Luz verde a la transformación del norte de Bogotá
El alcalde firmó el decreto con el que se pone en marcha la renovación urbana en este sector de la ciudad. Toda la infraestructura y los proyectos ambientales los financiarán los constructores.
Luego de meses de discusiones, ajustes y aplazamientos, el alcalde Enrique Peñalosa finalmente estampó su firma en el decreto que da vía libre al gran proyecto de renovación urbana en el norte de Bogotá denominado Ciudad Lagos de Torca, que se convierte en la hoja de ruta para la construcción de 110.000 viviendas (40.000 de interés social) en una zona donde la administración pretende darle un desahogo al crecimiento urbanístico de la ciudad.
Lagos de Torca tiene un área de 1.803 hectáreas, de las cuales 550 ya están ocupadas por colegios, concesionarios y otros equipamientos. Del total, 370 serán construibles, 640 serán recreativas y de infraestructura pública y el restante es suelo de protección, que no se afectará, sino que se protegerá.
Desde el Distrito dicen, que la Ciudad Lagos de Torca es una gran apuesta ambiental, pues incluye la restauración de 34 hectáreas adicionales para el humedal Torca Guaymaral, la siembra de 95.000 árboles (hoy hay 5.000 en la zona) y, sobre todo, la construcción del Parque Metropolitano Guaymaral, un área de 150 hectáreas con alamedas y senderos.
La iniciativa no es nueva. Las últimas tres administraciones habían intentado, a su manera, desarrollar el Plan de Ordenamiento Zonal del Norte (POZ Norte), contemplado desde el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) del 2000. Sin embargo, la propuesta de la alcaldía Peñalosa tiene elementos novedosos. El principal es el papel de los privados en el proyecto, pues serían ellos los llamados a poner los recursos, la tierra y la plata para construir la infraestructura básica (vías y redes de servicios públicos) que permita el desarrollo de la Ciudad Lagos de Torca.
El Distrito pretende reunir $3,5 billones de las arcas privadas. Una tarea sin precedentes para un proyecto de este tipo en la ciudad y que parece una labor titánica, pero en la administración están confiados. Saben que lograr la meta depende, en esencia, del interés que genere, sobre todo a las firmas constructoras, la valorización de los predios e inmuebles, como consecuencia del plan que quiere desarrollar la administración.
Para captar esos recursos privados, el Distrito montó su propia fórmula. En principio, los particulares pueden construir hasta en el 20 % del área de sus predios. En adelante, para aumentar sus derechos de edificabilidad, que pueden llegar hasta el 220 % del tamaño del lote (en edificios de hasta 15 pisos), los propietarios tendrán que pagar con tierra o dinero. Lo recaudado iría a parar a un fideicomiso, en el que se reunirían las tierras y el dinero para construir las vías, las redes de servicios públicos necesarias para esa zona y un gran parque metropolitano, que sería más grande que el Simón Bolívar.
Los recursos estarían quietos hasta lograr el punto de equilibrio, tasado en $700.000 millones, el monto base para empezar con la construcción de un anillo vial conformado por la extensión de la avenida Boyacá y la construcción de la avenida Santa Bárbara y Guaymaral, que, junto con la prolongación de la autopista Norte y la carrera Séptima (que se gestionarán por asociaciones público-privadas), serían la primera etapa del trazado vial de esa zona.
Aunque el plazo para tener esos $700.000 millones es de 30 meses, Andrés Ortiz, secretario de Planeación, cree que incluso los podrían recoger en los seis meses después de la estructuración del fideicomiso. Lo dice porque, en la socialización, notó un buen ambiente entre privados y propietarios alrededor del proyecto. Así es como el Distrito busca desarrollar su plan sin tener que aportar grandes recursos públicos.
Los límites de Lagos de Torca son: al norte con Chía y el perímetro urbano de la ciudad; por el oriente con la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental y el perímetro urbano; al sur con las calles 183, 189, 191 (Trazado Avenida Tibabita), 192, 193 y la UPZ La Uribe y por el occidente con la Unidad de Planeamiento Rural -UPR- Zona Norte y el perímetro urbano.
“Este decreto que acabamos de firmar es una revolución en el urbanismo colombiano. Lo trabajamos en equipo con la Corporación Autónoma Regional (CAR). Vamos a evitar que la ciudad se expanda por la Sabana, en baja densidad”, sostuvo Peñalosa.
La Van der Hammen
Ciudad Lago de Torca limita con la Reserva Thomas van der Hammen, la manzana de la discordia entre partidarios de la urbanización y ambientalistas. Y aunque el POZ no incluye las 1.400 hectáreas de la reserva, varias de las vías, como la extensión de la Boyacá y algunas transversales, pasarían por esas tierras sobre las que, hasta hoy, no se puede construir.
Esa incidencia del POZ en la Van der Hammen generó voces de protesta. Sin embargo, el secretario de Planeación explicó que el proyecto no tocará ni un milímetro de la Reserva. “Para garantizar esto se realizó una concertación ambiental con la CAR (Resolución 2513 de 2016), otra con la Secretaría Distrital de Ambiente (Resolución 02074 de 2016) y se le solicitó concepto al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en octubre de 2016 para confirmar que lo que se va a hacer esté ajustado a la norma”.
Algunas particularidades
– Se elevará parte de la Autopista Norte, entre las avenidas Cafam y El Jardín, para preservar y mejorar la conectividad ecológica. De esta manera, el Humedal pasará de 34 hectáreas a 75 hectáreas totalmente protegido y recuperado.
– Se modificarán 300 metros del trazado de la Avenida Guaymaral para preservar el corredor de ronda de la quebrada La Floresta se afecta por el trazado de la autopista.
– La cobertura forestal existente es de 18 hectáreas, con Lagos de Torca se pasará a 400 y el número de árboles se aumentará de 5.000 a 100.000.
– Se contempla el desarrollo del Parque Metropolitano Guaymaral. Un escenario de 150 hectáreas, contando las 75 del cuerpo de agua, que generará conectividad entre los Cerros y el Humedal.
– Entre las cargas y beneficios que se establecieron para los 34 planes parciales que se desarrollarán, se debe restaurar las zonas ecológicas ambientales de la zona.
– Tendrá 300 hectáreas para vías. Se ampliarán y adecuarán las avenidas Boyacá y Ferrocarril (carrera novena), la Autopista Norte y la Carrera Séptima y se construirán las avenidas Arrayanes (calle 209), Guaymaral (calle 235), Polo (calle 200) y El Jardín (Calle 222), así se garantizará la conectividad vial y la buena movilidad para los ciudadanos.
– Todas las vías contarán con ciclorruta, más de 150 kilómetros, en las arteriales la tendrán al lado y lado para favorecer a los biciusuarios.
– Se entregarán a la ciudad 18 hectáreas para construir una gran estación de TransMilenio y el intercambiador intermodal. Adicional se construirán seis troncales para los buses rojos, la distancia máxima hacia estas no superará las 10 cuadras.
– Serán 600 hectáreas de espacio público entre parques ambientales, parques recreativos, plazas y plazoletas los que se establecerán en esta zona de la ciudad.
Fuente: El Espectador
Imagen: Archivo El Espectador