El Ministerio de Transporte ha presentado una ambiciosa reforma destinada al sector del transporte de carga, cumpliendo así con los acuerdos alcanzados tras el paro camionero de septiembre de 2024. Esta iniciativa promete modificar aspectos clave del marco regulatorio vigente, con el objetivo de mejorar la operatividad de las empresas de transporte y optimizar el control sobre los costos y la logística de carga. Sin embargo, la reforma también plantea preguntas sobre si estos cambios realmente beneficiarán a los pequeños transportistas y si lograrán hacer frente a los desafíos estructurales del sector.
Modificación del decreto 1079 de 2015
Uno de los pilares de la reforma es la modificación del decreto 1079 de 2015. Este cambio busca flexibilizar la autorización de empresas de transporte, especialmente aquellas formadas por pequeños propietarios. En teoría, esto debería abrir las puertas a una mayor participación de microempresarios en el sector, permitiéndoles operar con menos barreras legales y regulatorias. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones, algunos críticos advierten que la flexibilidad que se promete podría convertirse en una burocracia más complicada si no se gestionan adecuadamente los nuevos requisitos.
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Además, el proyecto incluye la implementación de una política de reposición vehicular para camiones de hasta 7,5 toneladas. Este esfuerzo es visto como un paso positivo para renovar la flota, mejorando la seguridad y eficiencia de los vehículos en carretera. No obstante, se ha confirmado que no se otorgarán descuentos en el valor del Sice-TAC, el sistema que regula los costos eficientes del transporte, lo que ha generado malestar en algunos sectores. Este sistema, aunque crucial para garantizar precios justos, es considerado por muchos transportistas como una carga económica difícil de sobrellevar, y la ausencia de incentivos adicionales no es bien recibida.
El Sice-TAC y su expansión
Uno de los cambios más destacados es la actualización del Sice-TAC, el Sistema de Costos Eficientes. La reforma propone ampliar su alcance para incluir no solo cargas tradicionales, sino también cargas livianas y el uso de volquetas. Adicionalmente, se introducirán nuevas variables para el cálculo del valor mínimo que debe pagarse por cada viaje, buscando reflejar mejor la realidad del mercado en términos de costos operativos.
Este ajuste es esencial para mantener la competitividad del sector, pero la propuesta de actualización continúa generando debates. Por un lado, los transportistas han solicitado que los costos reflejen de manera más precisa las fluctuaciones del mercado, y esta actualización parece ir en esa dirección. Sin embargo, queda por ver si los cambios en las variables serán lo suficientemente amplios como para satisfacer las demandas del sector.
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Otro punto relevante es la implementación de un sistema que permitirá que los costos se actualicen de forma continua, un mecanismo que podría otorgar mayor estabilidad al sector. Aun así, la preocupación persiste en cuanto a la transparencia de dicho sistema y si realmente representará las necesidades de los pequeños propietarios y camioneros independientes, que a menudo quedan rezagados frente a las grandes empresas.
RNDC
El tercer proyecto clave de la reforma tiene que ver con el Registro Nacional de Despachos de Carga (RNDC), el cual también sufrirá modificaciones sustanciales. La actualización de este sistema incluirá nuevos parámetros técnicos y ampliará su aplicación, con la meta de ofrecer un monitoreo en tiempo real de la ubicación de la carga. También se plantea la creación de una plataforma electrónica para el registro de remesas, mejorando así el control de las operaciones logísticas.
Este esfuerzo por modernizar el RNDC podría significar un avance tecnológico necesario para el sector del transporte de carga en Colombia, que durante años ha estado rezagado en cuanto a la adopción de herramientas digitales. Sin embargo, el desafío residirá en la implementación efectiva de esta tecnología, especialmente para los transportistas que operan en zonas rurales o con escaso acceso a infraestructura tecnológica. ¿Será esta plataforma accesible y amigable para todos? Esa es la pregunta que aún persiste.
Fuente: El Heraldo