TRANSPORTE: ¿Cómo se interpreta la nueva maniobra de Uber?

La decisión es temporal, a la espera de un marco regulatorio que permita su tradicional forma de funcionamiento: el transporte de pasajeros en vehículo privado intermediado por una plataforma. ¿Qué tan efectiva es la estrategia? Parece que bastante, o al menos así lo cree Diego Buitrago, docente de la Facultad de Derecho de la Universidad CES: “Es una jugada inteligente, pero con un valor agregado: ofrecer el servicio del conductor, cosa que no se ve recurrentemente en los establecimientos de renta”. Y es cierto, EL COLOMBIANO se comunicó con cuatro empresas que operan en Medellín, en tres aseguraron que no ofrecen la modalidad, sólo una sí, “pero es tan poco usada, que ni tenemos tarifa para quien decida tomarla”, dijo una de las asesoras. Son cinco los servicios con los que vuelve Uber: arriendo inmediato, por horas, de lujo, económico y de vans. Además se deben aceptar términos y condiciones (a manera de contrato) previo al inicio de cada recorrido, y quien acepte deberá ser mayor de edad. De acuerdo con Valderrama, por ahora desde la Superintendencia de Transporte están estudiando el modelo de Uber, y con base en lo que encuentren se darán conceptos frente al proceder de la compañía en el país: “En Colombia hay libre competencia y en la medida en que una empresa cumpla con los requisitos, puede prestar sus servicios”, explicó

Como existe la posibilidad de que una persona contrate el servicio por horas, se da vida al portafolio que compite con la renta de carros. En este punto hay que recordar que el tiempo mínimo para alquilar un vehículo en un establecimiento tradicional es de 24 horas, tiene un precio promedio de 80.000 pesos, sin la opción de conductor. Uber, en cambio –para Medellín– genera un cobro entre 60.000 y 72.000 pesos en la modalidad “por hora”. Y si lo que se quiere es hacer un viaje hasta Bogotá el monto puede llegar a rozar los 560.000 pesos, cifras que para Julio José Orozco, abogado especialista en comercio y quien desde hace cinco años investiga las operaciones de Uber en el país, demuestran que el mercado que quiere atacar Uber es el que tradicionalmente han liderado. “Son precios, a primera vista, que no revisten mayor preocupación para las empresas que ya han estado en ese negocio por varios años”, explicó Orozco. Buitrago cree que el debate, de momento, iría por otro lado: si se ofrece un servicio de conductor a Uber le cabe la responsabilidad de certificar la idoneidad de ese socio. “Habría que entrar a mirar cómo se da la relación laboral” (ver Paréntesis). Sobre este punto voceros de la compañía le dijeron a EL COLOMBIANO que Uber “actúa como un intermediario entre la oferta y la demanda. Por ende, no tiene relación laboral con ninguno de los usuarios de los servicios de interconexión”. Y para resolver el debate, en el Congreso reposa un proyecto de ley que generaría mecanismos para la vinculación formal de estos socios conductores, así como las respectivas exigencias de capacitación, renovación de licencias, entre otros. Lo cierto es que para actores del transporte público de pasajeros la movida sigue estando bajo el marco de la ilegalidad. Para Fabián Quintero, presidente de Tax Individual, el Gobierno debe garantizar que las normas para todos los actores sean iguales: “Seguimos en la misma situación, es una modalidad de transporte desleal. Y lo que estamos viendo es la manipulación del marco actual para sacarle un beneficio propio”. A la espera, también, queda el país de la decisión del Tribunal Superior de Cundinamarca sobre la reposición frente a la primera decisión de la Superintendencia de Industria y Comercio de no permitir la operación de Uber en Colombia por competencia desleal, concepto que se espera esté en las próximas semanas .