El sector del transporte de carga atraviesa una de sus peores crisis en años. De acuerdo con datos de Colfecar, hasta agosto de este año, más de 125 empresas de transporte de carga se han declarado en insolvencia. De ellas, 81 están en proceso de reorganización y 44 en liquidación. Esta situación, exacerbada por la desaceleración económica, pone en riesgo no solo la sostenibilidad del sector, sino también la cadena logística del país.
Una crisis financiera sin precedentes
Juan David Gaviria, presidente de la Junta Directiva de Colfecar, afirmó que la insolvencia de estas empresas es una consecuencia directa de las condiciones económicas actuales. Los largos plazos de pago impuestos por las grandes corporaciones han asfixiado financieramente a las pequeñas y medianas empresas de transporte. “No podemos permitir que las grandes corporaciones ahoguen a las empresas de transporte con plazos de pago de más de 30, 60, 90 o incluso 120 días, adicional a los días que se toman para poder facturar los servicios prestados”, advirtió Gaviria en el congreso anual de transportadores de carga que se realiza en Cartagena.
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La situación es crítica. A pesar de los esfuerzos por mantenerse a flote, la falta de liquidez y la creciente incertidumbre en la economía han forzado a muchas empresas a paralizar inversiones esenciales en su flota. Gaviria destacó que el 70% de los afiliados a Colfecar no ha realizado ninguna inversión en vehículos este año, lo que implica una crisis de renovación tecnológica y operativa que puede tener consecuencias graves para el futuro del sector.
El rol del gobierno en la crisis
Gaviria hizo un llamado claro al gobierno: se requiere apoyo urgente y práctico para evitar el colapso del sector. “Es vital que el gobierno aborde este tema económico con pragmatismo. El sector privado es el principal contribuyente al gobierno, y es imperativo que recibamos el apoyo y sea el facilitador para mantener nuestra operación en tiempos de dificultades económicas”, subrayó.
Este llamado resuena no solo en términos financieros, sino también en el aspecto de la seguridad vial. El deterioro de la seguridad en las carreteras ha sido alarmante en los últimos meses, afectando de manera grave la operación de los transportistas. “Los hurtos de mercancía, de vehículos, piratería terrestre, descuelgues, polizones, extorsiones y muertes de conductores están afectando de manera grave al sector”, señaló Gaviria.
El panorama es sombrío: en los últimos 20 meses, el sector ha registrado 1,244 bloqueos de vías, lo que ha generado pérdidas de 6,1 billones de pesos. Además, el 89% de los afiliados a Colfecar estiman que la afectación a la productividad puede ser de hasta el 50%, un golpe devastador para un sector ya de por sí debilitado por la insolvencia y la falta de liquidez.
Seguridad en las vías: Una prioridad ignorada
La inseguridad en las carreteras no solo afecta a las empresas de transporte, sino que pone en riesgo la vida de los conductores. Los altos índices de criminalidad en las rutas de carga están obligando a los transportistas a limitar sus operaciones en horarios nocturnos, lo que a su vez impacta la productividad y la capacidad de entrega de mercancías.
“Nos preocupa profundamente el control territorial que están ejerciendo grupos criminales en las carreteras. Cada vez es más frecuente que nuestros conductores no puedan transitar después de las seis de la tarde”, explicó Gaviria. Esta situación, además de poner en riesgo la vida de los conductores, impide que las empresas operen con normalidad, agravando aún más los problemas de rentabilidad y eficiencia.
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Gaviria fue enfático al señalar que “la seguridad es un tema urgente que afecta no solo la operación, sino la vida de nuestros conductores. Necesitamos una intervención clara y efectiva para garantizar su bienestar en las carreteras”. La falta de acción por parte de las autoridades ha dejado al sector en una situación vulnerable, lo que exige una respuesta inmediata y coordinada entre el gobierno y el sector privado.
Colfecar y el paro camionero: Una postura clara
En relación con el reciente paro camionero de cuatro días llevado a cabo a principios de septiembre por las bases de transportadores, Gaviria aclaró que Colfecar no participó en ese tipo de manifestaciones. “Nuestra postura siempre ha sido buscar soluciones a través del diálogo y la negociación, no a través de bloqueos que afectan aún más a la economía y a los ciudadanos”, afirmó.
No obstante, las razones detrás de este paro reflejan el descontento generalizado en el sector. Los transportistas están hartos de la inseguridad en las vías, los bajos márgenes de ganancia, los plazos de pago injustos y la falta de apoyo gubernamental. La presión sigue en aumento, y la incertidumbre sobre el futuro del sector es palpable.
El impacto en la economía nacional
Actualmente, existen 4,345 empresas de transporte habilitadas por el Ministerio de Transporte, y el parque automotor de carga está compuesto por aproximadamente 360,000 vehículos. Estas cifras demuestran la relevancia del sector para la economía nacional. Sin embargo, si la situación actual de insolvencia, inseguridad y falta de inversión continúa, el impacto económico podría ser catastrófico.
El transporte de carga es el corazón de la cadena logística del país. Sin él, las mercancías no llegan a su destino, las empresas no pueden operar, y la economía se detiene. Es esencial que el gobierno, las grandes corporaciones y los actores clave del sector se unan para encontrar soluciones a corto y largo plazo que garanticen la estabilidad y la sostenibilidad del transporte de carga en Colombia.
Fuente: ET