Tan desordenado se encuentra el sistema de buses articulados en Bogotá, que desafortunadamente para la Administración Distrital, las soluciones que se puedan implementar para su buen funcionamiento no dan espera.
Es muy cierto que la movilidad de Bogotá requiere de un sistema multimodal que incluya, buses, Transmilenio, Metro y Tren de cercanías. Eso es una realidad innegable a la que la capital no puede ser ajena, sobre todo si quiere que los ciudadanos se bajen del carro particular y se suban al transporte público. Sin embargo, es evidente que estos no lo harán, mientras se deban ver sometidos a situaciones incómodas y de inseguridad, como nos ocurren a quienes nos desplazamos la mayoría de veces en los buses articulados.
Ni el Metro, ni mucho menos el Tren de cercanías aparecen en el horizonte de la ciudad, ni en el mediano, ni en el corto plazo, entre otras porque la actual Administración Distrital no ha sido clara en sus intenciones de cómo los llevará a cabo, y mientras tanto los bogotanos que debemos utilizar el transporte público para desplazarnos a nuestros destinos en el día a día al interior de la ciudad, tendremos que hacer uso del Transmilenio. Esa es otra realidad que no podremos evitar.
Por lo anterior, el Alcalde Peñalosa debe meter el acelerador para que el Sistema Transmilenio vuelva a ser motivo de orgullo de los bogotanos y se superen las enormes fallas que hoy tiene. La principal: la demora en las frecuencias entre una ruta y otra, hecho que termina por desesperar a los usuarios, lo que a su vez hace que acudan a los vías de hecho para que se preste atención al problema.
Yo también quisiera que el Metro para Bogotá deje de ser un sueño y se convierta en realidad. El problema es que como van las cosas, la decisión de iniciar la construcción de su infraestructura va a tardar unos años más y así se pusiera la primera piedra en marzo de 2016, es claro que la puesta en operación no se va a dar en el mes siguiente, y mientras tanto los ciudadanos, así no nos guste, debemos usar Transmilenio.
Qué bueno sería que quienes se han dedicado a promover manifestaciones, pescando en rio revuelto, tuvieran en cuenta este pequeño detalle, y en lugar de exigir una solución que no va a llegar en las próximas horas, días o meses, le exijan al Gobierno Distrital, un mayor diálogo ciudadano que permita entender la manera en cómo piensa diseñar un Metro para Bogotá y cómo son las mejoras en el sistema de buses articulados que va a implementar.
Por el momento con lo único que contamos los bogotanos que debemos usar el transporte público, es el Transmilenio y los buses de Sistema Integrado de Transporte. El primero de estos tiene una parálisis en su infraestructura, producto del abandono al que fue sometido durante doce años y el segundo no fue bien diseñado, ni implementado, por tanto a la Administración Distrital le corresponde darle soluciones prontas, porque son los ciudadanos de los estratos 1, 2, 3 y 4, quienes nos subimos en ellos para trasladarnos a nuestros lugares de trabajo o estudio, según sea el caso.
Lo primero que se debe hacer en materia de soluciones en el transporte público de Bogotá, es mejorar la infraestructura de Transmilenio. Por tanto el argumento político con el que algunos opositores a la Administración Distrital, están exigiendo un Metro, carece de fundamento, porque si para que mejore el funcionamiento de los buses articulados, hay que esperar más de cinco años para que inicie la operación de la primera línea del Metro, apague y vámonos.
Un Metro debe ser un elemento más en el Sistema de transporte público de una ciudad y no se debe hacer en detrimento del Transmilenio, entre otras porque su funcionalidad es complementarse el uno con el otro. Es un hecho tan elemental, que hace que uno se sorprenda con los señores de la oposición al Gobierno Distrital, que al parecer no lo saben.
Fuente: EE
Fotografía: Flickr Eli Duke
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