El pasado martes, 18 de julio, una trágica avalancha en Quetame, Cundinamarca, generó el cierre de la vía al Llano, una importante arteria de 90 kilómetros que conecta a Bogotá con Villavicencio. Ante este hecho y sus graves consecuencias, el gremio de transportadores, liderado por la Confederación Colombiana de Transportadores de Carga y Logística (Colfecar), ha alzado su voz y expresado su preocupación por el impacto en el sector.
Colfecar, junto con el Registro Nacional de Despachos de Carga (RNDC), reveló que el 78,2 % de la carga entre Cundinamarca y Meta se transporta en tractocamiones, mientras que el 21,8 % restante utiliza camiones. Asimismo, el 40 % de la carga que llega al Meta proviene del centro del país, destacando los principales alimentos transportados: pollo, cerdo, arroz, plátano y frutas.
El cierre de la vía al Llano ha llevado a los transportadores a utilizar rutas alternas, lo que conlleva incrementos significativos en los costos operativos. El aumento en las distancias recorridas ha llevado a un incremento del 83 % en los costos de flete para una tractomula en la ruta Bogotá-Villavicencio, pasando de aproximadamente $3 millones a unos $5,5 millones. Esto se debe a mayores gastos asociados al combustible (475 %), peajes (40 %), llantas, filtros, lubricantes y otros insumos.
Nidia Hernández, presidenta de Colfecar, advirtió que el incremento en el costo del combustible alcanza el 465 % en la vía alterna, lo cual afecta gravemente a los fletes. Además, la vía alternativa también ha sido afectada por deslizamientos, lo que deja completamente desconectados los llanos orientales del centro del país para los vehículos pesados.
El sobrecosto estimado para el sector del transporte de carga debido al uso de rutas alternas supera los 2.700 millones de pesos diarios. Colfecar proyecta que la afectación económica alcanzará los 38.000 millones de pesos durante las dos semanas que se espera esté cerrada la vía al Llano hasta su habilitación nuevamente.
Frente a esta crisis, Colfecar ha solicitado al Gobierno nacional la exención del pago de peajes para los vehículos de carga que utilicen las rutas alternas, buscando mitigar los sobrecostos. Asimismo, urge una pronta actualización del Sistema de Información para el Control de Tránsito de Carga (SICE-TAC) para reflejar adecuadamente las vías alternativas mientras se supera la emergencia. Estas medidas son consideradas fundamentales para atenuar el impacto económico y preservar la productividad del sector en la región afectada.
La presidenta de Colfecar, Nidia Hernández, resaltó la necesidad de un trabajo conjunto entre la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), la Gobernación de Cundinamarca y la Gobernación del Meta, con el objetivo de implementar soluciones estructurales y de fondo. Es imperativo abordar adecuadamente la gestión del agua y las estrategias para la contención de derrumbes, buscando evitar futuras emergencias y proteger la conectividad vial en la región.
La avalancha en Quetame ha puesto de manifiesto la fragilidad de la infraestructura vial y la importancia de tomar medidas preventivas y proactivas para garantizar la seguridad y el flujo eficiente del transporte de carga. El Gobierno debe actuar de manera inmediata y coordinada para evitar un mayor impacto económico y social en la región afectada, salvaguardando la industria del transporte y la provisión de alimentos en la zona. Es momento de trabajar juntos para encontrar soluciones sostenibles y a largo plazo que permitan enfrentar este tipo de situaciones y proteger la economía y el bienestar de todos los colombianos.