La bicicleta entraría a formar parte del MÍO. Ese modo de transporte será incluido desde este año por Metrocali como parte de la alimentación del Sistema Integrado de Transporte Masivo de la ciudad. Para ello se habilitarán bicirrutas y cicloparqueaderos en las estaciones terminales donde se dejarán las ciclas cuando se vayan a tomar los buses del MÍO. Lea también: Usuarios del MÍO sí utilizarían bicicleta como complemento del sistema
La idea, según Metrocali, es crear una red de ciclorrutas que permita a la gente movilizarse de manera segura en bicicleta, teniendo en cuenta las características geográficas y de clima de Cali.
Juan Carlos Echeverri, director de Planeación de Metrocali, indicó que se va a asociar la bicicleta a la movilidad para que sirva como modo de alimentación al MÍO. Igual que los buses alimentadores, los camperos y el MÍO cable, que entrará a funcionar este año.
Para lograrlo se va a crear un sistema de bicirrutas que tendrá inicialmente dos planes piloto este año con base en las estaciones terminales de Andrés Sanín y Universidades. La idea, según Echeverry, es que entre los dos circuitos al sur y al oriente de Cali, haya 38,5 kilómetros de bicicarriles.
A diferencia de las ciclorrutas, el bicicarril toma parte de la vía vehicular existente y lo que hace es dividirla y señalizarla para que en un espacio de 1,20 metros de ancho pueda fluir la bicicleta.
Es un proyecto de fácil implementación que en la primera parte constituiría un circuito por sectores. En el caso del Sur, por barrios como El Caney, Valle del Lili y El Ingenio integrados a través de la estación terminal con las universidades Autónoma, Icesi y Javeriana, entre otras.
En el caso del Oriente, ciclistas de la zona de Desepaz, Marroquín, Puerto Mallarino, Siete de Agosto, entre otros, podrían converger a la estación Andrés Sanín para integrarse al MÍO.
Para hacer estas bicirrutas, Metrocali suscribió un convenio con la Universidad del Valle que se encargará de hacer los diseños de los circuitos piloto, con un componente importante de seguridad en los trayectos y cuando se llega a una intersección.
Echeverri dijo que en encuestas hechas en las universidades se encontró que muchas de las personas dijeron no utilizar la bicicleta por problemas de seguridad vial, ya que no se sienten seguros compartiendo vía con los vehículos. Por eso se hará un diseño más seguro que contemplará, además, aspectos de iluminación, mejoramiento de los pavimentos y un manual que estimule en la gente conductas asociadas al uso de la bicicleta para que no se invadan carriles viales y espacios peatonales.
Tras la entrega de los diseños en abril próximo, Metrocali hará la implementación correspondiente tres meses después y se estima que en julio de este año empiecen a funcionar los dos proyectos piloto, que tienen una inversión estimada de $1000 millones.
La idea, según Echeverri, es que en una segunda fase, las bicirrutas puedan operar en toda la ciudad alrededor de las estaciones del MÍO.
¿Cómo funciona?
De esta manera, lo que se hará es que quienes se movilicen por los ‘bicicarriles’ lleguen a la estación, dejen la bicicleta en zonas de parqueo dispuestas para ello sin ningún costo y aborden el sistema de transporte masivo hasta su destino. En la estación Andrés Sanín existe un cicloparqueadero, y en la terminal Universidades se va a construir otro, con las obras de ampliación de la estación.
En una tercera fase para el año 2016, Metrocali se propone implementar la bicicleta pública que estará integrada al sistema. Así, el usuario saca la bicicleta con la tarjeta del MÍO, recorre el tramo que necesita, aborda los buses y puede integrarse al sistema.
En materia tarifaria, Echeverri indicó que el pasaje de una persona que hace la alimentación en bicicleta le saldrá más económico (podría ser $400 o $600 más barato) como incentivo. Eso estimula el uso de la bicicleta, la descontaminación ambiental, la salud de quien usa este vehículo y el ahorro de dinero, dijo el funcionario.
El descuento tarifario para el usuario sería compensado por el sistema MÍO con un uso menos intensivo de buses alimentadores (lo cual reduciría costos de operación) y daría una mayor afluencia de pasajeros ‘autoalimentados’ que ingresan al sistema, lo cual significa más ingresos para la operación.
Según estudios del programa Cali Cómo Vamos y de la Escuela de Salud Pública de la Universidad del Valle, alrededor del 12 % de los viajes diarios de Cali se hacen en bicicleta. Es decir, unos 120.000 viajes, de los cuales el MÍO aspiraría a captar al menos la mitad. Sin embargo, habría que completar los estudios técnicos del caso.
Todo el proyecto será complementado por las ciclorrutas que construirá la Secretaría de Infraestructura Vial y Valorización. El secretario Miguel Meléndez indicó que se arreglarán 10,9 kilómetros de ciclorrutas ya hechas en la Avenida Simón Bolívar entre la estación Universidades y la Carrera 8 con Calle 70, lo mismo que en la Calle 5 entre la Plaza de Toros y la Carrera 100. Las licitaciones están próximas a salir.
Además, se construirán 14 kilómetros en tramos faltantes para conexión, en el Corredor Verde que irá por la línea férrea y en la Carrera 8 entre calles 25 y 73. De aquí al 2022 en Cali habrá 220 kilómetros de ciclorrutas, según el POT.
Reparos
Sin embargo, frente a esta propuesta han surgido reparos de expertos y usuarios de la bicicleta. Janeth Mosquera, docente de la Escuela de Salud de la Universidad del Valle, quien hizo una tesis doctoral sobre movilidad y ciclorrutas en Cali, dijo que la propuesta tiene varios inconvenientes.
El primero -afirma- es que a los usuarios de bicicletas como medio de transporte que son los más pobres de estratos 1 y 2 se les dificultaría dejar la cicla para montarse en el MÍO. “Ellos dicen que se están ahorrando un recurso diario que lo necesitan para otras cosas de la vida diaria”, indica Mosquera. Así que la intermodalidad no sería lo más conveniente para la mayor parte de la población que usa la bicicleta como medio de transporte en Cali, advierte.
Lo segundo es que la gente argumenta que la bicicleta le facilita moverse más rápido entre el tráfico cada vez más difícil. Hay gente del sector informal que va al centro varias veces al día porque tienen que comprar materiales de trabajo, como zapatería. Se toman entre 7 y 15 minutos en ese viaje. Y si usaran la intermodalidad no les resultaría económicamente conveniente, asegura.
El tercer aspecto, según Mosquera, es que no se ve claro con base en qué información Metrocali define los dos pilotos de la intermodalidad y toda la implementación del proyecto. Hay un ejercicio académico de la Icesi sobre el tema, pero no es un estudio técnico para tomar decisiones, sostiene la analista.
Por su parte, Katy Osorio, coordinadora regional de Ciudad Verde -una organización que se ocupa de temas de movilidad sostenible y del uso de la bicicleta-, sostiene que se están tomando decisiones sin siquiera actualizar el plan maestro de ciclorrutas que data de 2005, para ver cuáles son los recorridos en bicicleta que hoy hace la gente.
Concluye que en Cali hay una mesa de trabajo y un observatorio de la bicicleta conformado por colectivos que usan este vehículo, los cuales podrían aportar a una propuesta de movilidad económica y ambientalmente sostenible.
Fuente: El País
Fotografía: Wikipedia
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