La reciente construcción del Programa Nacional de Gestión de la Velocidad y la Metodología para establecer velocidades límite en las vías de Colombia representa un hito crucial en la búsqueda de reducir los alarmantes índices de siniestros viales en el país. El Ministerio de Transporte y la Agencia Nacional de Seguridad Vial han dado un paso agigantado hacia la promoción de la seguridad vial, una tarea que involucra a toda la sociedad y que tiene el potencial de salvar innumerables vidas en las carreteras colombianas.
El exceso de velocidad ha sido una de las principales causas de accidentes de tránsito en Colombia, provocando aproximadamente el 40% de las fatalidades en las vías. Estas trágicas estadísticas han impulsado la acción gubernamental y han llevado a la implementación de medidas más efectivas para combatir este problema. La presentación de las dos resoluciones en el auditorio de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, el pasado martes 26 de septiembre, marcó el inicio de una nueva era en la seguridad vial del país.
La importancia de estas resoluciones radica en su capacidad para integrar la gestión de la velocidad en la planificación y ejecución de políticas públicas a nivel local. Como mencionó el viceministro de Transporte, Carlos Eduardo Enríquez Caicedo, estas medidas son parte integral del Plan Nacional de Desarrollo, que busca convertir a Colombia en una “Potencia Mundial de la Vida”. Esto no es un mero eslogan, sino un compromiso serio con la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.
La directora general de la ANSV, Mariantonia Tabares Pulgarín, destacó la adopción del Enfoque Sistema Seguro, que pone el énfasis en la gestión de la velocidad como un elemento clave en la agenda global de la seguridad vial. La invitación a las autoridades locales a priorizar medidas proactivas para la gestión de la velocidad en lugar de esperar tragedias es una estrategia acertada que puede prevenir muchas muertes y lesiones graves en nuestras carreteras.
Es alentador ver que estas acciones involucran a diversos actores, incluida la academia. La participación de María Alejandra Guzmán, Decana de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional, subraya la importancia de la colaboración entre el gobierno y las instituciones educativas en la búsqueda de soluciones efectivas. La creación de una metodología integral y la elaboración de paquetes de medidas demuestran un enfoque completo y basado en la evidencia para abordar el problema.
El panel de discusión que se llevó a cabo como parte de la socialización de las resoluciones es un ejemplo de cómo diferentes sectores pueden unirse para abordar un problema común. Los compromisos acordados en este espacio muestran que hay una voluntad real de llevar a cabo acciones concretas para hacer que las carreteras de Colombia sean más seguras.
En última instancia, queda claro que la lucha contra el exceso de velocidad en las vías de Colombia es un esfuerzo conjunto que involucra a toda la sociedad. Cada ciudadano, cada entidad gubernamental y cada organización tiene un papel que desempeñar en la promoción de la seguridad vial. El reto es grande, pero también lo es el compromiso de salvar vidas en las vías. Las resoluciones presentadas son una herramienta valiosa que debe implementarse de manera efectiva en todos los rincones del país. La seguridad vial es una responsabilidad compartida, y juntos podemos hacer que las carreteras de Colombia sean más seguras y evitar más tragedias en el futuro. ¡La vida debe primar en la vía, y estas resoluciones nos acercan un paso más a ese objetivo!
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