Construcción del puente de vía Bogotá-Villavicencio podría retrasarse dos años
El contrato de la interventoría termina en junio.
Con el colapso del puente de Chirajara, que suma 453 metros, las obras de esta estructura podrían tardarse hasta dos años en finalizar tal como se diseñaron, aunque de acuerdo con expertos en infraestructura el proyecto de la vía Bogotá-Villavicencio podría entregarse a mitad de este año, sin puente y con un trazado más largo.
Los primeros pronunciamientos del presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Dimitri Zaninovich, pidieron cautela sobre las investigaciones y no permiten anticipar tiempos sobre lo que tomaría retomar los trabajos en el puente, que serán entera responsabilidad de la Concesión Vial de Los Andes (Coviandes). Esas investigaciones, a las cuales ya se sumó la Fiscalía General de la Nación y la Contraloría, deberán determinar si hubo fallos en los cálculos de las compañías que componen a Coviandes, que tienen a su cargo las obras desde 1994, o por parte de la interventoría, que desde 2012 está en manos del consorcio Interventoría Interconcesiones. Dos empresas participan en este consorcio: la firma colombiana Consultora Latinoamericana de Ingeniería (Conlisa), que tiene 60% de participación en la interventoría de la doble calzada Bogotá – Villavicencio, y la compañía israelí Technology and Management, que tiene 40% restante. El contrato para la auditoría de la obra se hizo por $17.390 millones del año 2012 y finalizará, en línea con la entrega estimada de las obras, en junio próximo. Ninguna de estas firmas participa como interventoras en los proyectos de 4G, que se adelantan actualmente. Juan Martín Caicedo, presidente de la Cámara Colombiana de Infraestructura, señaló que, de continuar con un diseño que incluya este viaducto, el tiempo podría extenderse hasta por dos años, pues “habría que hacer un rediseño de la obra, además de la etapa constructiva”. Caicedo aseguró que la distancia que se está “tratando de acortar se va a ampliar en el recorrido de los usuarios, pues tendrá que hacerse sobre la curva que trataba de evitarse con el puente”. El puente en Chirajara hace parte del primer proyecto de las vías de Primera Generación que lanzó el Gobierno, correspondiente a la doble calzada entre Bogotá y Villavicencio, que se viene construyendo desde hace 28 años, y que se estima en una inversión de $3,1 billones. Cinco empresas están en Coviandes, que originalmente firmó el contrato con el Instituto Nacional de Vías (Invias). El accionista mayoritario es Epiandes, filial de Corficolombiana (59,3%), junto con la española Abertis Infraestructura (40%). También participan Corficolombiana directamente, Conecol y Rendifin. El proyecto ha sufrido percances desde su inicio, por la dificultad geológica de la zona, problemas con la compra de predios y hallazgos fiscales por parte de la Contraloría, que llevaron a encontrar errores en el modelo financiero, que ya fueron subsanados, según los documentos del contrato publicados en la ANI. Por lo pronto, la opinión de los expertos es que esto es un hecho aislado y que no compromete la calidad de la infraestructura del país, como destacó Argelino Durán, presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros. Durán expresó que “en ese mismo proyecto hay varios puentes y túneles, que funcionan perfectamente. Pudo haber una falla y una responsabilidad de un grupo de ingenieros, pero no se puede poner en duda las obras de infraestructura”, si se tiene en cuenta que el país tiene 1.260 puentes en su red primaria y 2.000 en la red vial terciaria, sin contar los 1.500 que se hacen bajo concesión. Parte de las garantías para lo que se que viene se verán con la Ley de Infraestructura, que justamente ya fue sancionada por parte del presidente Juan Manuel Santos, como informó Juan David Duque, director de Colombia Compra Eficiente, y que permite “garantías jurídicas a los terceros de buena fe”, según Caicedo. Fuente: La República Imagen: Archivo La República Ver artículo original]]>