Ante los grandes desafíos que tiene el sector, es necesario que los esfuerzos para resolverlos dejen de estar dispersos y tengan un solo doliente.
Con todos los diagnósticos que existen sobre los desafíos del país en materia logística –como parte de las tareas para mejorar en competitividad–, lo ideal sería que todos los esfuerzos se articularan en una sola entidad, y no en cabeza de muchos, como hoy.
En ese sentido, la Federación Colombiana de Agentes Logísticos en Comercio Internacional (Fitac) plantea la creación de una Agencia Nacional de Logística, que recoja todos los análisis y defina prioridades para ir avanzando en superar los cuellos de botella del sector.
Esta es una de las propuestas que presentará Fitac durante su Congreso, que empieza mañana en Bogotá, y en el cual intervendrán expertos de al menos 10 países.
Sobre este y otros temas, Miguel Ángel Espinosa, presidente ejecutivo de Fitac, habló con Portafolio.
¿De qué manera le están haciendo frente a la desaceleración económica?
Entre menos carga se mueva, los actores logísticos tienen menos trabajo y fuentes de ingreso. Lo bueno es que el país está siendo consciente de que no hay que esperar el próximo paro camionero o a que el comercio internacional crezca de manera exponencial para pensar en una nueva logística. La Misión Logística de Planeación ha determinado los cuellos de botella, se está pensando en corredores logísticos, de transporte intermodal, entre muchos otros temas.
Pareciera que el sector está sobrediagnosticado. ¿Por qué no se avanza más rápido?
La idea es no volver a diagnosticar de manera profunda sino hacer un compendio de resultados y análisis que se han hecho, eso lo está haciendo la Universidad de los Andes para detectar los retos. Si no hacemos una determinación de prioridades por regiones, no podremos seguir adelante en la determinación de esa hoja de ruta para sacar al país adelante.
¿Por dónde se debería empezar?
Hay que iniciar con generación de política pública para que la logística tenga un rol protagónico en el contexto nacional. El país no tiene Agencia Nacional de Logística y ese debería ser el pilar fundamental. Hay avances importantes, pero el tema logístico no debe ser transversal, se requiere que tenga un doliente. La Agencia debe encargarse de muchos temas, no solo de regulación de transporte de carga e intermodal, sino de la reglamentación de aduanas.
¿Por qué el lema de ‘grandes cambios generan grandes oportunidades’ en el Congreso?
En el sector se están gestando temas importantes. Por un lado, está la expedición del Decreto 390, con el que va a reglamentarse e implementarse la nueva regulación aduanera. Otros temas son la reforma tributaria y el panorama en materia de posconflicto.
¿En qué va la regulación aduanera?
El decreto entró en vigencia el 23 de marzo y se han conformado mesas de trabajo para la reglamentación e implementación. Algunos artículos entraron en vigencia de manera inmediata, otros deben reglamentarse y hay otros que dependen de los sistemas informáticos. Estamos con la aduana, corriendo contra el tiempo para que las medidas que se concertaron para facilitar las operaciones de comercio exterior se puedan implementar.
¿Qué se ha puesto en marcha?
Lo que se ha podido implementar son temas de fiscalización y control con los que no estamos en desacuerdo, pero han hecho que las ventajas del decreto todavía no se vean. Esperamos que los cambios en el sistema informático y la gestión de riesgos sean una realidad, y podamos contar con ese punto cero para que en adelante se puedan tomar mejores decisiones, y que el Gobierno pueda tener una mejor herramienta para el perfilamiento de la carga.
¿Qué se necesita del sistema?
El sistema informático es la prioridad, y tiene dos aristas. Una es la de administración y perfilación de riesgo, en la que se está contando con acompañamiento de la aduana de Uruguay, y el otro es un ‘Muisca 2.0 que va a estar en cabeza de la Dian. Eso tiene que darse rápidamente y hay que conformar los equipos para que la nueva estrategia responda al decreto y a las necesidades de fortalecer el sistema, porque ese ha sido uno de los talones de Aquiles. Muchas cosas no debidas pasan por el sistema y se está generando un campo de cultivo para temas de ilegalidad, contrabando y lavado. Necesitamos que haya concertación entre sector público y privado, para que seamos tenidos en cuenta en las fases piloto del sistema, y no que salga al aire y luego se hagan pruebas.
¿Cuándo debería estar listo?
La ley marco de aduanas dio plazos amplios para poner los sistemas a punto (octubre del 2017) pero como privados no queremos que haga todo a última hora sino que la Dian se tome el tiempo para ponerlo bien, y para que los temas de facilitación del decreto no se vean impedidos por la falta de un sistema informático robusto.
¿Cuáles son algunos de los temas que necesitan reglamentarse?
Hay muchas cosas en temas tecnológicos y de operatividad. Estamos en las mesas de concertación con las reglamentaciones, que incluyen la creación del proceso de inspección previa que ha generado muchas incertidumbres, particularmente para las zonas francas porque no hay claridad sobre beneficios, responsabilidades y temas operativos. Solo en el caso de Fitac, hay cuatro grupos sectoriales: agenciamiento aduanero, agentes de carga, depósitos aduaneros, y temas de transporte multimodal.
¿Qué expectativas tienen de la reforma tributaria?
Hemos participado en la Comisión Mixta de Asuntos Tributarios y Aduaneros, nos preocupan las reformas que le meten la mano al bolsillo a las actividades económicas. Vemos que pese a la reducción de importaciones y exportaciones se están incrementando algunas cargas y tributos que están desincentivando la inversión.
Creemos que si el país hace bien la tarea fiscal, de recaudo, si aplica planes anti evasión, lucha anticontrabando y contra la corrupción, no se necesitaría una reforma como la que se ha planteado. La reforma es, hasta ahora, un tema completamente incierto.
Fuente:Portafolio
Imagen: Portafolio