Iberia abre la negociación de sus convenios con la urgencia de pactos antes de final de año

El consurso del ‘handling’ de Aena y las elecciones del Sepla meten presión al proceso.

Este jueves 15 de septiembre es fecha marcada en rojo en el calendario laboral de Iberia. Tras más de dos años de interrupción motivada por la pandemia, la dirección y los cinco sindicatos de tripulantes de cabina de pasajeros (TCP) vuelven a reunirse para negociar el convenio. De forma simultánea, la aerolínea va a sentarse con el Sepla de los pilotos y con los representantes del colectivo de Tierra. El ambiente es tenso entre los TCP, después de varias movilizaciones en las últimas semanas, y el acuerdo no parece entrañar dificultades con los otros dos colectivos.

Las conversaciones arrancan en un contexto de notable reactivación, con un verano de alta ocupación y buenos niveles de ingresos por viajero. Pero el tira y afloja también estará marcado por los compromisos financieros que la compañía asumió para tener caja durante la crisis. De los 800 millones de préstamo con garantía del ICO tendrá que devolver 123 millones en 2023, 168 millones vencen en 2024, y amortizará 206 millones en 2025 y 311 millones en 2026.

La aerolínea, que ha prometido ser generosa, quiere tener encarrilados los tres convenios en octubre. Y es que los pactos urgen.

Los ‘TCP’ exigen una subida del 4,55% previa a la revisión de su marco laboral.

Sobre el marco laboral de los trabajadores de handling, Iberia busca tener claros sus costes laborales antes de ir a por todas en el concurso abierto por Aena para otorgar las licencias de handling de rampa en 43 aeropuertos. En los próximos días vence el plazo para el estudio in situ de las distintas instalaciones, donde se conocen las necesidades de efectivos y equipos, y lo siguiente será presentar ofertas. Las adjudicaciones se esperan en la primera mitad de 2023.

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En el caso de los pilotos, el mandato de la actual sección sindical del Sepla está a punto de expirar y habrá elecciones en noviembre. Fuentes cercanas a la empresa dan por sentado que será este equipo el que estampe la firma sobre el décimo convenio de pilotos.

Meses atrás se esperaba batalla en torno al Anexo X del convenio, por el que se supedita el crecimiento de Iberia Express al de Iberia. La empresa lleva años intentando levantar esa garantía por la que los pilotos se aseguran que no se apuesta por el desarrollo de la low cost en detrimento de la producción de la matriz, y en el actual diálogo volvía a ser un elemento clave. Sin embargo, el Sepla ha mantenido frontal oposición a cualquier variación durante los contactos preliminares y ello ha dejado en muy segundo plano, si no en el cajón, esta aspiración de la dirección. Con ello, prácticamente se asegura la paz social.

El malestar de los TCP, manifestado abiertamente en las últimas semanas, se resume en la exigencia de la consolidación de un alza del 4,55% en las bases salariales antes de abrir su convenio. Se trata de una concesión que, según defienden los sindicatos, ya obtuvieron los pilotos en 2018 y los equipos de tierra en 2019. A partir de ese punto, pondrán sobre la mesa el reconocimiento del IPC y mejoras para empleados que apenas alcanzan el salario mínimo. A cambio, parecen abiertos a otorgar fórmulas de flexibilidad para que Iberia gestione sus picos de demanda.