Desde hace años, los sistemas de transporte masivo en las ciudades capitales de Colombia se encuentran en una situación crítica, afectando la calidad de vida de los usuarios y generando un déficit financiero que preocupa a las administraciones distritales. En este contexto, el presidente Gustavo Petro ha presentado una propuesta innovadora que ha generado debate y apoyo incluso entre sus opositores: pagar el acceso al transporte público a través de la factura de energía. Esta iniciativa busca mejorar la calidad de vida de los usuarios y redistribuir el costo del servicio en la sociedad, teniendo en cuenta los estratos sociales en las facturas.
La propuesta del presidente Petro se dio a conocer a través de sus redes sociales, donde planteó la idea de que las ciudades con transporte público masivo implementen un sistema en el cual se pague una pequeña cuota en la factura de la luz cada mes, lo que daría derecho a los usuarios a utilizar el transporte público de forma ilimitada durante ese período. Según Petro, esta estrategia permitiría establecer subsidios para los estratos económicos más bajos y reduciría la evasión en el sistema de transporte, ya que eliminaría la necesidad de controlar las tarjetas de acceso.
El presidente argumentó que esta medida facilitaría el flujo de pasajeros en las estaciones al eliminar el control de tarjetas y que no generaría déficits financieros significativos en el transporte público. Sin embargo, el Ministerio de Transporte aún no se ha pronunciado oficialmente sobre esta propuesta.
La situación financiera de los sistemas de transporte masivo es alarmante. Por ejemplo, el Fondo de Estabilización Tarifaria (FET) del Sistema Integrado de Transporte de Bogotá (SITP) ha aumentado su déficit de 100.000 millones de pesos en 2012 a aproximadamente 2,9 billones en 2023. Este problema ha generado preocupación en la administración distrital y entre expertos, quienes han buscado diversas alternativas para resolverlo, desde aportes gubernamentales y estrategias antievasión hasta la reducción del costo de las tarifas y una mayor regulación del transporte. Sin embargo, la propuesta de subsidiar el transporte público a través de las facturas de servicios públicos es novedosa y no se había considerado previamente.
Carlos Alberto Sandoval, exsecretario de Hacienda de Bogotá, señala que, si bien la propuesta es interesante, no sería un simple ajuste. El déficit del transporte masivo en Bogotá representa casi el 50% de los ingresos anuales de Codensa, la empresa de energía eléctrica, lo que significa que un incremento del 50% en las tarifas sería necesario para financiar el déficit.
El director del Observatorio de Logística y Movilidad de la Universidad Nacional, José Stalin Rojas, destaca que la idea es factible técnicamente, pero requiere un estudio detallado para determinar su viabilidad financiera. Además, resalta que esta propuesta tiene la ventaja de contar con una fuente de financiación estable y específica, lo que no afectaría el presupuesto distrital. Sin embargo, una desventaja potencial es que no especifica si todos los estratos sociales contribuirían por igual o de manera diferencial.
Édgar Enrique Sandoval, economista de transporte y exgerente de TransMilenio, considera que es necesario esperar la propuesta detallada sobre cómo se distribuiría el costo en la factura de energía, ya que también debe tener en cuenta los subsidios requeridos para el futuro metro de Bogotá, no solo el SITP o TransMilenio.
Darío Hidalgo, profesor de Transporte de la Universidad Javeriana, plantea la posibilidad de implementar la tarifa cero a través de otros mecanismos, como el impuesto predial o medidas de gestión de la demanda dirigidas a los vehículos particulares. Sin embargo, advierte que la tarifa cero podría no ser la mejor opción, ya que muchas personas que utilizan el transporte público tienen capacidad de pago, y subsidiar a este grupo podría no ser lógico.
