Christian Cantor, embajador en el país, señala las ventajas del acuerdo que entró en vigor y sus beneficios para Colombia
Más allá de la definición básica del intercambio de bienes y servicios entre dos países con la eliminación de aranceles, el TLC de Colombia e Israel, que entró en vigencia hace dos semanas, es considerado por Christian Cantor, embajador de Israel en Colombia, como un ‘Rolls Royce’, ya que además del intercambio comercial tiene esquemas para la inversión, la consecución de fondos para proyectos y la aplicación de la experiencia en tecnología en innovación de este país, en diferentes áreas.
Entre estos figuran, según el diplomático en diálogo con EL TIEMPO, el mejoramiento de la competitividad de los productos agrícolas de Colombia desde los insumos hasta la preservación y el transporte– para que compitan mejor en otros países; el suministro de materiales y servicios para los proyectos de infraestructura, la seguridad informática y las ‘fintech’.
¿Cuál cree que es la ruta crítica para aprovechar al máximo el TLC en beneficio de los dos países?
Es la pregunta del millón de dólares, porque el TLC es solamente un marco, una hoja de ruta o una herramienta, y ahora hay que utilizar esa herramienta. El tratado es compatible con los planes económicos en el futuro del Gobierno de Colombia y los expertos de comercio lo califican como un Rolls Royce. No es un auto de baja calidad, sino que estamos hablando del Rolls Royce de los TLC. Es un tratado muy complejo, con bastantes temas para ambos países.
¿Qué aspectos destaca?
Por ejemplo, el TLC de Israel con Estados Unidos o con la Unión Europea, que son los más importantes que Israel tiene, manejan solamente mercaderías. Obviamente, tenemos con ellos vehículos y herramientas como el desarrollo de las inversiones, pero como TLC son limitados.
Aquí estamos hablando de un modelo básico de eliminación de aranceles de diferentes capítulos. Por ejemplo, de protección de inversiones, de participación en compras públicas, de temas que tienen que ver con productos industriales y con agricultura y servicios.
En ese sentido, es una herramienta comercial muy avanzada. Si no me equivoco, es el primer TLC tan avanzado que Israel firma con un país en forma bilateral. Imagino que para los expertos es una fiesta porque tienen que entenderlo y ver las oportunidades.
En una forma básica lo que permite es bajar los aranceles para los productos colombianos que llegan a Israel y para los más de 100 servicios y productos que lleguen de Israel a Colombia, pero técnicamente lo que consigue es encontrar puntos de integración entre las dos economías, que no son competitivas. En Israel no exportamos aguacate, fríjol, flores o productos de alimentación. Y allá está la meca de la tecnología e innovación.
¿Y cómo tiene que ver esto con Colombia?
En una forma tradicional el fin de las tecnologías es mejorar el número, la calidad y la competitividad de los productos que Colombia exporta. Como TLC, no es solo que abre un destino de comercio de exportaciones de Israel. Es un mercado atractivo como destino final, pero las exportaciones de tecnología hacia Colombia lo que hará es mejorar los productos locales para venderlos a otros países, cuando el aguacate, las flores, la piña o el cacao colombianos tienen que competir con los de otros países.
Si podemos proveer la tecnología que mejore las cadenas de valor, minimice los insumos y los costos que cada productor tiene que invertir para sacar el mismo producto, y en diferentes tecnologías, como por ejemplo la agricultura de precisión para llegar a crear un producto más atractivo, entonces esa flor y ese aguacate pueden competir mejor para penetrar el mercado americano. Este es el punto esencial que hay que enfatizar.
Un beneficio de doble vía para Colombia…
Claro. Eso es en tiempos normales. Estamos en una nueva realidad y no solo Colombia sino el mundo está en una situación económica catastrófica. He analizado los planes que el Gobierno colombiano está formulando en el tema de Compromiso por Colombia y hay un capítulo en el que el TLC con Israel con sus beneficios, junto a otro proyecto, que es la Oficina de Tecnologías de Innovación y Ciencia de Colombia en Israel, van a hacer los vehículos y las armas principales para que sea aún mejor.
