las comunidades. Además, se podría facilitar el acceso al descuento mediante procesos más sencillos y rápidos para personalizar la tarjeta TuLlave y activar el beneficio. Es clave también involucrar a los líderes comunitarios y aprovechar canales de comunicación locales para informar a la ciudadanía.
Con una mayor participación en la tarifa preferencial, Bogotá puede avanzar hacia una movilidad más equitativa, inclusiva y sostenible, en la que el transporte no sea una barrera para acceder a oportunidades, sino una herramienta que permita mejorar la vida de sus habitantes más vulnerables.
Fuente: Alcaldía de Bogotá