El panorama vial de Colombia en 2024 fue crítico. Según el más reciente informe de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga (Colfecar), las vías del país enfrentaron un total de 786 bloqueos hasta diciembre, una cifra alarmante que evidencia los desafíos estructurales y sociales que impactaron la movilidad nacional.
Los bloqueos no solo causaron congestión y retrasos, sino que representaron una pérdida significativa de 11.950 horas de productividad, equivalentes a 497 días en los que el transporte de carga y la economía quedaron en pausa.
De acuerdo con el reporte de Colfecar, los departamentos más afectados por estas interrupciones fueron:
- Bolívar, con 99 bloqueos.
- Atlántico y Antioquia, con 63 cada uno.
- Córdoba, con 59.
- Cundinamarca, con 52.
Estos departamentos enfrentaron cierres recurrentes que afectaron no solo el tránsito de carga pesada, sino también la vida cotidiana de las comunidades que dependen de estas vías para su conexión con otras regiones del país.
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El mes de septiembre fue particularmente crítico, registrando 149 bloqueos que representaron 5.802 horas de paralización, casi la mitad de todo el tiempo perdido en el año. En ese periodo, los transportadores lideraron cierres como protesta por el aumento en el precio del diésel, decretado por el Ministerio de Hacienda.
Aunque septiembre se llevó el récord de bloqueos, otros meses como mayo (85), octubre (74), abril (70), julio (67) y febrero (67) también presentaron cifras preocupantes. Estos datos revelan que los cierres en las carreteras no son incidentes aislados, sino un problema persistente que afecta a todo el sistema vial del país.
Es importante destacar que el informe de Colfecar solo contempla bloqueos en las vías nacionales y excluye las terciarias y urbanas, por lo que la cifra real podría ser aún más elevada.
Los bloqueos no solo son causados por las protestas de transportadores, sino que también responden a una compleja interacción de factores, entre ellos conflictos sociales, problemas de infraestructura y demandas insatisfechas de las comunidades locales.
Los bloqueos no son un tema menor para el transporte de carga, un sector crucial para la economía del país. Según estimaciones de Colfecar, cada hora de bloqueo genera costos significativos en pérdidas de combustible, salarios y demoras en la entrega de mercancías.
Además, el impacto se extiende más allá del sector transportador:
- Encarecimiento de productos: Los bloqueos generan incrementos en los costos logísticos, que terminan trasladándose al precio final de los productos para los consumidores.
- Desabastecimiento: En algunas regiones, los cierres prolongados impidieron la llegada de bienes básicos, lo que afectó la calidad de vida de miles de colombianos.
- Deterioro de la competitividad: La constante interrupción de las vías desincentiva la inversión extranjera y afecta la percepción del país como un lugar seguro para hacer negocios.
El informe de Colfecar es un recordatorio de la urgencia de abordar el problema de los bloqueos de manera integral. Los transportadores han señalado que gran parte de las interrupciones podrían evitarse si se atendieran oportunamente las demandas relacionadas con el precio del combustible, las condiciones de las vías y la seguridad en las carreteras.
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Por su parte, el Gobierno enfrenta el desafío de equilibrar las demandas sociales con la necesidad de garantizar la libre circulación en las vías. La paz social y la infraestructura vial sostenible deben ser prioridades para evitar que el país vuelva a enfrentar un año como el 2024, donde casi 500 días de productividad quedaron en el aire.
Mientras el país avanza hacia 2025, la pregunta sigue siendo la misma: ¿qué medidas tomará Colombia para evitar que los bloqueos sigan paralizando su desarrollo? La solución no solo requiere voluntad política, sino también un trabajo conjunto entre el Gobierno, los gremios transportadores y las comunidades. Sin ella, los mismos problemas seguirán repitiéndose, dejando a los colombianos atrapados en una red vial de conflictos y demoras.
Fuente: LR