En los últimos días, la vía Bogotá-Villavicencio se ha convertido en escenario de preocupación y pérdidas económicas para los transportadores de carga. Los deslizamientos de tierra ocurridos en el kilómetro 58 han generado caos y han impedido el paso de miles de vehículos, ocasionando graves consecuencias para el sector.
Según los cálculos realizados por gremios como Fedetranscarga, las pérdidas económicas superan los 5.000 millones de pesos. Diariamente, alrededor de 10.000 vehículos transitan por esta importante vía, de los cuales aproximadamente 300 son camiones de carga. Sin embargo, en los últimos tres días, las afectaciones han sido significativas y se estima que se han perdido alrededor de 2.900 toneladas de carga diarias, lo que equivale a un total de 8.900 toneladas en este corto periodo de tiempo.
Pero las pérdidas no se limitan únicamente a la carga transportada. También se estima que alrededor de 1.000.000 de galones de líquidos diarios se han visto afectados, llegando a un total de 3.000.000 de galones en estos tres días de dificultades en la vía. Sorprendentemente, el 72 % de la carga transportada en el corredor Bogotá-Villavicencio corresponde a líquidos, entre los que se incluyen petróleo crudo, combustible para diversos motores, gasóleo y agua oxigenada embotellada, entre otros productos.
Estas pérdidas millonarias tienen un impacto directo en la economía de los transportadores de carga, quienes se ven obligados a asumir los costos de los daños sufridos en sus vehículos, así como en la mercancía transportada. Además, se generan retrasos en las entregas, afectando la cadena de suministro y provocando inconvenientes en el abastecimiento de productos en diferentes regiones del país.
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Las autoridades viales han trabajado incansablemente para habilitar nuevamente el paso por esta importante vía de comunicación. Sin embargo, la magnitud de los deslizamientos y las condiciones climáticas adversas dificultan las labores de remoción de escombros y recuperación de la vía. Se espera que en los próximos días se logre restablecer la circulación, pero la incertidumbre y la preocupación se mantienen entre los transportadores y la población en general.
Ante esta situación, es necesario que se implementen medidas de prevención y mantenimiento adecuadas en la vía al Llano. Es fundamental contar con una infraestructura vial sólida y resistente que pueda hacer frente a eventos naturales y garantizar la seguridad de los usuarios. Asimismo, es crucial establecer un plan de contingencia eficiente que permita una pronta respuesta ante situaciones de emergencia como los deslizamientos de tierra.
Crédito imagen: Invías