La apuesta para poner en operación el túnel de La Línea en el 2020
Túnel de La Línea diciembre del 2020. Esta es la fecha que el gobierno de Iván Duque se puso como meta para terminar las obras del cruce de la cordillera Central, de las cuales la más importante es, sin dudas, el famoso túnel de La Línea.
Para lograrlo, el Instituto Nacional de Vías (Invías) recibió el aval financiero el pasado 28 de diciembre y tres días después –a escasas horas de terminarse el 2018– abrió tres nuevos contratos, cuyo valor se acerca al medio billón de pesos.
Así es el megaproyecto
Estos recursos serán destinados para terminar las obras complementarias del megaproyecto, es decir, aquellas que están del lado de Calarcá (Quindío) y Cajamarca (Tolima), ya que el cruce de la cordillera no solo incluye el túnel de La Línea, sino 25 túneles más, 31 viaductos y tres intercambiadores, sumados a la segunda calzada de toda la carretera que pasa por ese punto.
Según el director del Invías, Juan Esteban Gil, con estos recursos se garantiza la culminación del proyecto de infraestructura más grande del país, el cual lleva un tiempo importante de ejecución, con dificultades y sin avances significativos en los últimos años.
“Con el propósito de destrabar el proyecto, el gobierno del presidente Iván Duque se apoyó en los estudios técnicos especializados del consultor Ingetec para definir y poner en marcha cuatro líneas de acción centradas en terminar, reparar, repotenciar y reconstruir las obras iniciadas”, indicó.
Y es que según el informe final entregado por la firma consultora, la radiografía de los avances hechos por el anterior contratista, Carlos Collins, reveló que algunos de los trabajos desarrollados están en perfecto estado, otros deben ser reparados, unos más, repotenciados y, por último, algunos definitivamente tienen que empezar desde cero, en buena parte –según Gil– debido a la mala calidad que presentaban las obras hechas por Collins.
De mala calidad e inconclusas
Al excontratista se le caducó su contrato a finales del 2016 por parte del exdirector del Invías Carlos García Montes, quien, en ese momento, no le avaló una nueva prórroga, teniendo en cuenta que en ocasiones anteriores ya se le habían aprobado otras, pero los avances de obra, según el exdirector, eran de “menos de uno por ciento por mes y así no era posible terminar el proyecto a tiempo”.
Ahora, dos años después, el gobierno Duque recibió el informe de la consultora y resucitó las obras anexas, que venían durmiendo el sueño de los justos mientras el túnel principal seguía avanzando, aunque también con sus respectivos problemas.
El contrato de este último –a cargo de un consorcio integrado por las firmas CSS Constructores, de la familia Solarte, y Constructora Conconcreto– debía haber quedado listo el 31 de diciembre del 2018; sin embargo, según un informe del Invías conocido por EL TIEMPO, su avance de obra llegaba a 90 por ciento a diciembre del año pasado, por lo que tuvo que ser prorrogado.
Este panorama llevó a que el Gobierno le aprobara al consorcio contratista más tiempo para culminar los trabajos y cerca de 130.000 millones de pesos adicionales,eso sí, con el compromiso de que la obra física termine a finales de diciembre de este año, aunque esto no significa que en ese momento los colombianos estrenarán su entrada en operación.
La razón tiene que ver con un contrato más que tiene esta megaobra y que consiste en adaptarle equipos electromecánicos, sistemas de ventilación e iluminación, el cual tiene un valor total de 380.000 millones de pesos, pero solo puede realizarse cuando esté plenamente lista la infraestructura central del cruce.
Precisamente por esto, en el informe de obras del Invías, con corte a diciembre pasado, esta licitación aparece con apenas un 10 por ciento de avances en la instalación de los equipos, aun cuando su acta de inicio se dio hace ya casi tres años y debía estar al 100 por ciento el pasado 31 de diciembre.
Así será la operación
Ahora, con el año nuevo y las otras tres licitaciones abiertas, el Instituto Nacional de Vías busca revivir el proyecto del cruce de la cordillera Central, que por décadas ha sido un dolor de cabeza para varios gobiernos y para las personas que transitan por La Línea.
Esta nueva apuesta, según Gil, pretende aportarles a la competitividad y productividad del país, solucionando el cuello de botella que representa este cruce, en el corredor Bogotá-Buenaventura, el cual no tenía definidas sus segundas calzadas, y permitiendo de esta forma conectar el occidente con el centro del país.
