El reciente anuncio del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, sobre el aumento del precio del ACPM en $6.000 antes de finalizar el 2025, ha encendido las alarmas en el sector del transporte de carga por carretera. Esta medida, que no contó con el consenso de los gremios transportadores, representa un desafío significativo para los actores de la industria, quienes ya enfrentan altos costos operativos, especialmente en combustibles y peajes.
El Índice de Costos del Transporte de Carga por Carretera del DANE reveló una disminución del 0,11% en julio de 2024, atribuida principalmente a una leve baja en costos fijos y peajes, insumos y combustibles. Sin embargo, estos grupos, junto con las partes y servicios de mantenimiento, han mostrado incrementos anuales, consolidándose como los mayores gastos para los transportadores.
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El anuncio del incremento en el precio del diésel ha generado preocupación por el impacto que tendrá en la inflación general y en la sostenibilidad de los negocios en un sector ya golpeado por costos crecientes. Según los datos, el ACPM, que actualmente cuesta $9.456 por galón, superará los $15.000 después de los ajustes.
El alza en los precios del ACPM se repartirá en tres fases de $2.000 cada una, con el primer aumento antes de finalizar el 2024, seguido por otros en 2025. Esta medida, que no fue pactada con los gremios, pondrá aún más presión sobre los transportadores, quienes verán sus márgenes de ganancia reducidos y deberán hacer frente a un panorama económico cada vez más desafiante.
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La comunidad de transportadores se encuentra en alerta ante esta situación, anticipando que los aumentos en los costos de operación se trasladarán a los precios de los productos transportados, lo que afectará a toda la cadena de suministro y, en última instancia, al consumidor final. El desafío ahora será buscar estrategias para mitigar el impacto económico y mantener la viabilidad del transporte de carga en Colombia.
Fuente: EE