Sentir que viaja en una montaña rusa más que en un bus podría ser parte del recuerdo, así fue planteado el nuevo esquema de transportes que ya se empezó a ver en Medellín.
Si usted ha visto en las calles del Valle de Aburrá buses nuevos y pintados de un solo color, es porque ya empezaron a rodar los automotores que hacen parte del TPU (Transporte Público de Medellín), una parte de la la transformación que va a sufrir el transporte público en el Área Metropolitana.
“La idea con estos cambios es que los pasajeros puedan viajar seguros, en buses nuevos, que cumplan con todas las normas ambientales y que no requieran efectivo para pagarlo”, explicó el secretario de Movilidad de Medellín, Ómar Hoyos, hablando sobre la entrada del TPM a la ciudad.
Otros cambios que verán los pasajeros es que podrán pagar su tarifa de transporte con la Tarjeta Cívica.
La entrada en operación, en lo que concierne a Medellín, es en dos fases, la primera se cumple este 31 de diciembre, fecha en la que se espera que el 15 por ciento de la flota total de los buses haga parte del (TPM). A partir de septiembre del 2016 la totalidad de los buses estarán integrados en este nuevo esquema.
Imagen unificada
En lo que corresponde al sistema que prestará servicio a Medellín, ya se comenzaron a ver los primeros buses, de colores rojo y blanco. Las variaciones que permitirán establecer el destino serán los carteles y el color de su parte frontal.
“Serán buses de unas características similares, que tendrán carriles preferenciales y que le permitirán viajar al usuario con todas las garantías y con la mayor comodidad posible”, aseguró el secretario Hoyos.
Pero esto también aplicará a las rutas del Valle de Aburrá. Dependiendo de la cuenca, los buses que formarán parte del sistema metropolitano de transporte deberán tener un único color y característica de buses. En total serán 8 las flotas metropolitanas, de las cuales 7 ya iniciaron sus operaciones (ver infografía en el recuadro verde de la izquierda).
Hernán Darío Elejalde, director del Área Metropolitana, explicó que “ya tenemos varios vehículos trabajando y la idea es que las empresas se unan en pro de un mejor servicio. Por ejemplo, solo podrán circular buses con modelo superior a 2008”.
A la expectativa
Esta transformación tiene en vilo a las empresas transportadoras, porque se requiere hacer una inversión para adquirir los vehículos.
Juan Gonzalo Merino, presidente de la Asociación de Transportadores del Valle de Aburrá (Asotransvaa), comentó que “el modelo que se está implementando en los municipios por fuera de Medellín realmente trasforma y busca una ganancia para los propietarios. En Medellín, aún hay mucho por mejorar”.
Todo porque, de acuerdo con Merino y con la Corporación Urbana de Transportadores (CTU), mientras que para las rutas que operan en el Valle de Aburrá un bus cuesta 180 millones de pesos, para TPM cuesta entre 300 y 400 millones de pesos.
“Las especificaciones de combustible y las características lo hacen un vehículo costoso y estamos buscando alternativas para que no trabajemos para perder”, dijo Héctor Mariano Cadavid, director ejecutivo de la CTU.
Incluso, asegura el directivo que si bien la idea es que la ciudad gane, aún la iniciativa le falta mucho para arrancar a pleno.
“Estamos expectantes por este cambio del transporte, porque por un lado se le puede brindar una nueva oferta al usuario. No obstante, todavía hay muchas cosas por mejorar, puesto que aún falta mucha infraestructura, como el tema de los paraderos y de los carriles”, indicó Cadavid.
Fuente: El Colombiano
Fotografía: Flickr Omar Uran
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