En una jornada marcada por la movilización masiva de camiones y tractomulas, los transportadores colombianos salieron a las calles de 30 ciudades para manifestar su rechazo al inminente aumento en el precio del diésel. Este incremento, previsto para ser oficializado el 31 de agosto, podría desencadenar un efecto dominó con consecuencias graves para la economía nacional, impactando directamente en los costos de transporte, la canasta familiar, y el sector industrial.
Los pitos de los camiones resonaron en las vías, mientras las banderas de Colombia y las pancartas con mensajes claros se desplegaban en una marcha pacífica pero contundente. El objetivo de esta movilización fue poner en conocimiento de la ciudadanía los efectos devastadores que tendría este aumento, no solo para el gremio de los transportadores, sino para todos los colombianos. Henry Cárdenas, presidente de Fedetranscarga, calificó la jornada como positiva, destacando la amplia participación, especialmente en Bogotá, donde alrededor de 200 vehículos se congregaron frente al Ministerio de Transporte.
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La petición de los transportadores es clara: detener el aumento del precio del diésel, que según Cárdenas, podría elevarse en 6.000 pesos por galón. Este incremento no solo afectaría los costos operativos de los transportadores, sino que también tendría un impacto directo en el costo de vida de los colombianos. “Marchamos por Colombia, por nuestras familias, por el país”, afirmó Cárdenas, subrayando que la causa de la marcha es el diésel, un insumo clave para el transporte de mercancías y personas en todo el territorio nacional.
El llamado directo de los transportadores es para el Ministerio de Hacienda, ya que su titular, Ricardo Bonilla, ha liderado las discusiones sobre el tema y anunció el fin del acuerdo que mantenía estable el precio del diésel. Sin embargo, los transportadores piden que la ministra de Transporte, María Constanza García, interceda ante Hacienda para reanudar las mesas de trabajo y buscar una solución que no perjudique al gremio.
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El aumento en el precio del diésel podría tener un impacto en cadena, afectando no solo a los transportadores, sino también a la industria y al consumidor final. El costo de la canasta básica familiar, el valor de los productos industriales, e incluso el precio de los inmuebles, podrían incrementarse como resultado de este ajuste en el precio del combustible. Cárdenas advierte que, de no encontrar una solución, todos los colombianos sentirán las consecuencias en su bolsillo.
La marcha pacífica de los transportadores es un llamado de atención al gobierno y a la ciudadanía. Es una advertencia de que el aumento del diésel no es solo un problema del gremio, sino una cuestión que podría afectar a toda la economía nacional. Con banderas en alto y pitos resonando en las calles, los transportadores colombianos han dejado claro que no se quedarán callados ante una medida que consideran injusta y perjudicial para el país.
Fuente: Revista Semana