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Bogotá implementa piloto de cambio vial en la Calle 84 para mejorar la movilidad en horas pico

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Crédito Imagen: Secretaría Distrital de Movilidad

A partir del 5 de noviembre de 2024, Bogotá pone en marcha un piloto que busca aliviar la congestión en algunos de sus corredores más transitados: la avenida Circunvalar, la vía La Calera y la carrera Séptima. Esta medida, que se aplicará de lunes a viernes entre las 6:00 a.m. y las 9:00 a.m., implica un cambio temporal en el sentido de la calzada norte de la calle 84, que será de uso exclusivo en dirección occidente-oriente, desde la carrera Séptima hasta la avenida Circunvalar.

El objetivo del piloto es mejorar la velocidad de circulación durante las horas pico de la mañana, cuando el aforo vehicular provoca una notable reducción en la velocidad promedio en estos corredores viales. Según el subsecretario de Gestión de la Movilidad, Jhon González, el éxito del piloto definirá si la medida se mantendrá de manera indefinida en el mismo horario. “Esperamos que esta intervención logre reducir la congestión y optimizar la experiencia de viaje para todos los usuarios”, señaló González.

¿Cómo funciona el piloto?

Durante la implementación de este piloto, los conductores que ingresen a Bogotá deberán seguir por la avenida Circunvalar hasta la calle 76a, donde podrán girar hacia el occidente y continuar por la carrera 4 en dirección sur. Otra alternativa será continuar hasta la calle 72 y empalmar con la carrera Séptima.

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Para controlar el tráfico, se contará con el respaldo del Grupo Guía, que supervisará la intervención y la instalación de material logístico. Este material incluye dispositivos para evitar giros a la derecha desde la avenida Circunvalar hacia la calle 84, un punto crítico donde el tráfico tiende a ralentizarse considerablemente en las mañanas.

Protección de ciclistas

Una de las preocupaciones durante la implementación de este piloto es la seguridad de los ciclistas y otros usuarios de la vía. Para ello, se utilizarán conos para separar el tráfico vehicular del tránsito de bicicletas en la zona de la intervención, lo cual es una medida positiva que resalta el compromiso de la ciudad por crear un entorno seguro para todos los actores viales. Esta decisión muestra un enfoque más inclusivo en la gestión de la movilidad, que tiene en cuenta no solo a los automovilistas sino también a quienes optan por medios de transporte sostenibles.

El piloto se implementa en un momento en el que los problemas de movilidad en Bogotá son cada vez más críticos, especialmente en sectores como la carrera Séptima y la avenida Circunvalar, donde la demanda vehicular supera la capacidad de la infraestructura. Este esfuerzo por descongestionar estas vías y aumentar la velocidad promedio de circulación es una medida bienvenida, pero la pregunta que persiste es si será suficiente para mejorar de manera significativa la movilidad en estas zonas.

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Desde una perspectiva de largo plazo, se podría argumentar que este tipo de intervenciones temporales pueden ofrecer solo un alivio momentáneo y que, para abordar los problemas de congestión de manera integral, se requerirían soluciones más estructurales, como el fortalecimiento del transporte público y la promoción de alternativas de movilidad sostenible.

Balance entre movilidad y sostenibilidad

Este piloto también plantea un debate sobre cómo Bogotá maneja la relación entre movilidad y sostenibilidad. Por un lado, es evidente que se necesita mejorar el flujo vehicular en horas pico, pero, al mismo tiempo, surge la oportunidad de apostar por soluciones de largo plazo que no solo faciliten el desplazamiento de automóviles sino que también promuevan un uso más amplio de la bicicleta y el transporte público.

Con una infraestructura bien diseñada y ajustada, que contemple la inclusión de todos los usuarios de la vía, Bogotá podría no solo optimizar la movilidad, sino también reducir la huella de carbono y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.

Por ahora, la medida sigue siendo un “piloto” y, como tal, sus resultados serán cruciales para evaluar su eficacia y permanencia. Sin embargo, esta intervención es un recordatorio de la urgencia de diseñar una ciudad donde todos los modos de transporte encuentren un espacio adecuado y seguro para circular, especialmente en una capital donde el tiempo perdido en el tráfico es un costo tanto para el bienestar personal como para la economía.

Fuente: El Nuevo Siglo