¿Qué ejemplos hay?
El hecho de importar exportadores. Aquí tienen una política de identificar compañías y tecnologías que pueden mejorar los productos para aumentar las exportaciones. Segundo, si hablamos de un objetivo del Ministerio de Comercio, de aumentar los servicios de alto conocimiento de Colombia hacia afuera, son cosas en las que podemos ayudar con esos dos vehículos.
Si quieren aumentar las plataformas de comercio electrónico los servicios a través de diferentes proyectos que leí de crecimiento verde, esas son tecnologías en las que podemos ayudar.
Si quieren invertir dinero en telemedicina, en teleeducación, tenemos la tecnología; y si ustedes quieren mejorar el servicio médico que Colombia brinde a las regiones, también tenemos que asegurar, junto al trabajo que está haciendo el Ministerio de las TIC para crear la conectividad, que esa información esté segura, hablando de ciberseguridad de plataformas especiales. El TLC tiene pilares que apoyan el Compromiso por Colombia en sus varios ejes y proyectos.
Y vamos a trabajar juntos. Eso es muy importante porque hay aquí una percepción real o equivocada de que los TLC son malos. Este no solamente es bueno porque no perjudica ningún producto o exportación colombiana sino que lo va a mejorar.
El TLC también está creando la cultura y el conocimiento que el presidente Duque ve muy importantes para tratar de llevar adelante esta cuarta revolución industrial, esta digitalización y para reparar la economía colombiana para los desafíos futuros.
En este sentido, el Centro de Tecnología, Ciencia e Innovación lo que va a hacer es crear herramientas porque la idea no es solamente conectar el sector privado para que hagan cooperaciones y ganen dinero. Eso está bien y es puntual, pero la idea es conectar los sectores académicos, científicos y gubernamentales para entender políticas, herramientas y prácticas. Aquí en Colombia tenemos que crear las políticas y las herramientas para el financiamiento de esos servicios y de esas tecnologías que no son las tradicionales.
Debido a que Israel está avanzado, ¿quien quiera el acceso debe tener entrenamiento y cooperación con líneas preferenciales para invertir en esas tecnologías?
Eso es muy importante. Nosotros no tenemos fondos de cooperación en Israel para compañías israelíes. Pero sí creamos herramientas y participación del sector gubernamental junto al privado. Entonces, se crean esos fondos de alto riesgo con diferentes políticas del Gobierno, que minimizan el riesgo pero proveen esos fondos en industrias de alto riesgo, esenciales para la industria.
Y si no hay riesgo y no hay fracasos, entonces no se va a avanzar. Es exactamente ese tipo de políticas públicas que esa oficina puede crear al cooperar con la Autoridad de Innovación Israelí o con el Ministerio de Economía de Israel o con los fondos privados. Incluso hay ONG que manejan ese tipo de cosas.
Por eso es que vemos el TLC como un producto final muy avanzado. Pero con la oficina de Tecnología Innovación y Ciencia son locomotoras muy grandes para los planes de Colombia.
También nos gustaría que inversionistas colombianos inviertan allá y no solo exportarles los productos industriales y de servicios. Eso es lo que la plataforma facilita y en estos días tan difíciles es una noticia muy positiva.
¿Ya tienen empresas interesadas en empezar a hacer las primeras inversiones y apuestas?
Absolutamente. Mi consejero económico en las últimas dos semanas no duerme porque en las noches, por la diferencia de horas, lo llaman de compañías israelíes para interesarse más sobre las posibilidades y oportunidades. Hay un interés muy grande y esperemos que también haya un interés colombiano y queremos ver más productos colombianos en Israel.
Fuente: El Tiempo
Imagen: Archivo El Tiempo