El transporte marítimo mediante contenedores se ha convertido en una opción primordial para empresas y emprendedores que buscan movilizar materias primas y productos a nivel global. En los últimos años, este método ha ganado relevancia, no solo por su eficiencia en la movilización de grandes volúmenes de mercancía, sino también por la tendencia en redes sociales donde emprendedores comparten sus experiencias al enviar e importar productos desde diversas partes del mundo. Sin embargo, el sector no está exento de desafíos significativos, y recientemente ha sido escenario de crisis y fluctuaciones en los precios de los fletes marítimos, lo que ha generado una serie de cuestionamientos y preocupaciones en la industria.
El año pasado, el transporte marítimo por contenedores enfrentó una crisis sin precedentes, que impactó gravemente el comercio global. La escasez de contenedores y la congestión en los principales puertos del mundo dispararon los costos de los fletes, afectando a empresas de todos los tamaños. Aunque en abril de este año los precios mostraron una tendencia a la baja, un ataque de hutíes en Yemen contra buques en el Mar Rojo volvió a desencadenar un aumento en las tarifas, evidenciando la vulnerabilidad del sector ante conflictos geopolíticos y situaciones de inestabilidad.
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Según la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), los precios de los fletes marítimos experimentaron una reducción a principios de 2024, alcanzando los 2.725 dólares por contenedor el 2 de mayo. No obstante, entre mayo y junio, las tarifas volvieron a dispararse, superando los 5.900 dólares, lo que representa un aumento del 315% en comparación con los niveles registrados en 2019, cuando el promedio era de 1.420 dólares. Este incremento ha generado preocupación entre los exportadores e importadores, quienes temen que las tarifas se mantengan elevadas debido a la congestión en los puertos asiáticos y a otros factores externos.
En este contexto, Jairo Valencia, presidente de E-containers, una empresa especializada en la venta de contenedores marítimos en Colombia y con presencia en Estados Unidos, Panamá, México, Ecuador y Emiratos Árabes, ha ofrecido una perspectiva clara sobre la situación actual del transporte marítimo de contenedores. Según Valencia, la cantidad de contenedores marítimos enviados desde Colombia varía dependiendo del comportamiento del mercado y de la demanda comercial. Este año, se estima un movimiento de 1,2 millones de unidades equivalentes a 20 pies (TEU), una métrica que puede fluctuar considerablemente.
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Para aquellos colombianos interesados en importar mercancías a través de contenedores, Valencia subraya la importancia de tener toda la documentación y regulaciones al día, incluyendo agencia de aduanas y de cargas. Además, es crucial conocer si el producto que se desea traer cumple con las normativas aduaneras y sanitarias de Colombia. El costo de traer un contenedor al país puede variar según el origen y el tipo de carga, y puede oscilar entre 3.000 y 4.000 dólares para un contenedor de 40 pies proveniente de China, uno de los principales países de origen de productos importados.
La logística internacional enfrenta desafíos constantes, entre los cuales la congestión portuaria y los costos fluctuantes son algunos de los más destacados. Además, la infraestructura y las regulaciones en los diferentes países pueden complicar aún más el proceso de importación y exportación. En respuesta a estas dificultades, Valencia destaca la importancia de la tecnología de seguimiento mediante GPS para rastrear contenedores en tiempo real, una medida esencial para prevenir delitos y asegurar la integridad de la carga.
A la hora de decidir entre el transporte marítimo y el aéreo, cada opción presenta sus ventajas y desventajas. Mientras que el transporte marítimo permite mover grandes volúmenes a costos relativamente bajos, los tiempos de traslado suelen ser más largos. Por otro lado, el transporte aéreo es ideal para productos perecederos, pero resulta más costoso y limitado en cuanto a la cantidad de mercancía que puede movilizar.
Fuente: ET