Asimismo, la culminación de estos trabajos tendrá un efecto positivo en las finanzas del Estado, ya que, según las cuentas del Gobierno, uno de los mayores beneficios que traerá su desarrollo será la generación de recursos por 292.000 millones de pesos anuales, aunque esto no es lo único.
El megaproyecto también le permitirá a la industria del transporte de carga rebajar sus costos de operación, en tanto que los tiempos de viaje se reducirán en 90 minutos para los empresarios y en aproximadamente media hora para el tráfico liviano, entre Cajamarca y Calarcá. Sumado a esto, la accidentalidad vial de esa zona del país les dará una tregua a las cifras nacionales.
Coincidimos con la decisión del Gobierno de priorizar la culminación, en medio de las limitaciones económicas, de las obras que son necesarias para romper ‘cuellos de botella’
De igual manera, según el presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), Juan Martín Caicedo, la culminación de estos trabajos impulsará las cifras de importaciones y exportaciones. “Coincidimos con la decisión del Gobierno de priorizar la culminación, en medio de las limitaciones económicas, de las obras que son necesarias para romper ‘cuellos de botella’ en los corredores estratégicos de comercio exterior. En este caso, en el corredor Bogotá-Buenaventura”, dijo.
En esto coincidió el Invías, que agregó que las tres licitaciones nuevas harán que los empleos directos pasen de 1.300 a 2.800, contando los que están laborando en el túnel principal y los que ingresarán a terminar las obras complementarias, tanto del lado de Quindío como del Tolima. Por último, la terminación del proyecto se verá traducida en que Colombia reduzca sus emisiones de CO2 y en que haya una menor afectación en los acuíferos de la región.
Por todo esto, el director del Invías confía en que esta vez las obras sí se puedan culminar y los trabajos completos del cruce de la cordillera Central vean la luz al final del túnel. “Hay un compromiso total desde el presidente Iván Duque (…). Ahora, tenemos total control del proyecto”, concluyó.
Cuatro preguntas al director del Invías, Juan Esteban Gil
¿Por qué es tan difícil terminar el túnel de La Línea?
Recordemos, primero que todo, que las obras no son solamente el túnel de La Línea, sino que comprenden decenas de otros túneles, puentes y viaductos, lo que la hace la obra de ingeniería más compleja del país, y se consolida, en total, en el cruce de la cordillera Central.
¿Por qué se hizo necesario abrir estas tres licitaciones nuevas?
Lo que sucedió fue que una vez el contratista anterior dejó las obras sin terminar en 2016 y no cumplió, el Invías salió a realizar diseños para verificar la terminación de obras y encontró que las ejecutadas tenían problemas de calidad y, por ende, había que repararlas, repotenciarlas o reconstruirlas. Otras había que construirlas desde cero, por lo cual el estudio realizado por la consultora Ingetec arrojó que se necesitaban 620.000 millones de pesos para terminar todo el proyecto.
¿El contrato firmado en 2017 con Conconcreto y CSS Constructores (de la familia de los Solarte) sigue en firme o queda suspendido a causa de las nuevas licitaciones?
Ese contrato de unos 200.000 millones es específicamente para terminar el túnel principal y es por esto que se sacan las nuevas licitaciones, con el fin de culminar las obras anexas.
Vale decir que este tuvo una prórroga hasta diciembre de este año y se le adicionaron 120.000 millones de pesos, de tal modo que la obra física (no operación) del túnel termine en diciembre del 2019. A eso debe sumársele un contrato más para instalarle a este los equipos electromecánicos, lo que se traduce en que toda la infraestructura podremos ponerla al servicio de los colombianos a mediados del 2020.
¿Hay una posibilidad real para que esta vez el proyecto sí sea terminado y pueda entrar en operación?
Hay un compromiso total desde el presidente Duque en la terminación del proyecto, esto lo ratificó el Confis, el 28 de diciembre pasado, cuando nos dio el aval de vigencias futuras, y hoy ya tenemos minimizados los riesgos, desarrollados los estudios definitivos y sabemos el norte del proyecto.
Tenemos cronogramas, presupuesto, y todo en orden, es decir, tenemos el control del proyecto y la certeza de lo que falta, de lo que hay en la licitación y de que todo el cruce de la cordillera Central entrará en operación a finales del 2020.
Fuente: El Tiempo
Imagen: Archivo El Tiempo