Sin embargo, continúa el debate en torno a su idoneidad en la ruta hacia la descarbonización.
El sector marítimo, sometido a una creciente presión para reducir las emisiones de carbono del transporte marítimo, está llegando a un consenso cada vez mayor de que el gas natural licuado (GNL) proporcionará una solución intermedia mientras se encuentra un combustible más limpio para propulsar los buques, reporta Wall Journal Street.
Dos de las mayores líneas navieras del mundo han encargado buques que operarán con GNL, mientras que Royal Dutch Shell PLC y la minera australiana BHP Group Ltd. han ofrecido en el último año fletamentos a largo plazo a armadores dispuestos a construir petroleros y graneleros propulsados con gas natural.
“La elección del GNL se perfila ahora como una solución energética madura, especialmente eficaz en términos de protección del medio ambiente”, declaró Mélanie Rigaud, vocero de CMA CGM, que opera 13 portacontenedores propulsados por GNL y va a recibir otros 19 buques de este tipo antes de 2022.
El objetivo de estos cambios es cumplir el plazo fijado por la Organización Marítima Internacional (OMI), de reducir las emisiones de carbono a la mitad para 2050 en comparación con los niveles de 2008. La elección de la fuente energética supone una gran apuesta para los operadores de buques. Clarkson Research Services Ltd. calcula que el cambio a nuevas formas de energía puede costar al sector más de US$3.000 millones.
Se han considerado desde el amoníaco y el hidrógeno hasta los biocombustibles, pero ninguno está disponible en los volúmenes necesarios para abastecer a los 60.000 buques oceánicos de la flota mercante mundial. Los investigadores también están trabajando para crear motores que puedan funcionar en los viajes oceánicos con alternativas a los combustibles fósiles.
El enviado presidencial especial de EE.UU. para el clima, John Kerry, declaró esta semana que Washington “se compromete a trabajar con los países de la OMI para adoptar el objetivo de lograr que las emisiones del transporte marítimo internacional sean nulas a más tardar en 2050”. Esto, durante una cumbre virtual sobre el clima encabezada por el Presidente de EE.UU. Joe Biden.
El martes, el gobierno del Reino Unido publicó un plan de reducción del carbono que incluye por primera vez el transporte marítimo y la aviación internacional en los esfuerzos del país por reducir las emisiones.
Los defensores del GNL esperan que su uso se generalice en la próxima década y que continúe más allá de la fecha límite de la OMI, dado el elevado coste de la transformación a buques neutros en carbono. Según la OMI, el portafolio de órdenes de buques propulsados por GNL asciende actualmente a más de 139 buques, de los cuales 27 se han encargado este año.
Martin Stopford, presidente no ejecutivo de Clarkson Research, declaró que el cambio del fueloil a los buques de cero emisiones cero podría costar al sector más de 3 billones de dólares. Añadió que habrá que destinar US$518.000 millones a la mejora de los portacontenedores, US$509.000 millones a los graneleros, US$395.000 millones a los gaseros y US$357.000 millones a los cruceros. Se necesitarán otros US$214.000 millones para tanqueros, US$319.000 millones para buques de alta mar y más de US$900.000 millones para buques más pequeños, como remolcadores y transbordadores que navegan por aguas costeras.
CMA CGM ha declarado que seis de sus nuevos buques propulsados por GNL, con capacidad para 15.000 TEUs cada uno, operarán en puertos estadounidenses. Su competidor, Hapag Lloyd AG, realizó en 2020 una orden de más de US$1.000 millones para seis buques propulsados por GNL de 23.500 TEUs cada uno. “Estos buques serán muy eficientes y tendrán entre un 15% y un 25% menos de emisiones de CO2”, afirmó Tim Seifert, portavoz de Hapag-Lloyd. “Vemos el GNL como una tecnología puente en el camino hacia los combustibles neutros en carbono”.
Empresas de productos a granel como Shell y BHP están incorporando los buques en su intento de reducir las emisiones de carbono en sus cadenas de suministro.
“Si quieres un contrato a largo plazo con un gran cliente, una de las primeras cosas que se plantean es la limpieza de tus buques”, dijo George Lazaridis, jefe de investigación de Allied Shipbroking Inc. con sede en Atenas. “En este momento, los buques propulsados por GNL están muy solicitados y, si los tienes, estás en buena forma para conseguir un buen contrato de fletamento”.
Hasta el momento, Shell ha fletado unos 60 buques propulsados por GNL, incluyendo una docena que aún se están construyendo en los astilleros. Tahir Faruqui, director de GNL de Shell, dijo en el foro de descarbonización que los buques de gas son una “opción obvia” y una “inversión de riesgo cero”.
Sin embargo, el impulso hacia el GNL no es unánime, y sus críticos afirman que la inversión del transporte marítimo en este combustible podría hacer retroceder el impulso hacia la ecología.
Maersk afirma que optará por alternativas de cero emisiones a los combustibles fósiles en lugar de elegir el GNL como combustible puente para su flota: “No creemos que el GNL vaya a desempeñar un papel importante como combustible de transición, porque sigue siendo un combustible fósil y preferimos pasar directamente de lo que hacemos hoy a un tipo de combustible neutro”, declaró en febrero el director general Søren Skou.
En un informe de este mes, el Banco Mundial afirmó que el GNL “probablemente desempeñará un papel limitado” en la descarbonización de la industria y recomendó a los países “evitar nuevas políticas públicas que apoyen el GNL como combustible de búnker, reconsiderar el apoyo político existente y seguir regulando las emisiones de metano”.
Fuente: Mundo Marítimo
Imagen: Mundo Marítimo
Add Comment