El reciente aumento en el precio del diésel en Colombia, aprobado por el gobierno y anunciado sin previo acuerdo con los transportadores, ha generado gran preocupación en el sector. A partir del 31 de agosto, el precio promedio del diésel subirá $1.904, situándose en $11.360 por galón, lo que representa un golpe significativo para los transportadores de carga y, por ende, para la economía del país.
Henry Cárdenas, presidente de Fedetranscarga, ha expresado su descontento, señalando que la falta de concertación del gobierno es preocupante, especialmente en un sector donde los pequeños transportadores representan el 80% del total. Según Cárdenas, el aumento obligará a las empresas de transporte a trasladar el costo adicional al generador de carga, lo que podría desencadenar un incremento del 9% en las tarifas de flete.
Este aumento de tarifas impactará directamente en los costos de productos básicos, generando una “superinflación” que afectará a todos los colombianos. La propuesta de Fedetranscarga de mantener un “Precio Colombia” para el diésel, basado en la producción interna del país, fue rechazada por el gobierno, dejando a los transportadores sin opciones viables para mitigar el impacto del aumento.
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La Cámara Intergremial de Transporte, a través de su vocero Alfonso Medrano, advirtió que el alza del precio del diésel presenta dos posibles escenarios: o los generadores de carga reconocen el aumento en la estructura de costos, lo que incrementaría la inflación, o el pequeño transportador, el eslabón más vulnerable de la cadena, enfrentará una quiebra inminente.
Además, Medrano lamentó que la marcha pacífica organizada por pequeños transportadores en 30 ciudades del país haya sido ignorada por el gobierno. A pesar de las numerosas propuestas presentadas por la agremiación para ajustar la fórmula del precio del diésel y minimizar el impacto económico, todas han sido desestimadas.
El aumento del precio del diésel también afectará la competitividad del país, incrementando los costos de producción y reduciendo la capacidad de compra de los hogares colombianos. Según las estimaciones de la Cámara Intergremial de Transporte, la participación de un galón de diésel sobre el ingreso promedio diario de un colombiano aumentará del 12.49% al 14.59%.
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Frente a las declaraciones del presidente Gustavo Petro, quien criticó a las grandes corporaciones del transporte de carga por imponer precios de fletes y convertir a los transportadores en “obreros a sueldo”, la agremiación se mostró neutral, enfatizando su respeto por la libertad de opinión y su rechazo a la polarización promovida por el gobierno.
Los transportadores exigen que el gobierno cumpla su función de ser la base de la unidad nacional y respete el derecho a la protesta pacífica. La situación, lejos de resolverse, apunta a una crisis inminente que afectará a toda la cadena de transporte y, por ende, a la economía colombiana.
Fuente: Revista Semana
