Después de cuatro días de parálisis en el departamento de Nariño, los transportadores de carga y el Gobierno Nacional lograron un acuerdo que pone fin al bloqueo liderado por la Asociación Colombiana de Camioneros (ACC). La situación, que afectó gravemente la economía y diversas actividades en la región, se destraba con promesas de reforzar la seguridad, mejorar el mantenimiento de las vías y regular la circulación de vehículos con placa extranjera en los pasos fronterizos con Ecuador. Pero, ¿es este acuerdo una solución duradera o solo una pausa temporal en un conflicto de larga data?
Luis Alfonso Escobar, gobernador de Nariño, anunció con alivio el levantamiento del bloqueo. Durante cuatro días, los camioneros detuvieron sus actividades en protesta por la inseguridad y las malas condiciones de las vías, puntos que encabezaron su pliego de peticiones al Gobierno. La situación se tornó crítica no solo para el sector del transporte, sino para toda la economía regional.
“Repasamos temas asociados a seguridad e infraestructura. Hace tres semanas el gremio estuvo en Bogotá, con el Ministerio del Interior, revisando algunos temas. Hoy la viceministra de Defensa dio un parte de las acciones que se han venido implementando, como el aumento del pie de fuerza, donde se adicionaron 140 hombres a lo largo del corredor de la vía Panamericana”, dijo la ministra de Transporte designada, María Constanza García.
Las consecuencias del bloqueo fueron devastadoras para la economía local. Eugenia Zarama Carvajal, directora ejecutiva de Fenalco, seccional Nariño, recordó el impacto de paros anteriores. En 2016, un bloqueo similar dejó pérdidas por $90.000 millones, y una manifestación reciente resultó en mermas de $30.000 millones.
“Unos $2.000 millones diarios empezaríamos a perder, como departamento de continuar con el bloqueo, teniendo como base el bloqueo del 2016, porque apenas vamos a levantar cifras. Ya se decretó la emergencia hospitalaria, porque no llegan los insumos médicos. Además, los camiones de la basura no han podido salir, y ya salió un comunicado donde dice que no va a haber recolección”, reveló Zarama en diálogo con LR.
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El acuerdo firmado entre los transportadores y el Gobierno Nacional incluye medidas para reforzar la seguridad en las vías y mejorar su mantenimiento. Además, el Gobierno se comprometió a regular la circulación de vehículos con placa extranjera en los pasos fronterizos con Ecuador, una demanda clave de los camioneros. La promesa de mantener un diálogo permanente frente al peaje El Contadero también fue bien recibida.
No obstante, queda la pregunta de si estas promesas se traducirán en acciones concretas y sostenibles. Los transportadores han dejado claro que su paciencia tiene un límite, y que esperan ver resultados tangibles en el corto plazo.
La inseguridad en las carreteras ha sido una preocupación constante para los transportadores. Los robos y ataques a camiones no solo ponen en riesgo la vida de los conductores, sino que también generan costos adicionales para las empresas, que deben invertir en medidas de seguridad y asumir pérdidas por la carga robada.
El aumento del pie de fuerza a lo largo del corredor de la vía Panamericana, con 140 nuevos agentes, es un paso en la dirección correcta. Sin embargo, es necesario un enfoque más integral que incluya la modernización de la infraestructura vial y la implementación de tecnologías de vigilancia y seguridad.
El estado de las carreteras en Nariño es otro punto crítico. Las vías mal mantenidas no solo afectan la eficiencia del transporte, sino que también representan un peligro para los conductores. El compromiso del Gobierno de mejorar el mantenimiento de las vías es esencial, pero debe ir acompañado de un plan a largo plazo para modernizar la infraestructura vial en la región.
Las inversiones en infraestructura no solo mejorarán la seguridad y la eficiencia del transporte, sino que también pueden generar empleo y estimular la economía local. Sin embargo, estos proyectos requieren tiempo y recursos, y los transportadores exigen resultados inmediatos.
La regulación de la circulación de vehículos con placa extranjera en los pasos fronterizos con Ecuador es un tema delicado. Los camioneros colombianos argumentan que los vehículos extranjeros compiten de manera desleal, afectando su sustento. El Gobierno se ha comprometido a emitir una circular de regulación, pero la implementación de estas medidas deberá ser cuidadosa para no generar conflictos diplomáticos ni afectar el comercio transfronterizo.
La promesa de mantener un diálogo permanente entre los transportadores y el Gobierno es una oportunidad para construir una relación más colaborativa y resolver los problemas de manera efectiva. Sin embargo, este diálogo debe ser genuino y estar orientado a la acción. Los transportadores esperan que sus voces sean escuchadas y que sus preocupaciones sean atendidas de manera seria y rápida.
El levantamiento del bloqueo en Nariño es un alivio temporal para una región que ha sufrido los impactos económicos y sociales de la parálisis del transporte. Sin embargo, la verdadera prueba será si el acuerdo alcanzado se traduce en mejoras concretas y sostenibles para los transportadores.
La seguridad, el mantenimiento de las vías y la regulación de la circulación de vehículos con placa extranjera son temas que requieren soluciones urgentes y efectivas. El Gobierno tiene la responsabilidad de cumplir con sus promesas y de trabajar de manera proactiva con los transportadores para construir un sector de transporte más seguro y eficiente.
El futuro del transporte de carga en Nariño, y en todo el país, depende de la capacidad de las autoridades y los transportadores para trabajar juntos y enfrentar estos desafíos. Solo así se podrá garantizar un transporte seguro y eficiente, que es esencial para el desarrollo económico y social de la región.
En última instancia, el éxito de este acuerdo será medido por las acciones que sigan y por los cambios tangibles que experimenten los transportadores en su vida diaria. Es un momento decisivo que puede marcar el inicio de una nueva era de colaboración y progreso, o puede convertirse en otra promesa incumplida en la larga historia de conflictos y bloqueos en el sector del transporte de carga en Colombia.
Fuente: LR
