Cuatro nuevos túneles entrarán en operación en la doble calzada de la vía al Llano
la Herradura, El Punto, La Culebra y Oro Perdido son los cuatro túneles que en dos semanas entrarán al servicio de los usuarios de la vía Bogotá-Villavicencio y que aportarán 1,8 kilómetros nuevos del tercio de la doble calzada que actualmente se construye en la vía al Llano.
Las obras nuevas serán puestos al servicio a mediados de este mes y se habilitarán de manera provisional durante unos cinco meses para que operen de forma bidireccional mientras se interviene la calzada que está en funcionamiento para hacerle conectantes, intersecciones y rectificaciones al trazado existente.
Al igual que los otros nueve que ya están en servicio, estos túneles nuevos tienen los mismos sistemas de alerta y equipamiento y se constituyen en todo un espectáculo verlos y transitarlos para quienes viajan por los 86 kilómetros que unen a estas dos ciudades.
Todos cuentan con un sistema estandarizado de máxima seguridad y dependiendo de la longitud tienen o no ventilación. En los túneles cortos –menores de 600 metros– no hay ventiladores, pero los que son mayores en longitud sí, junto al revestimiento de concreto en sus paredes.
Hernando Dávila, gerente de Coninvial, que ejecuta las obras en el tramo El Tablón-Chirajara (Cáqueza-Guayabetal), señaló que dentro de los túneles hay sistemas de detección automática de incendios, opacidad, gases, iluminación, fosos hidrantes para los bomberos en caso de incendio y una antena radial que ayuda a mantener las comunicaciones.
Todo, transportado por cables icnífugos (que evita la propagación del fuego), así como las láminas que van en las paredes.
Además de los cuatro túneles terminados hay un nuevo tramo de vía a superficie que incluye un significativo puente de 900 metros en el sector Oro Perdido, que se convirtió allí en la segunda calzada, y tramos de carretera con varias obras de estabilización de talud y puentes que suman cerca de 1,7 kilómetros.
OBRAS QUE AYUDAN A LA MOVILIDAD
Lograr la comunicación en doble calzada entre Bogotá y Villavicencio requiere además la elaboración de conectantes e intersecciones que deben ayudar a comunicar los municipios y veredas que están a lo largo de ese corredor vial.
Según lo explicó Hernando Dávila, gerente de Coninvial, encargado de la obra, hay dos intersecciones importantes que están próximas a terminarse: son los accesos a Cáqueza, donde termina la variante en el sector de El Tablón, y un retorno para Bogotá y otro retorno hacia Villavicencio.
“El retorno a Bogotá es un paso deprimido o subnivel por la calzada existente y el retorno a Villavicencio es sobre un puente nuevo.
En el sector de la vereda Oro Perdido, que es el kilómetro 39, se construyen actualmente dos retornos en sentido Bogotá y Villavicencio y unos accesos a esa vereda que permitirán la conexión de las comunidades rurales con la doble calzada.
MONTAÑAS, A PUNTA DE CORTES Y ESTABILIZACIÓN
Así como los túneles son obras civiles muy llamativas, los trabajos a superficie igualmente no dejan de serlo porque también representan seguridad para los usuarios.
En el proyecto de la doble calzada, la estabilización de los taludes ha sido pieza clave en la vía. El proceso de cortar la montaña para sostenerla y la introducción de pernos dentro de ésta, así como la instalación de mallas, concreto lanzado, anclajes y todo lo que tiene que ver con el manejo de aguas, es todo un reto de la ingeniería.
Para el ingeniero Hernando Dávila, gerente de Coninvial, ese trabajo se hace con un tiempo de antelación y debe ir sujeto a un análisis y depende del sitio.
“Es una intervención estándar que obliga a manejar el agua en la superficie, luego cortar la montaña, sacar los pedazos de tierra de la montaña que tengan que cortar, estabilizar y eso significa no bajar más de cierta altura para que no se desestabilice la montaña, sostenerla a cierta altura con anclajes, pernos y concreto hasta llegar abajo”, explicó.
Agregó que ese termina siendo un trabajo de mucho cuidado que lleva mucho tiempo y que tiene que estar ajustado a toda la regulación de construcción.
“Durante el diseño del tercio de la doble calzada se establecieron cuáles podrían ser los posibles impactos que tendría la construcción de la carretera y las medidas de mitigación de esos impactos y eso es lo que hacemos”, dijo.
VIADUCTO CHIRAJARA ESTARÁ LISTO EN DICIEMBRE
Paralelo al actual puente de Chirajara ubicado delante de Guayabetal (Cundinamarca) se adelantan las obras de cimentación de un megaviaducto que tendrá 450 metros de longitud y dos pilones de más de 100 metros de altura.
Las bases del puente incluyen la instalación de forma subterránea de unas pilas o caisson de 36 metros de profundidad.
El avance de obra se traduce en que la estructura que van en la cimentación y que se llaman los contrapesos ya están terminadas al cien por ciento lo que permite trabajar en las dos únicas pilas con las que cuenta el puente, que tienen 110 metros de altura.
La del lado Bogotá ya tiene 72 metros de altura y la del lado Villavicencio completó 32 metros de altura.
De estas dos estructuras se desprenden los cables tensores que van a sostener el tablero o piso central del viaducto. Por ahora, Coninvial y Gisaico, firma que hacen el puente, trabajan para que la obra se ponga al servicio al final del año.
ALTA TECNOLOGÍA
El tercio de la doble calzada de la vía al Llano que está en obra tiene 18 túneles nuevos y 42 puentes y viaductos. Intersecciones a desnivel, los más altos estándares de tecnología, tres centros de control y monitoreo que la vigilan las 24 horas.
En suma todo el trabajo que se construye incluye una longitud de la doble calzada y rectificaciones de 33,8 Km. Conectantes, retornos y galerías de escape suman 20,1 Km.
Fuente: Portafolio
Imagen: Archivo Portafolio